La tragedia que enluta a familias modestas que vieron en la carrera militar una opción de vida y trabajo para sus hijos, vuelve a demostrar la enorme y vergonzosa falta de valía profesional y moral entre quienes hacen gárgaras con la patria tres veces al día.
La editorial de Dn. Felipe Schwember (EM 6/5/24) rechaza “el mito fundacional que inspira la visión política de quienes hoy nos gobiernan: la revolución como remedio de las injusticias que real o presuntamente lastran la vida social”.
Los empresarios nacionales y algunos otros avecindados como si de gitanas se tratara, intentan sacar la suerte hasta dónde alcanza la vida de los chilenos. Jóvenes de tercera edad los bautizan y les auguran su poco tiempo en algo mejor.
“Yo jamás festiné ni me hizo ningún sentido esta imagen burda del perro aquel”, dice Boric, y agrega: “me parece ofensiva, denigrante y no es la manera que yo entiendo cómo se tiene que hacer la política…”
La obligatoriedad de enrolarse tiene por lo demás otra arista muy perniciosa: es profundamente discriminatoria. Si uno revisa las listas de quienes hacen el servicio militar en Chile, encontrará que la inmensa mayoría corresponde a sectores de más bajos ingresos.
Tenemos el antecedente del siglo XIX en que conservadores, por un lado; y liberales y radicales por el otro, se contraponían duramente como “derecha” e “izquierda”.
Este gobierno no puede pasar por alto que fue elegido por el pueblo entusiasmado entonces por los anuncios de transformaciones estructurales y cambios refundacionales, ninguno de los cuales asoma hasta ahora. Las necesidades sociales de la calle no son tomadas en cuenta.
Al presidente no le gustó el perro callejero. Provoca daño moral, debilita una institución. Eso es negacionismo. Sabe que desde la calle nació la potente fuerza para llevarlo a la casa de los presidentes. Millones de chilenos colocaron sus razones para que la vida cambie, han pasado años y no se ha ganado nada
El crecimiento más significativo en la demanda de cobre se espera en la India y en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) por el auge en las industrias manufacturera y de construcción. La demanda de alambre de varilla experimentará allí un aumento notable debido al desarrollo de infraestructura energética.