En las grandes catástrofes la primera víctima es la verdad: cuando no creemos en nada, somos capaces de creer en todo
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El miedo es una emoción y como tal es difícil de controlar. Esta emoción pone en marcha los sentidos de alerta, se genera adrenalina, el miedo se produce cuando nos enfrentamos a un peligro o algo que consideramos, por adaptación, educación, cultura, etc, una situación extrema que podría producirnos grandes daños e incluso la muerte.
El miedo es un mecanismo necesario para la supervivencia, es lo que nos impulsa a reaccionar para defendernos y protegernos, en suma, para salvar el pellejo.
Hasta ahí vamos bien, espero; sin embargo el miedo extremo se convierte en pánico, que en definitiva nos lleva a hacer cosas irracionales y extraordinarias: el cine se nutre demasiado de estas situaciones (El día de la Independencia, Virus, El día después, Walking Death, etc).
Si algo podemos decir del COVID 19, es que estamos en modo “Miedo”, a punto de alcanzar el modo “Pánico”.
¿Pueden evitarse estos estados? En mi opinión sí; menciono dos maneras para que ustedes fieles lectores sean capaces de sacar sus propias conclusiones.
La primera es disminuir lo que provoca miedo, no contando todo lo que se sabe, manipulando cifras, utilizando una estrategia comunicacional que repita la verdad oficial y haciéndolo a través de personas creíbles (expertos, científicos, académicos, etc.).
Mucha gente sostiene que las actuales autoridades no están contando la firme. Eso puede deberse a que el manejo comunicacional ha sido muy ineficiente o muy eficiente (según cuál sea su objetivo). Midiendo la estrategia comunicacional empleada por sus resultados, creo que es así, la gente (incluso los contagiados) siguen saliendo a las calles, siguen concurriendo (porque no les queda otra) a trabajar o a vacunarse en un Cesfam abarrotado de gente y los más frescos se fueron al litoral como si se tratara de unas inesperadas y pagadas vacaciones.
La segunda alternativa es que a la gente se le cuente la verdad, como lo hizo el domingo Pedro Sánchez en España, afirmando que si lo de hoy es terrible, es poco comparado con lo que pasará la próxima semana, y llamó a los españoles a estar preparados para una situación muy extrema. Hay quienes hablan de que CV19 afectará a más de un 50% de la población. Esto posiblemente debe tener al borde del pánico a los españoles, italianos, y franceses (ya que este virus ha sido un poco selectivo en sus ataques) mientras los chinos recién se despiertan de la pesadilla. Hay mucha gente que prefiere saber la verdad objetiva para poder actuar en consecuencia.
¿Cómo deberíamos estar nosotros?, ¿qué sabemos de pestes y de virus? NADA, a lo menos así me dio la impresión el ministro de Salud, al afirmar que el virus puede transformarse de malo a bueno.
Entre los miedos que tenemos se encuentra la desconfianza en el mejor sistema de salud del planeta. ¿Cuántos ventiladores respiratorios hay en el hospital de vuestra comuna o ciudad? ¿cuántos en el sistema privado? (divida por 10 la cantidad anterior. Entonces ¿se llegará al extremo de elegir a quienes salvar y a quienes condenar a la muerte? ¿Habrán suficientes camas críticas en nuestro sistema hospitalario? Al parecer no lo hay (por esto que siempre estamos preparados para lo normal y nunca para lo extraordinario) y por eso se arriendan hoteles y se recurre a medidas de parche, a las que estamos acostumbrados ya que los chilenos somos los hijos preferidos del rigor de la naturaleza y de las catástrofes. Estoy seguro de que cuando el mundo se acabe de verdad los chilenos saldremos de las cenizas con un chiste a flor de labios.
LA VERDAD MUERE EN LAS GRANDES CATÁSTROFES
Todas estas preguntas tienen pocas respuestas, y eso hace que la gente cree las suyas propias, las que generalmente son más catastróficas que la misma realidad. La gente que no cree en sus autoridades comenzará pronto a manifestar las primeras reacciones de pánico.
El FOMO (Fear of Missing Out)
Hace muchos años se estudió este síndrome, que se traduce como “miedo a no saber la verdad”, “miedo a estar fuera del conocimiento de lo que pasa”. Eso explica porqué la gente vació las góndolas de los supermercados de Alcohol Gel, desinfectante, cloro y esto es lo más curioso: de papel higiénico. Carros llenos de rollos del popularmente llamado papel Confort, a lo menos hasta donde sé, el corona virus no produce diarrea. En otros países se ha agotado la cerveza y ya saben ustedes a donde está llegando el pánico financiero que tiene en las nubes al dólar y en el subterráneo al cobre. Ese es pánico financiero y es natural que nadie quiera quedarse con acciones de compañías que probablemente quiebren y tiende a refugiarse en el dinero efectivo en moneda dura (dólar, Euro, Yen, Oro).
Hoy, a casi diez días de encendidas las alarmas, por fin se formó una mesa de diálogo con el Colegio Médico, con rectores de universidades, y representantes de los alcaldes, ya que al parecer cada uno estaba tirando para su lado. Entre las propias autoridades gubernamentales se contradecían a cada instante, y el gobierno estaba llegando atrasado a todas partes.
El momento es propicio para que aparezcan los llamados “mitos urbanos” como el chupacabras, un asteroide que se acerca a la tierra o la guagua horrenda que nació en un hospital y que le dijo al equipo médico que la recibió “el 11 pasará algo horrible”.
Casi todos los gobiernos del mundo han actuado mal ante la llegada de esta desagradable visita: Boris Johnson dijo en un primer instante que el virus sería enfrentado sin más recursos que compartiéndolo colectivamente, mientras más gente se infecte existe la posibilidad de que se le pase el hambre y el virus dejará de comer solito, o sea, no hagamos nada. Trump dijo que era una estrategia demócrata para bajarle las estadísticas a su casi segura reelección y mucha gente, yo diría mayoritariamente, sostiene que todo esto es una movida estratégica monitoreada por Estados Unidos y China en tanto Noam Chomsky sostiene que la primera víctima del corona virus es el modelo neoliberal. El virus fue creado según muchos para producir una reacción de shock en un mundo nihilista, que se alejó de la religión y que muestra conflictos en todos lados, Hong-Kong, Siria, España, Ecuador, Brasil, Turquía, etc, y por supuesto en nuestro Chile, con una situación de estallido social que no se paraba con nada: carabineros, FF.AA, zorrillos, balines, guanacos, lacrimógenas, no pudieron hacer lo que hizo un pequeño e invisible virus en menos de una semana. Todo se calmó.
Otras personas informadas y que me merecen todo respeto dicen que COVID 19 es menos peligroso que la gripe estacional que nos visita cada año; la influenza produce 5.000.000 de casos graves y más de 650.000 muertes por año (considerando que tenemos vacuna, la cifra es astronómica) entre el 10 y el 20% de la población tiene influenza en un año. ¿Cuánto es eso en un planeta habitado por más de 7.000 millones de almas? (La matemática no es mi fuerte, pero si sé que es mucha gente)
¿Quiénes compran acciones de empresas que están por el suelo en estos momentos? ¿Quiénes pueden fabricar la vacuna que venderán pronto a precio de oro?, ¿quiénes se están beneficiando con esta situación? Búsquenlos y encontrarán a los culpables.
También tengo miedo y estoy recluido en mi hogar, puede ser que esto alcance proporciones inimaginables como la fiebre amarilla, el cólera, la peste negra, la peste bubónica, la poliomielitis, la viruela y la lepra y la influenza de 1918, que produjo la muerte de gran parte de la población y que cambiaron radicalmente el mundo. ¿Podría ser? y ¿por qué no?
Como sé que ahora tienen harto tiempo aquí van las lecturas sugeridas:
El siguiente texto de Noam Chomsky vale la pena leer: https://www.prensa-latina.cu/i
En este link verán la cantidad de Falsas Noticias (bulos) que circulan en España en relación al Covid19 https://maldita.es/malditobulo
Más sobre epidemias: http://www.sld.cu/galerias/pdf
Comunicación social y miedo: http://cdsa.aacademica.org/000
Por Jorge Zepeda A.