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Pensiones: México y Chile

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La radical reforma pinochetista de pensiones (1981) antecede 16 años a la que impuso Zedillo al IMSS (1997). ¿Cuál es el panorama actual en Chile y qué anticipa a las pensiones mexicanas?

Manuel Riesco (Fundación CENDA) comunica que en abril de 2024 Chile tenía 20 millones de habitantes; 15 millones registrados en sistemas de seguridad social (toda la población mayor de 16 años) y 3 millones de jubilados: la mitad atendidos por Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y la otra por sistemas públicos. Por su parte, los trabajadores en activo entran y salen mensualmente de 7 millones de ocupaciones formales de donde obtienen los ingresos familiares. Sus cotizaciones financian las AFP que las invierten en mercado de capitales costeando así negocios empresariales.

Aunque el empleo baja, esos 7 millones de cotizaciones lo compensan con las remuneraciones. La masa salarial sigue creciendo y también la recaudación de AFP: equivale a 13 por ciento de todos los salarios imponibles, lo que duplica todo el costo pensionario que paga el sistema AFP. Efectivamente, la recaudación duplica las pensiones que paga el sistema.

Además, esas pensiones que pagó el sistema fueron financiadas por el fisco en su dos terceras partes, con subsidios directos monetarios. El fisco paga parte de las pensiones públicas y las militares, es decir: 88 por ciento del gasto nacional en pensiones, donde el que cada vez crece es el subsidio a las pensiones del sistema AFP.

Así que en Chile, concluye Riesco, con una tajada que le sacan a todos los salarios se financian grupos de inversores, especialmente a los cuatro que controlan el sistema, todos grupos ligados a la dictadura y que se llevan la mitad de las cotizaciones mensuales. Como se aprecia, insiste, un gigantesco abuso.

Por ello mismo, informa, el Gobierno ha presentado una reforma que, lamentablemente, no tiene viabilidad porque mantiene el sistema de capitalización individual y no vuelve a la seguridad social. Se le propuso al Gobierno subir las contribuciones y destinarlas a iniciar un sistema de seguro social. Pero el Parlamento no lo aceptó. Hemos insistido en volver al sistema antiguo, al sistema público. Y como en Chile tenemos dos sistemas públicos, uno, el Instituto de Previsión Social y, el otro, el de las Fuerzas Armadas, hay entonces dos propuestas. La primera quiere que volvamos al sistema de la milicia, que paga mejores pensiones y, otra, que quiere que vuelva el Instituto de Previsión Social.

Pero volver a éste instituto conlleva un problema muy delicado: le decimos a toda la gente que se cambia usted de las AFP y traslada al instituto, al Estado, las contribuciones que usted puso, y que según las AFP son poco menos de la mitad del Fondo de Pensiones. Pero, ¿y el resto? Pues usted lo retira.

Como Fundación CENDA, junto con La Central Única de Trabajadores y el movimiento No+AFP, exigimos al gobierno que retire su proyecto y se pliegue a la propuesta para regresar al sistema público. Para ello, deben trasladarse al fisco las cotizaciones pasadas y, naturalmente, las futuras y que cada quién retire su saldo. Hasta aquí Riesco.

Como en Chile, México durante AMLO (2018-2024), tampoco tocó el modelo Afore y heredó a la presidenta Sheinbaum dos grandes parches, que siguen subsidiando con recursos fiscales.

Primero, con el tibio ajuste al Apartado A (diciembre 2020), que cubre trabajadores-IMSS, que no corrige y complica el asunto público sin mejorar el nivel real pensionario. Y, el segundo parche, el Fondo de Pensiones para el Bienestar (abril 2024) presentado sólo para salvar la generación de transición y diseñando un traje a la medida para un reducido grupo de afectados: los de cuentas individuales IMSS-Issste y que sigue subsidiando a las Afores.

Estos parches derivan de la incompetencia técnica de los equipos responsables de la SHCP-4T para el Apartado A, secretario Arturo Herrera, y funcionarios sin capacitación para el Fondo de Pensiones para el Bienstar de la SHCP-4T, bajo el secretario Ramírez de la O y la Comisión Nacional de Salarios Mínimos-4T, con Luis Munguía. Mismos parches que ganan interesados publicistas como el señor Gerardo Esquivel ( Milenio, 4/11/2024).

La gran enseñanza que proyecta la radical reforma pinochetista chilena sobre México consiste en que, toca ahora a la presidenta Claudia Sheinbaum, amplificar un serio y fructífero debate nacional (ya en curso no sólo en cámaras) sobre el entero sistema de pensiones para así superar los parches que heredó, buscando concretar un profundo remodelaje (estructural e innovador) del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) que beneficie a todos, sirviéndose para ello de los cuantiosos recursos público-privados disponibles para pagar de otra manera el ineludible compromiso pensionario intergeneracional. En suma: la experiencia chilena muestra que México no tiene por qué seguir recorriendo el mismo fracasado camino. Sheinbaum tiene la palabra.

Gustavo Leal F.

Fuente: La Jornada



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