Cae montaje: TOP de Los Ángeles absuelve a cuatro militantes de la CAM
Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 37 segundos
Este triunfo judicial por cierto debe ser reconocido a los abogados Josefa Ainaridi, Victoria Bórquez y Rodrigo Román, quienes tuvieron el tesón para litigar no solo contra el Ministerio Público, sino que contra el Gobierno de Boric, la policía, los medios de comunicación patronales, las forestales, latifundistas y sus grupos paramilitares. Debieron hacerlo además en contra del sistema judicial en su conjunto que opera en los hechos como una inclemente maquinaria opresora que mantiene al día de hoy a más de 300 presos políticos, la mayoría de ellos bajo abusivas cautelares de prisión preventiva o cumpliendo brutales condenas perpetuas repartidas a destajo a todo activista que se atreva a alzarse en contra del orden establecido.
Si tal absolución, inexpugnable jurídicamente y por tanto definitiva, se ha pronunciado lo ha sido —sin embargo— debido a la lucha popular, que ha puesto esta causa como bandera de liberación. Esta absolución ha de considerarse fundamentalmente un triunfo de la lucha popular y por lo mismo debe observarse como un punto de partida en un nuevo combate por la liberación de todos los presos políticos.
Si algo ha demostrado esta sentencia es que el entramado represivo acusatorio articulado desde el poder en contra de estos compañeros ha sido develado como un montaje, una puesta en escena del poder. Este hecho es expresivo del carácter de clase del aparato judicial y lo caracteriza como un engranaje más del Estado capitalista sirviente de los explotadores. El persecutor Fiscal Yáñez ha quedado al desnudo en su papel de agente del poder.
El vergonzoso y repugnante trato benéfico y de impunidad otorgado generosamente a represores como el Teniente Coronel de Carabineros Claudio Crespo o a agresores sexuales como Eduardo Macaya, latifiundista y padre de un senador de la UDI, dibuja con precisión este aludido carácter de clase de la justicia: al patrón y al represor se le respetan sus derechos procesales, al pobre y al revolucionario se le corre bala. Así ha sido desde los orígenes de la República que en dos siglos impúdicamente se ha proclamado democrática.
Celebramos hoy puño en alto la libertad de los compañeros liberados, secuestrados como estuvieron durante años por el poder. Que esta victoria aliente una lucha mayor por la libertad de todos los presos políticos empezando por el vocero de la CAM Héctor Llaitul y perfile un alzamiento creciente en contra del régimen.
por Gustavo Burgos