Señor Director:
En reciente entrevista publicada en "El Mercurio", dos miembros de la defensa de Chile en el
Caso Clarín, los señores Goodmann y Di Rosa, efectúan imprecisas declaraciones que pueden
confundir a la opinión pública o mantenerla en el mismo estado de desinformación en que se ha
encontrado desde que comenzó este millonario juicio en contra de Chile.
1. Es impresentable, estando comprometido el patrimonio fiscal en una cifra superior a los
500 millones de dólares, mantener a la opinión pública desinformada de los entretelones del
caso. Las propias normas del Ciadi , organismo ante el cual se ventila el juicio, permiten a
las partes publicitar sus actuaciones, con la única limitación de mantener bajo reserva las
deliberaciones del tribunal.
2. Por ello, en el curso de 2002, cuando la defensa, inexcusablemente, declinó objetar
actuaciones arbitrarias del tribunal, que transgredían acuerdos procesales imperativos
perjudicando a Chile, y se aceptó tácitamente la competencia del Ciadi, renuncié al equipo
jurídico y lo denuncié públicamente. De no haber procedido como lo hice, de lo cual no me
arrepiento, la opinión pública continuaría sumida en la más absoluta ignorancia acerca de la
gravedad de estos hechos, en un país en que todos apelan cada vez con mayor energía a la
necesidad de transparentar los actos de autoridad. ¿Cómo puede explicársele hoy a la opinión
pública que Chile esté a punto de ser condenado por un tribunal incompetente, por una
controversia acaecida en 1973, habiéndose hecho Chile parte del Ciadi sólo en 1992, y sin que
sus normas puedan aplicarse con efecto retroactivo?
3. Y aunque los señores Goodmann y Di Rosa pretendan negarlo en su entrevista, la verdad
es que ha trascendido el acuerdo del tribunal condenando a Chile. Basta ver en internet la
página www.elclarin.cl, donde se transcriben textualmente las últimas actuaciones acaecidas
en el litigio. Éstas serían de extrema gravedad, ya que, según se expresa, el árbitro
designado por Chile habría filtrado ese acuerdo condenatorio a Chile, violándose el secreto
de las deliberaciones y acarreando la marginación de ese árbitro del tribunal. Asimismo, Joan
Garcés estaría requiriendo al Ciadi, a fin de quitar la inmunidad jurisdiccional que protege
internacionalmente a las partes en litigio, en la idea, según puede deducirse, de presentar
una nueva querella en contra de Chile y de sus abogados, entre ellos los señores Goodmann y
Di Rosa, esta vez por violar las normas que exigen el secreto y la reserva de las
deliberaciones del tribunal.
4. Cuando denuncié estos hechos, la Cámara de Diputados celebró una sesión especial,
concluyéndose en una recomendación para que el Consejo de Defensa del Estado tomara cartas en
el asunto. Al cabo de tantos años, es fundamental que se transparente definitivamente este
oscuro caso, que el Consejo de Defensa informe a la Cámara, y que, llegado el momento, se
efectúe un seguimiento del eventual destino que tendría la indemnización que haya de pagar
el país.
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