Crónicas de un país anormal

La cuarentena en Tontilandia

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El humorista y escritor, Genaro Prieto, llamaba a Chile “Tontilandia”. En la época republicana, a diferencia del actual, los periodistas tenían sentido del humor y, por ejemplo, podían mentir, pero lo hacían con buena dosis de gracia y de ironía.

Genaro Prieto trabajaba para el Diario Ilustrado, que pertenecía al Partido Conservador. Por esa época, los reaccionarios pechoños tenían algún sentido del humor: el Diario Ilustrado, por ejemplo, hacía caricaturas que volvían loco al Presidente Arturo Alessandri.

En febrero de 1927 publicó en la tapa de ese Diario una colosal bota, anunciando con ese simbólico dibujo que comenzaba la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo, pero los poderosos no estaban para broma: el director del Diario Ilustrado, mi abuelo Rafael Luis Gumucio Vergara, le costó el exilio por el hecho de haberse burlado del dictador.

En Tontilandia actual, para mostrar que el “señor Corales”, (Piñera), tiene todo el poder, no necesita declarar la dictadura, pues una pandemia otorga plenos poderes a los Presidentes bajo pretexto de salvar la vida de sus súbditos, (en la monarquía Dios envía un rey absoluto para cumplir esta labor).




El Sr. Corales se caracteriza por un tremendo amor a sí mismo, rayano en la patología: se cree un genio que domina todos los saberes humanos, desde a literatura, pasando por la ingeniería y las matemáticas y, principalmente, la economía.

El Señor Corales Piñera les disputa a los payasos las risas del público (les puedo garantizar que, en el escenario, ellos no son más divertidos que él). En su intento para ganarse el cariño y los aplausos del público hace bromas y, hasta metidas de pata que no tienen parangón.

Los Presidentes, cuando son tímidos y se expresan, a duras penas, en monosílabos, adoptan el camino de quedarse callados en las diversas reuniones, especialmente de gabinete ministerial; (fue el caso del Eduardo Frei Ruiz-Tagle, táctica que le sirvió para culpar a sus ministros de su pésimo gobierno).

Piñera es todo lo contrario del hijo de don Eduardo FREI Montalva, el estadista: como cree saberlo todo, no permite que ninguno de sus contertulios abra la boca, y si alguno intenta hacerlo lo mira con desdén y continúa jugando con el lápiz, que siempre lo acompaña. En la toma de las decisiones siempre actúa solo, pues no escucha ningún consejo: cree que es tan omnisciente como Dios.

Desafortunadamente, Tontilandia no es una isla, como Islandia, por ejemplo, que pudo poner fin a la pandemia del Coronavirus gracias a su aislamiento, pues Chile se encuentra inmerso en el universo neoliberal actual, por consiguiente, este volcánico país se ha visto obligado a decretar cuarentenas, pero parceladas.

En los circos pobres el Sr. Corales tiene la misión de retar a sus dóciles payasos cuando ellos, en sus rutinas, se pasan de la raya; el Sr. Corales, con mucho realismo, elige al personal que va a estar a su servicio, entre amigos personales y parientes, que jamás lo van a contradecir, además, todos ellos tratan de celebrar las salidas inoportunas y chistes y bromas de mal gusto, (el caso de del ex ministro de Hacienda, quien recomendó a los ciudadanos la compra de flores, pues estaban muy baratas; y otro ex ministro que expresó que las filas de los Consultorios eran un muy buen lugar para copuchar entre vecinos; un tercero, recomendó levantarse muy temprano para aprovechar la rebaja del valor de la tarifa del Metro).

El Presiden Corales Piñera, por una vez en su vida, tuvo el tino de no mostrarse en el primer plano, permitiendo que su subordinado Jaime Mañalich diera a conocer diariamente los informes del avance de la pandemia, (Mañalich se ha convertido, así, en una especie de Sr. Corales en chico). En sus frases y también metidas de pata, está ganando a su jefe directo: algún día expresó que “el virus podría convertirse en buena persona…”; en otra intervención reconvino a la subsecretaria actual de Salud por ser “muy aficionada al café, – proponiendo – compartir una buena cerveza”.

En Tontilandia, los delitos económicos son errores, y cuando una autoridad cae en una falta, termina pagando el chofer o la secretaria…Es muy raro que una autoridad reconozca que cometió un error o un delito; no se le puede restar valor, al gesto de la ministra Karla Rubilar, quien asumió la culpa de haber aprobado un instructivo atrabiliario, (muchos podrían sospechar que la ministra fue utilizada para proteger a su jefe).

En este bello y sufrido país la responsabilidad política no existe: es evidente que la estrategia del gobierno para combatir la pandemia ha fracasado rotundamente, pero ni Piñera, ni Mañalich van a responder ante los tribunales de justicia por las vidas truncadas, y terminan culpando siempre a los ciudadanos por no respetar las cuarentenas. No se han detenido a pensar que, en democracia, la autoridad no puede ser el monopolio de la fuerza, sino también el prestigio moral y ético de quien dirige el Estado por mandato de los ciudadanos. No basta con vencer, sino que es preciso convencer.

Ahora, el Presidente Piñera cuenta con el rechazo de más del 80% de los ciudadanos, y en noviembre de 2019 tenía una aprobación de sólo el 5%.

Hay que distinguir entre legalidad y legitimidad: nadie duda que Sebastián Piñera fue elegida por amplia mayoría de los ciudadanos, pero también ha demostrado ser inepto para ostentar el cargo de Presidente.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

13/06/2020

 

 

 



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  1. ue dijese Miguel de Unamuno says:

    En tontilandia , actualmente , habría que repetir lo que dijese Miguel de Unamuno (de facho pasó a «montonero!) : Venceréis , porque tenéis la fuerza bruta , pero no convenceréis , porque no tenéis la razón» , palabras más , palabras menos. La razón y la historia «verdadera» , no son características de Chile , donde se le llama «estadistas» a los golpistas (Frei Montalva) y asesinos seriales (Arturo Alessandri palma) por ejemplo.

  2. Es claro quién es y cuánto vale el delincuente internacional Sebastián Piñera Echeñique, alias el «Webastian» por lo cual agregar algo en contra de ese sujeto es redundante y conocido por la gente que está al acecho de que después que la pandemia se vaya y Webastian siga el mismo camino.

    Sin embargo tampoco me gustan los ex DC, PR y algunos otros pájaros y Don Nepo me intranquiliza cuando en sus manuscritos nos trata de meter su filosofía personal del nepotismo, mismo que mostro sus salidas de madre con su sobrino putativo Marquitos y todos sabemos que cree que con hacernos recordad a su pariente nos inclinaremos delante de el (los mexicanos dicen haciendo caravanas) y esta vez, sin ton ni son metió de contrabando una de sus frases favoritas:
    «mi abuelo Rafael Luis Gumucio Vergara, le costó el exilio por el hecho de haberse burlado del dictador.»

    La segunda joya es la mención del anticomunista asesino de obreros y pobladores, autor del cuento del siglo XX llamada «la Revolución en Libertad y la Patria Joven» y golpista contumaz además de mentiroso (Carta a Mariano Rumor justificando a Pinochet) cuando lo nombra y le da la categoría de «Eduardo FREI Montalva, el estadista»
    A otro perro con esos huesos viejos y a los que conservan la memoria y mantienen los principios sin cambio, no nos hinche las pelotas.

  3. LUIS DIAZ BORQUEZ says:

    Una pequeña salvedad: Mañalich es el responsable Número 2. Lo que aplicó el ministro fueron las instrucciones de su jefe, un mercader que no entiende sino de economía, incapaz absoluto a mirar las cosas desde otros perspectivas. Además , la prioridad a la economía es no solamente una falta de humanidad sino también una incomprensión de lo que pasa con la economía. Esta no es una guerra, nada ha sido destruido, ni las infraestructuras, ni las capacidades productivas del país, las que sólo están en parálisis parcial temporal. Recuperar los niveles de la economía será mucho más fácil que las visiones falsamente catastrofistas anuncian. Y será entonces, cuando el gobierno se vanaglorie de sus «extraordinarios logros» en la recuperación económica como a fines de los ochenta, cuando también el alto ritmo del que se vanagloriaba la dictadura no se hacía sino sobre la capacidad instalada y con un bajo nivel de inversión y después de la catástrofe del 82-83. Una vez más la manipulación mental se llevará adelante. Me quedo mejor con la correcta opinión del Presidente Fernández de Argentina, considerado hoy uno de los países que mejor enfrentó la pandemia:»La economía se recupera, las vidas no».

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