El tribunal de arbitraje del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), institución del Banco Mundial, ha fallado a favor del ciudadano español Víctor Pey Casado en la demanda sobre la propiedad del diario Clarín, según un comunicado del presidente del citado tribunal, el abogado suizo Pierre Lalive, a las partes del litigio. Los gobiernos de Eduardo Frei Ruiz- Tagle y de Ricardo Lagos se habían negado a reconocer a Pey su propiedad.

El diario Clarín era el de mayor circulación en Chile hasta que fuera confiscado tras el golpe militar de Augusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973, lo que llevó al empresario español a presentar una demanda de arbitraje según el Acuerdo de Protección de Inversiones entre España y Chile firmado en 1994.

En una carta dirigida a la secretaría del CIADI, de fecha 4 de octubre, Lalive acusa al Gobierno de Chile de "violación muy probable, cierta, del principio fundamental de la confidencialidad del arbitraje. Un principio que se impone indiscutiblemente a todos los funcionarios del CIADI así como también a los miembros del tribunal de arbitraje".

El presidente del tribunal de arbitraje recuerda las circunstancias finales "insólitas" que rodearon la recta final de las deliberaciones en este pleito. Una vez que el Gobierno de Chile pudo saber, mediante su árbitro, el ex ministro ecuatoriano Leoro Franco, que el borrador de arbitraje redactado por el presidente daba la razón a Víctor Pey, las autoridades chilenas decidieron recusar a los miembros del tribunal por "lentitud", "problemas de salud" y otras presuntas incompatibilidades (uno de los árbitros, Mohamed Bedjaoui, fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores de Argelia).

Lalive subraya que "en ningún momento antes de enviar a los árbitros mi proyecto final de sentencia (que concluye, en contra de la tesis chilena, sobre la competencia del CIADI) la parte demandada no ha formulado queja contra los árbitros o invocado una supuesta lentitud del tribunal de arbitraje". Y subraya: "Es posteriormente, después del envío a los árbitros por el CIADI, a fines de junio de 2005, del borrador final del laudo preparado por el presidente cuando la parte chilena evidentemente informada del contenido (contrario a sus tesis) de este proyecto final, ha estimado oportuno buscar motivos de recusación del conjunto del tribunal de arbitraje. Esta recusación chilena es igualmente posterior a la fijación por la secretaría del CIADI del lugar y la fecha de la deliberación final (Nueva York, del 19 al 24 de septiembre de 2005), lugar y fecha propuestos conjuntamente por mis dos co-árbitros, los señores Leoro Franco y Mohamed Bedjaoui, aceptadas y conocidas por ambas partes".

Pey invirtió a primeros de los años setenta 1,25 millones de dólares en la compra de Clarín. En su demanda ha solicitado 500 millones de dólares de indemnización. El tribunal ha solicitado al Banco Mundial un experto para realizar los cálculos a fin de determinar las cantidades a pagar.

Víctor Pey Casado, que acaba de cumplir 90 años, y que goza de excelente salud, vive en Santiago de Chile. Pey fue director general de armamentos de la Consejería de Industria en la Generalitat de Cataluña durante la guerra civil española. Antes de la caída de Barcelona a manos del Ejército Nacional, salió hacia Francia como refugiado. En el verano de 1939, logró salir de Francia en el vapor Winnipeg, junto con otros 2.500 exiliados españoles rumbo a Valparaíso, Chile.

Durante los años cuarenta, Pey trabó una gran amistad con Salvador Allende, dirigente del Partido Socialista chileno, senador y ministro de Salubridad Pública del Gobierno del Frente Popular de Pedro Aguirre Cerda. Más tarde, colaboró con la campaña que llevó en 1970 a Allende a la presidencia de Chile. A primeros de los setenta, adquirió por 1,25 millones de dólares el diario Clarín, el de mayor circulación del país.

Pey obtuvo la nacionalidad chilena, que compatibilizó con la española. Tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, la dictadura del general Augusto Pinochet confiscó el periódico Clarín y se incautó de sus modernas instalaciones. Pey abandonó meses después del golpe Santiago de Chile gracias al asilo que le concedió la Embajada de Venezuela en Santiago. La Junta Militar chilena le anuló la nacionalidad y años después, al regresar a Chile, la recuperó.

Tras intentar recuperar la propiedad Clarín, ya bajo los gobiernos democráticos, Pey vio cómo el Gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle rechazó de plano su petición. Pese a que Pey acreditó la titularidad de las acciones de Clarín, el Gobierno chileno pretendió dar por finiquitado el pleito pagando una indemnización a falsos propietarios del periódico.

En 1996, Pey decidió renunciar a la nacionalidad chilena y en 1997 presentó a través de su abogado Joan Garcés una demanda ante el CIADI. La defensa de Pey invocó el Acuerdo de Protección de Inversiones firmado por España y Chile en el año 1994. El tribunal de arbitraje, presidido por el abogado suizo Pierre Lalive, rechazó primero el argumento de falta de competencia del CIADI planteado por el Gobierno de Chile; más tarde, aceptó reestructurar la formación del tribunal a raíz de recusaciones planteadas tanto por Chile como por Pey. Finalmente, el presidente del tribunal comunicó a los otros dos árbitros su decisión de emitir un laudo favorable a Pey. El árbitro designado a propuesta de Chile, Leoro Franco, contra todas las reglas de la institución del arbitraje, informó al Gobierno de Chile del contenido confidencial de dicha propuesta.

El Gobierno chileno decidió entonces recusar tardíamente y de manera sobrevenida al tribunal, con la intención de bloquear-retrasar el fallo formal, para lo cual el tribunal había sido citado el 19 de septiembre en Nueva York. Al mismo tiempo, el árbitro Leoro Franco, en una operación orquestada por Chile, decidió dimitir. Su argumento: el Gobierno chileno había perdido su confianza en él.

El tribunal de arbitraje tramitó la recusación dando posibilidad de alegar a las dos partes. Finalmente, tras un mes de estudio, el presidente desestimó lo que ha llamado una "insólita" recusación planteada por Chile una vez conocido que el laudo será favorable a Pey.