La derecha, sin distinciones, sabe la importancia de sacar músculo. Hacer visible a sus generales al mando. Sus portavoces promueven la desigualdad, demonizan la justicia social y se reconocen en el patriarcado. Alientan la xenofobia y el racismo. Consideran el pago de impuestos un robo. Refractarios a la democracia, la han condenado como forma de gobierno. Se proclaman
Así, el reto para la izquierda, o para cualquier movimiento progresista, es monumental. Ya no basta con teorizar sobre el futuro o intentar recuperar el pasado. Las viejas fórmulas han quedado obsoletas, y es hora de que los actores políticos actúen con decisiones audaces y estratégicas. No se trata de salvar el capitalismo ni de inventar un socialismo utópico, sino de
A propósito del lanzamiento del último libro del abogado de ultraderecha Axel Kaiser, denominado Parásitos Mentales, estuve revisando algunas entrevistas que ha dado en distintos medios refiriéndose a su nueva publicación, y escuchando lo que dice, llega a ser escalofriante que se divulguen este tipo de ideas en la actualidad
Nada nuevo. Y por eso más irritante. En el circo electoral pagado por las oligarquías brillan hoy peleles entrenados para atraer adeptos, o adictos, a la cultura del show, con cualquier payasada efectista; vociferaciones o susurros; altanerías o palabrerío a destajo... como si eso fuese garantía de ideas claras.
Sin caer en teorías de la conspiración, en Estados Unidos llevan décadas sometiendo a los ciudadanos a la guerra neocortical. Eliminar la capacidad de pensar hasta provocar la derrota del pensamiento. El objetivo, dirán sus mentores, consiste en “paralizar en el adversario el ciclo de observación, de la orientación, de la decisión y de la acción [...]; en suma, anular su
Creer que en Chile hay varias derechas es de una ingenuidad de alcance histórico. Con el convencimiento de que el lenguaje genera realidades, de alguna caja de ideas apareció una que permite hacer menos gravoso llegar a acuerdos y asumir compromisos con una derecha diferente de otra. ¿En qué se diferenciará una derecha de la otra?
El atentado se puede leer muy claramente a partir de este sentimiento de triunfo global de la extrema derecha que ha provocado en Brasil –y en el resto del planeta- la reciente victoria de Trump. Si Bolsonaro va a conseguir revertir las decisiones de la justicia o si va a obtener un indulto presidencial cuando sea condenado es un asunto que está por verificarse.
La internacional capitalista existe, la moviliza el movimiento libertario de extrema derecha y, obviamente, está muy bien financiada: funciona a través de un inmenso conglomerado de gobiernos, fundaciones, institutos, ONG, centros y sociedades unidos entre sí por hilos poco detectables, entre los que se destaca la Atlas Economic Research Foundation, o la Red Atlas, y ahora
La derecha chilena parece estar atrapada en una paradoja: aunque las condiciones para un discurso populista radical antimigrante existen en cierto grado, la historia y la estructura sociopolítica de Chile han creado un entorno resistente a ese tipo de retórica.
El Partido Republicano de José Antonio Kast es, más que una derecha radical, una derecha neoliberal o “Chicago gremialista” que ha sabido adaptarse a los tiempos, pero que no ha roto con las tradiciones del pasado.