Las máscaras comienzan a caer
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Ayer asistí al Espacio Matta de la Ilustre Municipalidad de La Granja a la exhibición de la película “La Deuda”, que narra la heroica lucha por largos 43 años del magisterio nacional para lograr, simplemente justicia, a través de una Ley de Reparación por no pago del aumento salarial indicado por la ley 3551 del año 1980 y desconocido por los sucesivos gobiernos desde la dictadura.
La película tiene el acierto de vincular e insertar la lucha del profesorado con las luchas del pueblo durante estos largos años; pero fue sintómatico que la sala no se llenara. El ambiente no era festivo, por el contrario se respiraba un olor a resignación, sin risas estridentes que reparten alegrías. No había la inquietud humana que siempre abunda en estos actos en que los asistentes intentan encontrar conocidos y llamarlos para compartir un asiento. Por el contrario, se conversaba en susurro, sin estridencias, pero trasuntando el orgullo de ser docente. Me pareció que había plena conciencia que llegamos al fin de la batalla sin que se reconociera el derecho a percibir aquello que se nos negó durante tantos años pauperizando nuestra situación económica y que el monto de reparación al daño causado dista mucho de aquello que realmente merecemos.
Curioso, por decir lo menos, es que solo el dirigente nacional, Marco Echeverría asistiera. Los demás brillaron por su ausencia, ratificando que la batalla ha terminado. Su presencia de seguro se debió a que es un dirigente nuevo en estas lides nacionales y por tanto no ha sido un protagonista en las conversaciones con la autoridad.
Terminada la exhibición, rápidamente la sala quedó vacía. Los profesores se fueron en silencio, raudos enfilando hacia sus hogares. Esperé a ser el último en salir y me fui lentamente rememorando lo grande que fue esta lucha histórica del magisterio. Tantos años, tanta denuncia, tanta entrevista, tanto reconocimiento a la deuda por los sucesivos gobiernos, tantas manifestaciones, tanta presión hacia el parlamento, y recordé el momento en que producto de la presión permanente sobre cada parlamentario, en el año 1998, el parlamento en pleno amenazó con no aprobar el presupuesto de la nación e interpeló al gobierno a comprometerse en solucionar la deuda histórica del profesorado. Efectivamente se firmó un acuerdo Gobierno-Parlamento, el que fue desconocido en vísperas de la celebración del día del Maestro en octubre de 2009 a través de la vocera de gobierno, Carolina Tohá.
Mi magin volvió al instante en que en mi calidad de dirigente nacional y encargado nacional de la comisión Deuda Histórica recibí a la profesora de La Granja, Nancy Gutiérrez, quién llegó acompañada de don Juan Carlos Mege. Me plantearon que existía la posibilidad de filmar una película sobre la Deuda Histórica de la que sería director Juan Carlos; pero que necesitaban apoyo para tamaña tarea. Solicitaron que el directorio nacional acordara apoyar esta filmación, les suministrara algún apoyo económico y movilización porque la filmación se haría en diferentes locaciones del país. Me comprometí a plantear esto en el directorio nacional. Expliqué el objetivo, la necesidad de apoyo económico y la facilitación del vehículo del gremio para que viajaran a realizar las filmaciones en regiones. Lamentable e inexplicablemente, Mario Aguilar, presidente nacional se opuso terminantemente a dar el apoyo a esta linda iniciativa y posteriormente cuando los profesores pensionados pidieron una erogación de $1000 al profesorado, el sector magisterial proclive a Mario Aguilar levantó una campaña difamatoria en contra de la iniciativa y en contra de don Juan Carlos Mege. Si la historia se hubiera escrito diferente, seguramente la película se habría terminado y exhibido hace años y habría sido un tremendo aporte para una mejor ley de reparación.
Por Darío Vásquez Salazar
Profesor Normalista
