Cuando personajes prudentes como el secretario general de la ONU o el ex diplomático español Miguel Angel Moratinos, dicen que “la humanidad ha abierto las puertas del infierno” al ignorar el calentamiento global e incumplir los objetivos impuestos, y que nos encontramos “al borde de la Tercera Guerra Mundial”, expresan el mero sentido común de cualquier persona despierta.