Mayo 17, 2024

Contra la comida chatarra en la universidad

De acuerdo a la Tercera Encuesta Nacional de Salud, la población de 20 a 29 años es bastante sedentaria (81,2%) y tiene un bajo consumo de 5 o más frutas y verduras durante el día (13,1%) lo que deriva en un alto porcentaje de jóvenes con sobrepeso (35,8%), obesidad (22,5%) y obesidad mórbida (2,1%).

 

Juan Eduardo Contreras, jefe cirugía bariátrica y metabólica de la Clínica Santa María, advierte que “los principales factores que inciden que jóvenes en la universidad tengan tendencia a la obesidad son tres. El primero es que comen mal, a destiempo y comen pura comida chatarra. Segundo factor, es que comen a cualquier hora sin horarios de alimentación; tercero, no toman los ramos optativos relacionados con el deporte y finalmente, si funcionan de noche comen mal y alimentos improvisados".

 

Dado que la obesidad mórbida es una enfermedad que en su gran mayoría se puede tratar sólo mediante cirugía bariátrica, el especialista recomienda detener su avance a tiempo. 

 

“Los malos hábitos y la genética aumentan las posibilidades deser obesos mórbidos, lo que se traduce en enfermedades relacionadas como hígado graso, diabetes junto con afectar la autoestima, terminando en una calidad de vida deteriorada porque sienten que tienen menos oportunidades.

 

Para obesos mórbidos, la cirugía termina siendo el único método eficaz que les permite recuperar su vida, pero las autoridades de salud no la reconocen con financiamiento por lo que solamente se operan unos 600 pacientes en todo el país para una población de 500 mil personas”, aclara Contreras.

 

“Por otra parte, como la universidad genera estrés y no siempre se tiene tiempo para comer, si una persona pasa muchas horas sin comer, el cuerpo se estresa, sobre todo el cerebro haciendo que aumente el cortisol y que cueste concentrarse en clases. Comer cada 3-4 horas, porciones pequeñas y saludables disminuye también la ansiedad. En cambio, el azúcar la estimula porque genera una dependencia y te pone ansioso”, explica Valentina Arriagada, nutricionista del Centro Inspira.

 

Para controlar el estrés y la ansiedad, la especialista recomienda preparar colaciones simples, saludables y llevarlas a la universidad para cuando el hambre aprieta.

 

Estas son ejemplos de colaciones que contienen carbohidratos, vitaminas y proteínas, que son fácil de preparar y se pueden llevar en la mochila:

 

Frutas enteras o picadas; Chips de manzanas (los venden en supermercados y son como papas fritas); Yogurt o leche individual descremado; Sandwich de jamón, queso o con verduras y atún; Barras de cereal sin azúcar; Cuadritos de queso fresco o amarillos (no más de media taza); Rollos de jamón de pavo o pollo; Huevos duros o tortillas de huevo

 

Scoop de proteínas; Bolitas proteicas caseras (pueden hacerse mezclando maní picado con ciruelas o plátano molido con coco rallado); Queque saludable hecho con harina integral, huevos, leche y stevia

 

 

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