Los equilibrios macro
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La búsqueda o la conservación de los equilibrios macro han pasado a ser el centro de las políticas económicas de muchos países, lo cual a su vez es apoyado y promovido con mucha fuerza por los bancos y organismos económicos internacionales.
Se entiende por equilibrio, en la física y en la economía, una situación en que sobre un determinado cuerpo se ejercen fuerzas de sentido o dirección diferente, pero que al tratarse de fuerzas iguales en su magnitud, se compensan mutuamente – o se equilibran, se podría decir – de modo tal que el cuerpo que recibe estas influencias permanece en su mismo sitio, sin deslizarse en forma descontrolada en la dirección de la fuerza mayoritaria.
También se podría suponer una situación en que la diferencia entre las fuerzas que empujan en una dirección y en otra, sea debidamente controlada, de modo tal que el movimiento que se genere responda a una situación claramente esperada y calculada y no se caiga en una situación fuera de control. Se podría, en esas circunstancias, hablar de un movimiento equilibrado, o un crecimiento equilibrado, si nos ubicamos en el terreno de la economía. En cualquiera de estas situaciones – si seguimos en el campo de la economía- se requiere de un control, monitoreo y dosificación de las variables que intervienen en la economía, de modo que el equilibrio y el movimiento esperado se mantengan.
Por esa vía se llega a la necesidad de que la oferta y la demanda de bienes y servicios mercantiles que tienen existencia en una economía no sean demasiado diferentes la una de la otra, pues si la oferta es mayor que la demanda se queda una parte de la producción sin venderse, lo cual disminuirá la producción en el período siguiente, generando cesantía. Si la demanda es mayor que la oferta, se genera una presión sobre los precios de los productos existentes que generará una inflación que repercutirá en la capacidad adquisitiva de la población.
Lo mismo sucede en el campo de la oferta y demanda de medios de pago en la economía. Si la demanda de dinero es más elevada que la oferta, eso hará subir la tasa de interés, es decir, lo que se cobra por prestar ese bien, el dinero, que se hace escaso. Si la oferta de dinero es mayor que la oferta, eso se traduce en mayor demanda en los mercados, lo cual impacta nuevamente el incremento de los precios.
También en el campo de la economía internacional – y de las variables que se contabilizan en la balanza de pago, se busca que los ingresos y los egresos de divisas del país sean iguales o muy similares entre si, de modo que las reservas del país no se deterioren o no haya que caer en el endeudamiento externos.
Pero hay un área en que existen altos y manifiestos desequilibrios, pero que no generan la misma alarma y se toman casi como dato de la naturaleza. Se trata del desequilibrio entre la oferta y la demanda de trabajo en el seno de una economía. Ese desequilibrio se manifiesta a través de la tasa de desocupación, que en Chile hoy en día bordea el 8.3 % de la masa de trabajadores empleada. Si se tomara el porcentaje de trabajadores empleados en trabajos informales, como porcentaje del total de empleados, obviamente el porcentaje sería mucho mayor. Más aún, se toman esos desequilibrios macro sociales, como la consecuencia necesaria e inescapable de la búsqueda de los otros equilibrios macroeconómicos. Se visualiza con toda tranquilidad que los equilibrios monetarios se pueden resolver mediante medidas que generan mayor desempleo. También, a veces, es necesario empujar hacia al estancamiento de la economía para equilibrar la oferta con la demanda globales, sin detenerse ante el hecho cierto de que eso genera incrementos en las tasas de desempleo.
Es importante y necesario conservar los equilibrios macro. Eso le hace bien a la economía y a la sociedad. Pero es necesario compatibilizar, como elementos igualmente importantes, los equilibrios macroeconómicos y los equilibrios macrosociales. Sacrificar estos últimos para atender y lograr los primeros es muy fácil, pero carece de toda creatividad, e incluso de toda sensibilidad social. Lo creativo y lo que los tiempos modernos reclaman es aprender a caminar y mascar chicle al mismo tiempo.
Sergio Arancibia