Economía y Mercados en Marcha

Malos presagios para el futuro de la economía planetaria: más desigualdad y desempleo

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Los líderes del mundo que llegan hoy a la capital de Estados Unidos para las reuniones de primavera de las instituciones financieras multilaterales enfrentan pronósticos de nuevas generaciones sin empleo, creciente desigualdad económica y amenazas de que la inteligencia artificial (IA) podría empeorar estos problemas, a lo que se sumen las críticas a estos organismos.

Los empleos son la manera más sencilla de poner un clavo en el ataúd de la pobreza, declaró la semana pasada Ajaypal Singh Banga, presidente del Banco Mundial, en una sesión informativa sobre las reuniones. En la próxima década, habrá mil millones de personas llegando a la edad de ser empleados en el sur global. Ese es el bono demográfico. Sin embargo, reconoció que, por ahora, el pronóstico (de nuevos empleos) para estos mismos países es de 325 millones.

La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, ofreció más cifras preocupantes sobre el futuro inmediato al presentar los resultados de una investigación de su institución sobre el impacto de la inteligencia artificial: A lo largo de los próximos años, 40 por ciento de los empleos en el mundo serán afectados por la IA; algunos serán mejorados, muchos desaparecerán. Señaló que en las economías avanzadas, 60 por ciento de los empleos serán impactados, así como 26 por ciento en países de menores ingresos. Aunque el efecto será menor en los países menos desarrollados, también podría implicar que sean dejados atrás.

Los líderes de estas instituciones financieras multilaterales dedicaron la mayoría de sus presentaciones previas a las reuniones a hablar de los avances que han logrado en años recientes y sus próximos pasos. El FMI, comentó Georgieva, ha inyectado un billón de dólares en liquidez y reservas: 650 mil millones de los fondos conocidos como derechos especiales de giro y 360 mil millones en préstamos en 2021.

El Banco Mundial, señaló Banga, autorizó 40 mil millones de dólares más en préstamos a lo largo de los próximos 10 años, y está acelerando créditos e inversiones en políticas para abordar rubros como generación de empleo, energía, reducción de la desigualdad, infraestructura y salud, entre otros.

Crecimiento tibio y descontento popular

La directora del FMI advirtió que sus economistas proyectan que la próxima década será de crecimiento tibio y descontento popular a menos de que se reduzcan las cargas de deuda y se incremente la productividad. Banga, del BM, agregó que un número importante de países de bajos ingresos están gastando más en el servicio de la deuda que en salud y educación.

En un informe emitido este lunes, el BM dice que, de acuerdo con un sondeo en los 75 países más pobres con los cuales trabajan, encontraron que la mitad más vulnerables del mundo están enfrentando una brecha creciente de ingresos frente a las economías más ricas por primera vez en este siglo.

En lo que el banco califica de revés histórico, la investigación señala que la tasa de pobreza extrema en estos países es ocho veces la del resto del mundo y que algunos países son más pobres, en promedio, de lo eran antes de la pandemia de covid-19.

Sin embargo, expertos externos prevén que el problema podría ser aún mayor de lo que el organismo financiero internacional reconoce. La desigualdad de ingreso es alta o se está incrementando en 60 por ciento (64 de 106 países) de ingresos bajos o medios que reciben fondos o préstamos del FMI y el Banco Mundial, afirma Oxfam International en un análisis emitido este lunes.

Mientras la organización antipobreza da la bienvenida a la decisión que tomó el BM el año pasado para establecer metas para la reducción de la desigualdad por primera vez en su historia de ocho décadas, señalaron que el problema a menudo tiene que ver con las recomendaciones que hacen estas mismas instituciones a los países.

Esta hipocresía tiene que acabar

“El FMI y el Banco Mundial dicen que enfrentar la desigualdad es una prioridad, pero con el mismo aliento apoyan políticas que incrementan la división entre los ricos y los demás. La gente ordinaria lucha cada vez más todos los días para superar los recortes al financiamiento público a la salud, la educación y el transporte. Esta hipocresía… tiene que acabar”, dijo Kate Donald, jefa de la oficina de Oxfam International en Washington.

Los esfuerzos de estas instituciones multilaterales por abordar el cambio climático también avanzan lentamente. El año pasado, los países ricos que han generado la mayor parte de la contaminación a lo largo de un siglo acordaron crear un fondo de pérdidas y daños para ayudar a los países pobres a enfrentar la crisis generada por esta contaminación.

La primera reunión sobre ese fondo, patrocinada por el BM, está programada para realizarse en Dubái a finales de este mes de abril.

No obstante, los montos de financiamiento ofrecido por estas instituciones y los países ricos del mundo desarrollado no están ni cerca de lo que se requiere. La necesidad es de billones (dólares) y lo que tenemos son millones, ni siquiera miles de millones, declaró Ritu Bharadwaj, investigador sobre financiamiento y clima del International Institute for Environment and Development de Gran Bretaña, en entrevista con Climate Home News.

La misma medicina para males cada vez más graves

No hay indicios de que en estas reuniones se esté contemplando un incremento sustancial de fondos para abordar los estragos causados por el cambio climático ni la creciente desigualdad económica.

Más bien, los líderes del FMI y del BM insisten en que su papel es organizar financiamiento y recomendar políticas económicas que logren atraer al sector privado, el cual, según todos, necesita tener una participación cada vez mayor.

Depender del capital privado como si fuera el salvador cuando se abordan problemas del mundo en desarrollo (problemas frecuente-mente creados por el mundo desarrollado) ha sido la práctica común en estas reuniones a lo largo de las últimas décadas.

El historial de la iniciativa privada en el mundo en vías de desarrollo no muestra, hasta ahora, que su interés sea eliminar la pobreza, la desigualdad o abordar la crisis climática. Los datos en un nuevo informe elaborado por un grupo de expertos independientes del Grupo de los 20 emitido el viernes pasado no alberga esperanzas sobre el capital privado como solución.

El sector privado sacó un par de cientos de miles de millones de dólares de los países en desarrollo el año pasado, explicó Masood Ahmed, presidente del Center for Global Development. El informe concluye que el ritmo de las reformas impulsadas por el bando de desarrollo multilateral sigue siendo inadecuado para tener impacto palpable sobre el desarrollo sustentable.

Por Jim Carson y David Brooks

Fuente: La Jornada



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