UNCTAD propone acuerdo mundial para evitar desastre económico en los países en desarrollo
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La Conferencia de las Naciones Unidas Sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) propone hoy una serie de medidas urgentes que se requieren para evitar una inminente crisis de deuda en los países en desarrollo, que ya están padeciendo las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus.
El organismo de comercio y desarrollo de la ONU (UNCTAD) publicó un informe que aboga por un acuerdo mundial de deuda para el mundo en desarrollo[1]. El informe destaca la necesidad de actuar de manera decisiva para aliviar sustancialmente la carga de la deuda de los países en desarrollo, con el fin de liberar los recursos requeridos para afrontar la pandemia en expansión.
La UNCTAD trazó 3 pasos claves que se requieren, según la agencia de Naciones Unidas, para traducir las llamadas a la solidaridad internacional en acciones concretas:
1: Suspensiones temporales automáticas.
Con el fin de brindar un respiro a todos los países en desarrollo afectados por la crisis que solicitan abstenciones de pago de servicio de la deuda pública externa para liberar recursos. Las suspensiones, siempre que sean suficientemente duraderas y amplias, facilitarían una respuesta efectiva al choque del COVID-19 permitiendo mayores gastos en las áreas sanitarias y sociales en el futuro inmediato y ayudarían a un repunte económico post-crisis caracterizado por un crecimiento sostenible, con equilibrio en las cuentas fiscales y comerciales.
2: Alivio de la deuda y programas de reestructuración.
Para asegurar que se aproveche del respiro logrado como un primer paso para reevaluar la sostenibilidad a más largo plazo de la deuda de los países en desarrollo, caso por caso.
El 13 de abril, el Fundo Monetario Internacional (FMI) perdonó los pagos de deuda que le debía los 25 países en desarrollo más pobres durante los próximos seis meses. Se estima que el monto de esta deuda perdonada se ubica en torno a los 215 millones de dólares.
El 15 de abril, los líderes del Grupo de las 20 principales economías del mundo (G20) anunciaron la suspensión del pago de servicio de la deuda de los 73 países más pobres desde mayo hasta el fin del año.
Sin embargo, se requiere de manera urgente un conjunto de medidas más sistemáticas, transparentes y coordinadas de condonación generalizada de la deuda de los países en desarrollo, indica el informe. Específicamente, el informe sugiere la cifra de un billón de dólares como medida de condonación necesaria para evitar un desastre económico del mundo en desarrollo.
3: Una autoridad internacional de deuda de los países en desarrollo.
Para tomar los primeros dos pasos, el informe de la UNCTAD propone establecer una Autoridad Internacional de Deuda de los Países en Desarrollo (IDCDA, por sus siglas en inglés) para supervisar la implementación y para sentar las bases institucionales y regulatorias de un marco internacional más permanente que guiaría las reestructuraciones de deuda soberana en el futuro.
Este proceso podría seguir el camino de la creación de una organización internacional autónoma a través de un tratado internacional entre Estados afectados. Asimismo, como complemento a dicho tratado es esencial establecer de manera rápida un órgano asesor de expertos que goce de total independencia de los intereses de los acreedores y deudores.
Carga de deuda insostenible.
La pandemia del coronavirus golpea a las economías en desarrollo en un momento en que estos países ya habían estado lidiando desde hace varios años con cargas de deuda insostenibles, así como con crecientes necesidades en términos sanitarios y económicos.
Según el informe, los países en desarrollo cuentan en la actualidad con obligaciones de servicio de la deuda para la próxima década que se encuentran en niveles agobiantes. Solo en 2020 y 2021, los desembolsos destinados al pago de la deuda pública externa se estiman en casi 3,4 billones de dólares – entre 2 y 2,3 billones de dólares en los países en desarrollo de alto-ingreso, y entre 666 mil millones y 1,06 billones de dólares en los países de mediano- y bajo- ingreso, según el informe.
Las turbulencias financieras provocadas por la crisis han desencadenado salidas récord de los flujos de capital desde las economías emergentes, así como fuertes devaluaciones de las monedas de estos países, lo que implica un costo aún más alto de los pagos de servicio de la deuda.
“Las recientes llamadas a la solidaridad internacional apuntan en la dirección correcta” explica Richard Kozul-Wright, el Director de la División de Globalización de la UNCTAD que preparó el informe “pero hasta el momento no se ha visto suficiente apoyo tangible para los países en desarrollo mientras éstos buscan abordar los impactos inmediatos de la pandemia y sus consecuencias económicas.”
Daño económico creciente.
El informe muestra que en los dos meses transcurridos desde que el virus comenzó a extenderse más allá de China, los países en desarrollo han tenido un enorme impacto en términos de salidas de capital, crecientes diferenciales de bonos, depreciaciones de divisas y pérdida de ingresos por exportaciones, incluso por la caída de los precios de los productos básicos y la disminución de los ingresos turísticos.
En la mayoría de estas medidas, el impacto se ha reducido más que en 2008. Y con la actividad económica interna ahora sintiendo los efectos de la crisis, la UNCTAD no es optimista sobre el tipo de rápido repunte observado en muchos países en desarrollo entre 2009 y 2010.
Las salidas de cartera de las principales economías emergentes aumentaron a $ 59 mil millones en un mes entre febrero y marzo, según los cálculos. Esto es más del doble de las salidas experimentadas por los mismos países inmediatamente después de la crisis financiera mundial ($ 26.7 mil millones).
Los valores de sus monedas frente al dólar han caído entre 5% y 25% desde el comienzo de este año, más rápido que los primeros meses de la crisis financiera mundial (consulte el cuadro a continuación).
Los precios de los productos básicos, de los que dependen en gran medida muchos países en desarrollo para sus divisas, también han caído precipitadamente desde que comenzó la crisis. La disminución general de los precios ha sido del 37% este año, según el informe.
El 30 de marzo, la UNCTAD instó a adoptar un paquete de 2,5 billones de dólares[2] para ayudar a los países en desarrollo a hacer frente a la crisis del coronavirus. Incluso previamente a la crisis del Covid-19, muchos de estos países se veían obligados de destinar altas y crecientes proporciones de sus ingresos fiscales para el pago de sus deudas, lo que implicaba un desplazamiento cada vez mayor presión de los gastos necesarios en partidas sanitarias y sociales.
“La comunidad internacional debería tomar medidas de manera urgente para aliviar la creciente presión financiera que el pago de la deuda ejerce sobre los países en desarrollo mientras se enfrentan el choque económico que conlleva el COVID-19,” indicó el Secretario-General de la UNCTAD Mukhisa Kituyi.
Elena Rusca (en Ginebra)
[1] Informe completo: https://unctad.org/en/PublicationsLibrary/gdsinf2020d3_en.pdf
[2] Más informaciones : https://unctad.org/en/pages/newsdetails.aspx?OriginalVersionID=2315