Carta abierta a mis amigos alcaldes y concejales
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Uds. son parte de una Institución que en la historia institucional de nuestros países es centenaria. Históricamente es heredera de los Cabildos de la época colonial, para pasar luego, con un grado importante de autonomía, a ser parte de la estructura del Estado independiente… En el caso de Chile, sin embargo, durante el gobierno militar pasaron a ser parte de la estructura jerárquica del Estado, subordinada a éste y dependiente de las orientaciones del poder central, situación que en gran parte mantienen hasta hoy. No obstante, es la orgánica de representación popular más cercana a la base social en Chile
En el mes de Noviembre de 1969 se realizó en Santiago, el V Congreso Hispano, Luso, Filipinos de Municipios, correspondiéndole a Chile su organización. Participé en la Comisión Organizadora de este evento y en mi calidad de edil del Municipio de Santiago, se me encomendó presentar un trabajo en la Comisión “Acceso de la Comunidad al Poder Local y cauces de participación ciudadana”. Mi tema verso sobre “Integración social y participación” y se encuentra incorporado en el Tomo II, (Pag. 1102), de los anales de este Congreso.
Han transcurrido más de cincuenta años de este evento y, releyendo este trabajo a propósito de la crisis que vive el país, encontré que estamos parados casi en el mismo punto que nos encontrábamos en los finales de los años 60 . Rescato una afirmación hecha en esta presentación que con el correr del tiempo ha adquirido para mi sentido. Señalo en el documento que “si las masas marginales presentes en la lucha por el control del Estado entran en el juego de las alianzas sociales, lo más probable es que los grupos que dominan el sistema cedan en parte a sus presiones, entregando a los sectores populares mayores oportunidades de consumo y una participación formal en el aspecto político”. Concluyo señalando que “si esta alternativa se concreta, la presencia de los sectores populares legitimará un sistema de dominación que impide la creación de un auténtico proceso de participación, que supone una reordenación de las estructura de poder de nuestra sociedad”
Nadie posee en ciencia social y política, un oráculo para predecir el futuro. Nada más lejos de mi ánimo. Pero esta reflexión me surgió al escuchar la noticia del reparto de dos millones de cajas de alimento para “aliviar” los efectos de la cuarentena en los sectores “más necesitados” Un “distribuidor” generoso y activo y un “receptor” sufriente y pasivo. Esa es la dialéctica que instala el Gobierno en la dinámica social. ¿Y los Municipios, esto es, sus Alcaldes y concejales? ¿Qué rol están jugando? El mismo del Estado central. Muy pocos recogen los impulso de participación venidos de los sectores sociales más lúcidos que reclaman mas participación en el diseño y ejecución de las políticas que los afectan.
Es el cuestionamiento a la estructura resultante de la frustración del proceso de cambios iniciado en 1964, lo que está en el centro de la crisis que quedó en paréntesis con la pandemia. Ahora es una preocupante crisis tetradimensional: sanitaria, política, social y económica. Ella requerirá para abordarla urgentemente la presencia de redes sociales estructuradas para enfrentarla, que sean a la vez que un agente de cambio, un contenedor que impida la violencia que ya se expresa de manera creciente.
Aquí las estructuras locales como el Municipio juegan un rol insustituible. Pero esta crisis es diferente a cuantas han existido antes Es una crisis sistémica global y los agentes políticos situados en la base social no pueden desconocer este hecho. El filósofo argelino Alain Badiou, analizando el atentado terrorista en Paris el 2015, parte situando las causas remotas de estos hechos, señalando en primer lugar el proceso de mundialización del sistema económico y social, cuyo resultado es que el 10% de la población mundial paso a poseer el 86% de los recursos disponibles, mientras que el 50% de la población no posee nada. Junto con dos causas más: el debilitamiento de los estados y las nuevas prácticas imperiales, sentencia que ello constituye el triunfó del capitalismo a nivel mundial.
Esto constituye un nuevo escenario que la clase política debe asumir y considerar en sus análisis. Pero por sobre todo, observar que esto hace de lo social un fenómeno complejo que obliga a revisar las prácticas sociales y políticas.
Después de mis reflexiones en el Congreso que aludo, Chile vivió un cambio violento y brutal. Me di cuenta que estos análisis no servían para diseñar una práctica social para cambiar la realidad. En la búsqueda de respuesta en el mundo académico me percate que la ciencia estaba realizando un giro trascendental hacia un paradigma de la complejidad, abandonando la visión causalista cartesiana del mundo.
Este paradigma muestras tres afirmaciones básicas. Los sistemas, incluidos los sociales, son fenómenos espontáneos y, a la vez, emergentes, autónomos y autoorganizados. Dos investigadores, uno observa ciudades y el otro la economía, descubren el mismo patrón: los agentes de nivel inferior adoptan comportamientos propios de un nivel superior, así las hormigas crean colonias, las células embriones, los vecinos ciudades y villorrios. En todos estos sistemas se observa una relación de procesos micro y procesos macro.
Esto les da las características de sistemas emergentes que se organizan espontáneamente, por lo tanto, son autónomos y autoorganizados. Autónomos porque construyen significados propios de su experiencias dando lugar a culturas. Son sistemas constructores de identidad, la que se define por lo que ellos conservan en su dinámica con el medio, no por lo que cambia.
La emergencia es un proceso que opera de abajo hacia arriba ( bottom up).Las relaciones micro y macro se pueden observar para entender que cuando un sistema hace un buen cruce entre procesos micro y macro, emerge un proceso virtuoso y generativo y, cuando este cruce no se da, aparece un círculo vicioso y destructivo. Esto es claro en el diseño de políticas publicás en que los planificadores, operando con miradas de la ciencia tradicional, desconocen estos procesos y terminan haciendo fracasar los proyectos con un costo y derroche de recursos enorme, como ha sucedido en el caso del transporté urbano, la educación y la salud en países como el nuestro y como esta sucediendo hoy a propósito de la crisis sanitaria.
Estimados ediles, es la hora de renovar los análisis. El mundo cambió y la responsabilidad de los agentes políticos es hoy mayor. Hay que escuchar a la vecina de una población que reclamaba en la TV por no ser oída. Había organizados a sus vecinos por bloques y sabía dónde estaban los contagiados y los más necesitados para recibir la ayuda y que tipo de ayuda requerían. Ella debe ser hoy agente social del Municipio. Esa es la labor de un organismo inserto en la base. Ello es hoy urgente, quedo poco tiempo y de nada sirve a los agentes políticos contabilizar las veces que son vistos en los medios o las cajas de alimentos que han repartido, porque este tipo de promoción política es historia del pasado y serán recordados como los ediles de la farándula. Gracias a los que quieran escuchar
Jorge Leiva Cabanillas
Psicólogo Ph.D.