Para el caso nuestro, no es la posición supuestamente extrema por la que el Partido Comunista muerde el polvo de la derrota. Si no, al contrario, su intento por esconder su mutación dando mostraciones de buena conducta cívica en momentos en que se necesita precisamente lo contrario: posiciones radicales, que digan las cosas como son y que propongan cambios, aunque parezcan