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ACNUR: “Crisis de desplazamiento de Centroamérica agravada por COVID-19”

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La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) alerta sobre la situación en la que se encuentran los desplazados en Centroamérica, ya grave antes del COVID-19.

 

El portavoz del ACNUR, Andrej Mahecic, declaró hoy a la prensa acreditada en Naciones Unidas la gravedad de la situación frente a la cual se encuentran los desplazados en Centroamérica.

“Una situación creciente de violencia crónica e inseguridad, junto con las restricciones relacionadas con COVID, está arriesgando vidas y exacerbando las dificultades para decenas de miles de personas en el norte de América Central”, advierte ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados. “La violencia ha obligado a unas 720,000 personas en la región a huir de sus hogares desde finales del año pasado. Casi la mitad de ellos ahora están desplazados dentro de su propio país, incluidas unas 247,000 personas en Honduras y unas 71,500 en El Salvador, mientras que otros han huido a través de las fronteras”.

Hoy, a pesar de los bloqueos relacionados con COVID en Honduras, El Salvador y Guatemala, las personas desplazadas internamente (IDP) y líderes de la comunidad informan que los grupos criminales están utilizando el confinamiento para fortalecer su control sobre las comunidades. Esto incluye la intensificación de la extorsión, el tráfico de drogas y la violencia sexual y de género, y el uso de desapariciones forzadas, asesinatos y amenazas de muerte contra quienes no cumplen.




Las restricciones en el movimiento dificultan la obtención de ayuda y protección para aquellos que la necesitan y aquellos que necesitan huir para salvar sus vidas se enfrentan a mayores obstáculos para encontrar seguridad.

Además, los cierres estrictos han provocado que muchas personas desplazadas y vulnerables pierdan sus medios de vida. A medida que se ordena a las empresas que cierren y desaparecen los trabajos informales, las personas viven en estas comunidades vulnerables y están perdiendo sus únicas fuentes de ingresos.

Muchos ahora tienen acceso limitado a servicios básicos como atención médica y agua corriente. Enfrentadas a estas circunstancias terribles, las personas recurren cada vez más a mecanismos de afrontamiento negativos, incluido el trabajo sexual, que los ponen en mayor riesgo tanto en términos de salud como al exponerse a la violencia y la explotación por parte de las pandillas.

El desplazamiento en el norte de América Central, y el hecho de que a menudo involucra a una persona o familia a la vez, puede dificultar la detección de nuevos movimientos forzados.

El ACNUR depende regularmente de una red de líderes comunitarios en áreas de alto riesgo para identificar posibles desplazamientos internos. Ellos comunicaron al ACNUR que esperan un rápido aumento en el desplazamiento forzado tan pronto como se levanten las medidas de bloqueo.

Mientras tanto, el ACNUR está trabajando en todo el norte de América Central, concentrándose en las intervenciones humanitarias más críticas en la medida en que las restricciones de movimiento lo permitan para brindar protección a las personas bajo amenazas y violencia.

 

Por Elena Rusca (en Ginebra)



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