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Tomás Hirsch califica de «vomitivo» el rol de Manuel Guerra como «mocito» de Chadwick y Piñera

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El diputado Tomás Hirsch reaccionó enérgicamente ante las revelaciones presentadas por el periodista Daniel Matamala en su columna en La Tercera, en las que se expone el vínculo entre el fiscal regional Manuel Guerra y altos personeros del poder político, como Andrés Chadwick y el expresidente Sebastián Piñera. Hirsch describió el actuar de Guerra como «vomitivo», calificándolo de un caso «evidente y grotesco de corrupción en Chile».

La columna de Matamala detalla una serie de comunicaciones y favores realizados por Guerra, quien habría intervenido en casos de alto perfil que involucraban a figuras políticas y empresariales, tales como el caso Penta, la Minera Dominga y el exsenador UDI Iván Moreira. Según Matamala, Guerra no solo habría actuado en favor de estos personajes, sino que también habría sido recompensado con un vehículo de lujo BMW valorado en 70 millones de pesos y un «sueldo» de 6,6 millones en la Universidad San Sebastián, una institución conocida por sus vínculos con figuras de la derecha chilena.

Hirsch enfatizó la gravedad de estas revelaciones, señalando que las acciones de Guerra van más allá de simples favores, y se insertan en una red de protección y corrupción que involucra a las más altas esferas del poder en Chile. «Después de resolverles todos los casos, termina con un BMW de 70 millones y un ‘sueldo’ de 6,6 millones en la caja pagadora San Sebastián», criticó el diputado, mostrando su indignación ante la falta de consecuencias para quienes están involucrados en estas prácticas.

La columna de Matamala también describe cómo, desde 2015, cuando Guerra asumió el mando de la fiscalía, se encargó de intervenir en casos de corrupción política en favor de personajes influyentes como Chadwick, quien fuera ministro del Interior durante el gobierno de Piñera, y en coordinación con otros actores como el abogado Luis Hermosilla. En diversas ocasiones, Guerra habría utilizado su influencia para asegurar que las «causas VIP» quedaran sin efecto o se resolvieran en favor de estos personajes.




Las críticas de Hirsch y las revelaciones de Matamala resaltan una vez más la crisis de credibilidad que atraviesan las instituciones en Chile, en un contexto donde la ciudadanía exige mayor transparencia y responsabilidad de parte de quienes ostentan el poder.



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