Sesenta años de Prensa Latina en un mar turbulento
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Desde su fundación, Prensa Latina (PL) ha sido objeto de presiones y agresiones de Estados Unidos, que busca la clausura de esta agencia latinoamericana.
Después de (Jorge) Masetti, otros nueve directores asumieron en distintas etapas del desarrollo de la agencia las complejas tareas, no sólo de mantener en funcionamiento PL sino de asegurar su crecimiento e influencia hasta convertirla en un centro multimedial de referencia.
Fernando Revuelta (1961-1962), José Felipe Carneado (1962-1967), Orlando Fundora (1967) y José M. Ortiz (1967-1970) condujeron la agencia frente a numerosas agresiones externas de su primera década de existencia. Manuel Yepe dirigió la agencia de 1970 a 1973, cuando las presiones arreciaban contra PL.
En 1970, fueron asesinados el periodista chileno Elmo Catalán, colaborador de PL en Bolivia, y su esposa Jenny Koeller. Poco después, el régimen clausuró esa corresponsalía.
La corresponsalía de PL en Montevideo también fue allanada y sus periodistas fueron detenidos. Poco después, el régimen uruguayo clausuró esa oficina. En 1972, fue asesinado –junto a su esposa Ivette Jiménez– el corresponsal Luís Martirena, quien también había sido director de la oficina en La Habana hasta mediados de 1971.
Luís Martirena y su esposa Ivette Jiménez fueron asesinados en Uruguay en 1972.
Ese año también fueron expulsados de Ecuador dos corresponsales de PL. Gustavo Robreño asumió la dirección de PL en 1973 y la condujo hasta 1984.
Jorge Timossi fue corresponsal-jefe de PL en Chile durante el proceso político encabezado por el presidente Salvador Allende. El 11 de septiembre de 1973, día del golpe militar en Chile, las oficinas de PL en la capital de ese país fueron violentamente allanadas y sus periodistas detenidos y expulsados del país.
No obstante, PL suscribió en ese período convenios de colaboración periodística con numerosos medios de países de América Latina, Europa, África, Asia e incluso de Estados Unidos.
Tras la reapertura de las corresponsalías en Argentina, Colombia y Ecuador, así como la inauguración de su oficina en Portugal, PL cerró 1974 con 26 sucursales.
La agencia auspició en La Habana la Primera Reunión de Redactores de Temas Latinoamericanos de Agencias Socialistas y estableció lazos con la CTK, de Checoslovaquia; la APN, de Polonia, Tanjug, de Yugoslavia, y con el semanario francés L’Express.
En 1975, PL abrió sus primeras oficinas del Caribe Oriental en Guyana y Jamaica, así como, en 1976, las de Angola y Sri Lanka, y comenzó sus transmisiones para esas regiones en español, inglés y francés.
Posteriormente, la agencia continuó estableciendo relaciones de cooperación con los más diversos medios del mundo: entre muchos otros, la agencia TASS, de la Unión Soviética; la ADN, de la República Democrática Alemana; la PTI, de la India; la BBS, de Bangladesh, y la ANOP, de Portugal.
El intercambio de servicios noticiosos de PL con la agencia estadunidense Associated Press (AP), interrumpido desde 1969, fue reanudado mediante un acuerdo suscrito en 1979.
Ese año también se estableció con la agencia española EFE un nuevo sistema de comunicaciones a través del satélite “Intersputnik”, que enlaza La Habana y Madrid.
En 1979, el comandante Raúl Castro presidió el acto por el 20 Aniversario de PL y entrega un diploma de reconocimiento a Francisco V. Portela.
En 1982, la corresponsalía de PL en Granada fue clausurada durante la invasión estadunidense a esa isla caribeña y su corresponsal, detenido y deportado.
En 1984, asumió la dirección general de la agencia Pedro Margolles y, durante su mandato, la agencia inauguró sus oficinas en Etiopía y Nicaragua y reabrió su corresponsalía en Costa Rica, mientras modernizaba su infraestructura técnica, mediante la automatización de sus transmisiones.
En 1989, PL contaba con 40 corresponsalías y unos mil clientes recibían diariamente un promedio de 300 despachos noticiosos en diferentes idiomas.
Durante la década de 1990, se agravaron las dificultades económicas y los logros obtenidos por la agencia desde su fundación fueron sensiblemente afectados, obligándola a la reducción de servicios y publicaciones. Llegó a contar con sólo 16 corresponsalías en el exterior.
También, debido al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, numerosas oficinas de PL tuvieron obstáculos para establecer cuentas bancarias y realizar transferencias financieras, así como trámites de visado para cubrir eventos internacionales o para el traslado de sus periodistas.