Crónicas de un país anormal

Andrés Manuel López Obrador y el combate contra la corrupción

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México es uno de los países que presenta mayores índices de corrupción, y su Presidente, que tiene mayoría en el Legislativo, está decido a enfrentar este flagelo. El problema fundamental que tiene que enfrentar es el compromiso del poder judicial con los delincuentes, (sobre todo los de cuello y corbata) y, a diferencia de Colombia, donde las mafias de  narcotraficantes asesinaban a los jueces, en el caso de México los Magistrados son aliados de los narcos. No hay jueces ultimados, pero sí muchos periodistas que se han atrevido a denunciar a los narcotraficantes.

 

El Partido Revolucionario Institucional, (PRI) y su aliado, el Partido de Acción Nacional (PAN) han construido, a  lo largo de los años, una estructura política mafiosa que llevó a México, a finales del sexenio de Enrique Peña Nieto a convertir el país en un Estado inviable. Tanto el PRI  como el PAN han hegemonizado la dictadura perfecta.

 

Si analizamos lo acaecido en las últimas décadas, es difícil establecer cuál de los Presidentes neoliberales es más ladrón y corrupto, (el granjero Vicente Fox y Felipe Calderón, ambos del PAM, heredaron los mismos métodos para servirse del Estado, `no servidores del Estado`, que los del PRI  Carlos Salinas de Gortari y Ernesto  Zedillo.

 

La culminación del asalto al país por el neoliberalismo se produjo en sexenio encabezado por Enrique Peña Nieto, bastante ignorante y amoral, que aniquiló   la obra del general Lázaro Cárdenas, quien nacionalizó el petróleo (1938), y terminó por desnacionalizar PEMEX, dejando a su país privado de la única carta que le permitía defenderse de las arremetidas de Estados Unidos.




 

López Obrador, a  partir de la asunción del mando,  en poco tiempo ya contaba con el inédito  90% del apoyo ciudadano, muy superior al gobierno de Putin, que tenía un récord de aprobación ciudadana. AMLO, inteligente y probo, desde el mismo día que tomó el mando, bajó su sueldo y el de sus ministros, además decidió que ningún funcionario del Estado podría tener un sueldo superior al del Presidente de la  República. Para solventar los gastos que implica dar empleo a los inmigrantes centroamericanos ha puesto a la venta el avión presidencial. Qué diferencia con el Presidente de Chile, que hasta evade impuestos, y de los parlamentarios y de otros jefes de servicio, que tienen sueldos millonarios frente a la pobreza de la mayoría de los ciudadanos.

 

Los jueces mexicanos corruptos la han emprendido contra el Mandatario acordando habeas  corpus a los delincuentes de cuello y corbata, y negándose a acatar la orden de rebajar sus salarios. Los ministros de la Corte Suprema de México ganan 600.000 pesos mexicanos al mes, cifra enorme si se compara con los $108.000 que gana el Presidente de la República, (no olvidar que la Corte Suprema de Chile, no sólo colaboró a la caída de Salvador Allende, sino que también se negó, durante la dictadura a conceder habeas  corpus, condenando a la muerte a muchos ciudadanos.

 

AMLO, en la búsqueda constante de pacificar el país, decidió no perseguir los crímenes, abusos y robos de los mandatarios anteriores, como tampoco de sus funcionarios, sin embargo, los Tribunales de Justicia y la Fiscalìa deberán seguir las causas que ya habían sido iniciadas, especialmente la que se refiere al caso Odebrecht, en la cual está implicado el ex jefe de PEMEX durante el período de Peña Nieto, Emilio Lozoya Austin, acusado de enriquecimiento ilícito, fraude al fisco, cohecho y lavado de dinero. Lozoya amenaza con implicar al ex Presidente Peña Nieto si fuese necesario.

 

Algunos delitos de cuello y corbata son muy difíciles de probar, pues y muy hábilmente, los dineros mal habidos han sido lavados en paraísos fiscales, y la tipificación del delito exige probar el dolo y, además, que quien reciba el dinero sucio haya sabido que procedía de actividades delictuales y haya actuada en conciencia y advertencia.

 

Lozoya, como jefe de PEMEX, defraudó al fisco en millones de dólares, y se ha comprobado que recibió de Odebrecht  más de cinco millones de dólares. Su cómplice, Alfonso Ancira, dueño de la empresa privatizada AHMSA (Altos Hornos Mexicanos SA), que ya ha sido apresado en España y ahora se tramita su extradición a México.

 

Contra viento y marea, gracias a la entereza del Presidente de Mèxico, Andrés Manuel López Obrador, se va a terminar con la impunidad para los delincuentes de cuello y corbata.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

16/06/2019             



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