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“Hermosilla y los demás”

En estos días se ha publicada en Chile, la novela de intriga y suspenso “Hermosilla y los demás”, cuya trama recuerda a lo mejor de Graham Greene, autor de “El poder y la gloria”. Bajo el seudónimo de Franco Filibustero, el autor recrea una historia que oscila entre la traición, y el delirio por acumular riquezas en una sociedad permisiva. Ascender en la escala social como objetivo e instalarse en la cúpula. Medrar en el mercado de las vanidades. Ser alguien en un país vapuleado por las desgracias y la desenfrenada corrupción. Sin tapujos, el autor aborda el grado de descomposición moral en una sociedad, aún no olvidada de la dictadura, temerosa de volver a ser traicionada.

La sagacidad narrativa de Franco Filibustero se advierte en que conoce a fondo el tema y no transige en desnudar a sus personajes. Aunque la desnudez solo alcance en quitarles algunas pilchas, logra su objetivo. Así, por las páginas de su novela, transitan conocidos monaguillos, sirvientes y testaferros enquistados en el poder. Personajes estrafalarios, los cuales sirven para realizar desde un barrido a un fregado. Señorones empalagosos, vinculados a la oligarquía, nunca satisfechos con la rapiña.

De lectura ágil, donde no hay escollos, la novela se lee de una sentada y el autor, que se oculta bajo el seudónimo de Franco Filibustero, se da mañas para ofrecer un trabajo de genuina denuncia. Nada le atemoriza, pues entrega historias creíbles, matizadas con la necesaria ficción. Obra descarnada, trepidante, desde sus primeras páginas, atrapan al lector. Acierto novelesco, mientras la pudrición avanza. “Hermosilla y los demás”, constituye un ejemplo de investigación descarnada, sobre la fina corrupción y el delirio por ascender en la resbaladiza escala social. Bien pudo ser un ensayo, pero el autor se inclina por la ficción, al escribir una novela, llamada a ser ejemplo dentro de nuestra actual literatura.

Hay en ella escenas patéticas, por ejemplo, cuando uno de los personajes, debe entregar un bolso con dinero a un informante y deciden reunirse en el cementerio general. La operación se realiza sin dificultad en una nublada tarde de otoño, que presagia infortunios. El coimeado decide, por seguridad, ocultar el dinero en el mausoleo de su familia y esperar una mejor oportunidad, para recogerlo. Cuando regresa a la semana, encuentra el bolso vacío y en su interior una carta donde dice: “Gracias hermano, por ayudar a los necesitados del otro mundo”.

Franco Filibustero, que bien podrían ser los escritores, Edmundo Moure o Jaime Hales, posee una pluma afilada, inmisericorde, que destila humor negro. ¿Acaso Moure y Hales se confabularon para escribir a cuatro manos esta trepidante novela? Lo ignoro y no es mi afán, hacer de detective. Conocedores ambos de su oficio de pendolistas, saben desmenuzar la realidad de nuestro país a la deriva. Alegra encontrar en la literatura actual, un trabajo señero e inteligente, donde el humor negro, entinta infinidad de páginas. Narrativa punzante, a ratos patética, que se atreve a todo. Nada de concesiones. Por sus páginas desfilan desde patipelados a figuras de la alta política y señorones, mucho de ellos, vinculados al poder económico.

“Hermosilla y los demás”, publicada en estos días por la editorial “Conventillo”, tiene 225 páginas. Recomendamos la lectura de la obra, sobre todo a “quienes no la han leído”.

 

Walter Garib

 

 

 

 

Walter Garib

Escritor

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