Ecuador: ¿Una nueva rebelión ante la agenda neoliberal?
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El Presidente de la República del Ecuador, Lenín Moreno, asumió el cargo el 24 de mayo de 2017. Llegó al Ejecutivo bajo el paraguas de “Alianza País”, una coalición de partidos progresistas en la que el economista y ex Presidente Rafael Correa (2007-2017) participó como uno de sus fundadores.
Así, durante la campaña para las presidenciales de 2017, Moreno contó con el apoyo de las figuras más relevantes de la conocida popularmente como “Revolución Ciudadana”. Lo que desconocían muchos de ellos es que tras su victoria en los comicios, y una vez asumido el bastón de mando, daría un viraje ideológico a la derecha que terminaría materializándose en una purga en el seno del partido y una feroz persecución política contra la primera línea del “correísmo” que incluyen, entre otros, al ex Vicepresidente Jorge Glas, al ex Canciller Ricardo Patiño o al ex Jefe de Inteligencia Pablo Romero.
Todos ellos se encuentran actualmente encarcelados o bajo persecución judicial por distintos casos de dudosa credibilidad y que algunas fuentes denuncian como pre-fabricados. Se trataría de una nueva estrategia opositora llamada “Lawfare” que consiste en una guerra jurídica contra determinados líderes políticos para encarcelarlos temporalmente y desprestigiarlos con el objetivo de inhabilitarlos o bien cambiar el signo político de un gobierno [1].
Es sin duda una vertiente del conocido como “golpe blando”, un concepto creado por el politólogo estadounidense Gene Sharp que lo desarrolló para brindar a la CIA alternativas a los convencionales golpes de Estado militares que en determinados contextos tenían un “coste” muy elevado ante la opinión pública internacional [2].
Los ejemplos más claros de “Lawfare” o “guerra jurídica” son los de Manuel Zelaya en Honduras (2009), Fernando Lugo en Paraguay (2012), Cristina Fernández en Argentina (2015) y Dilma Rousseff (2015) o Lula da Silva (2017) en Brasil. A los que ahora se suma Rafael Correa y la vieja guardia de Alianza País.
Paralelamente a esta caza de brujas, durante sus casi tres años de gobierno, Lenín Moreno ha desplegado un conjunto de medidas que han hecho retroceder a Ecuador a aquello que el propio Correa calificó como la “larga noche neoliberal”, en referencia a la etapa de los años 90 en la que el gobierno conservador de Jamil Mahuad aplicó una serie de reformas que desregularizaron el sector financiero y permitieron que la banca actuara sin ningún tipo de fiscalización ni control sobre el crédito. Estos abusos culminaron finalmente con la quiebra bancaria en 1999, desatando la mayor crisis social que ha conocido el país y provocando una migración masiva sin precedentes hacia Europa y Estados Unidos [3].
Retorno al pasado
Moreno ha traído de vuelta estas mismas recetas neoliberales encaminadas a beneficiar a las élites en detrimento del pueblo trabajador y que llevaron al país a la bancarrota. Y lo ha hecho de la mano de los mismos actores económicos internacionales que maquinaron la catástrofe en los 90: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
El nombramiento como Ministro de Economía de Richard Martínez, ex Presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano, ya fue toda una declaración de intenciones [4]. Desde que asumió la cartera, ha aplicado una serie de reformas que claramente atentan contra la clase trabajadora, como por ejemplo la flexibilización de la legislación laboral, beneficios fiscales para grandes empresas, la limitación de la inversión pública a un 3 por ciento anual o la exoneración de pago por la salida de divisas a multinacionales extranjeras.
En sintonía con la senda trazada, el 1 de octubre de 2019, el Gobierno de Moreno anunció ante la población un nuevo paquetazo económico dictado por el FMI [5] en el que se decretaba una reforma laboral, el despido de 23.000 trabajadores del Estado, la reducción de 30 a 15 días de vacaciones para empleados públicos y la eliminación de los subsidios a los combustibles. La reacción popular fue inmediata: las manifestaciones masivas y los bloqueos de carreteras confluyeron en una huelga general [6] que duró 11 días y que a pesar de la dura represión por parte de los cuerpos militares y policiales obligó al Ejecutivo a derogar las medidas [7].
Sin embargo, lejos de rectificar sus políticas económicas y transcurridos más de siete meses del gran Paro General, Lenín Moreno se escuda ahora en la pandemia de coronavirus para seguir adelante con su agenda de corte liberal. Este martes 19 de mayo informó sobre despidos y reducción de salarios en el sector público y la liquidación de 7 empresas del Estado entre las que se encuentran ferrocarriles, medios públicos, correos o la aerolínea TAME [8].
La rebelión popular de Octubre fue toda una demostración de determinación y fuerza de los sectores de la población más golpeados, que fueron capaces de paralizar el país y poner en jaque al gobierno. Moreno, en su afán de servir a la patronal y a las oligarquías, parece empeñado en seguir desafiando a la clase trabajadora del Ecuador en un nuevo pulso que puede volver a perder, con el desgaste político y definitivo que esto comportaría.
Oriol Sabata
Notas:
[1] https://www.celag.org/wp-content/uploads/2017/03/LawfareT.pdf
[2] https://www.nuevatribuna.es/opinion/walter-c-medina/america-latina-golpe-
blando-lawfare/20180825095153155091.html
[3] https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-890154
[4] https://www.eluniverso.com/noticias/2018/05/16/nota/6761847/sorpresa-buena-
reaccion-mercado-nuevo-ministro
[5] https://www.dw.com/es/fmi-alaba-medidas-econ%C3%B3micas-anunciadas-por-len
%C3%ADn-moreno/a-50686490
[6] https://www.telesurtv.net/news/ecuador-paquetazo-sector-social-
movilizaciones-paro-nacional-20191003-0003.html
[7] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50037781
[8] https://www.telesurtv.net/news/ecuador-lenin-moreno-presenta-medidas-economicas-20200519-0011.html