¿Es la Municipalidad de Las Condes una caja pagadora de falsas horas extras?
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Parece una pregunta ofensiva, considerando el rol que debiera cumplir un organismo público en materia de probidad y transparencia, pero luego de que Daniela Peñaloza decidiera no ir a la reelección de alcaldesa por la Municipalidad de Las Condes, ante los múltiples casos de corrupción que atraviesa su gestión, deja en evidencia que finalmente la bajaron para intentar limpiar la responsabilidad histórica de la UDI en esta comuna, la cual ha gobernado desde 1992.
De ahí que no sea inocente que la derecha lleve como candidata a alcaldesa a Las Condes a una “independiente”, como lo es la ex UDI Marcela Cubillos, y que el ex alcalde Joaquín Lavín haya aparecido públicamente haciendo declaraciones que buscan bajarle el perfil a las gravísimas denuncias contra altos funcionarios de la municipalidad por el cobro de horas extras no realizadas, en donde la misma Daniela Peñaloza está siendo involucrada también, cuando fue subdirectora de la Dirección de Desarrollo Comunitario.
En el caso del ex alcalde de Las Condes, Joaquin Lavín, se vuelven impresentables sus últimas declaraciones (1), en las cuales justifica el uso total de las horas extras pagadas por la Municipalidad de Las Condes, señalando que son horas extras para las y los vecinos de la comuna, ya que así las y los funcionarios pueden estar disponibles 24/7, omitiendo que el problema no es ese, sino que son horas pagadas que no se trabajan finalmente, teniendo al municipio en una investigación por fraude al fisco.
Es lo investigado por la Fundación América Transparente, mientras Lavín era alcalde de Las Condes, denunciando que “entre enero de 2019 y julio de 2021, la municipalidad gastó 18.800 millones de pesos en horas extraordinarias». Además, la investigación arroja que “durante el primer año de la pandemia, nueve de cada diez funcionarios de planta recibieron pagos por este concepto. De ellos, el 68% superó el límite legal, que fija 40 horas extras diurnas como máximo al mes” (2).
Pero la situación más grave y que deja en evidencia todo este fraude que justifica Lavín, es lo ocurrido con el director de Compras de la Municipalidad de Las Condes, Pedro Carrasco, suspendido actualmente de sus funciones, quien hacía entre 140 a 160 horas extras mensuales. Es decir, trabajaba 16 horas diarias, aumentando su sueldo en un 40%, lo que claramente es falso y un delito por donde se le mire.
No obstante, Lavín señaló que nunca vio nada raro mientras fue alcalde de Las Condes, como si fuéramos todos unos ingenuos, a pesar de que Pedro Carrasco, tras un reportaje del medio de investigación CIPER, mostró que este funcionario municipal recibió reiterados depósitos en efectivo, así como el uso de automóviles de lujo, de parte de empresarios que eran proveedores de la municipalidad, lo que es un escándalo en cualquier parte (3).
Por lo mismo, aunque busquen tapar el sol con un dedo, como pasa con las declaraciones de Joaquín Lavín, y que la UDI y el Partido Republicano pacten para proteger una estructura municipal cuestionada por todos lados, vulnerando así el principio de probidad a nivel constitucional y las leyes 18.575 y 20.880, las y los vecinos de Las Condes saben perfectamente que su comuna ha sido por años una caja pagadora a funcionarios que anteponen su interés particular por sobre el interés general.
En consecuencia, la frase «Las Condes, Mejor para Todos», que aparece en la misión y visión de la Municipalidad; debiera reemplazarse por «Las Condes, Mejor para Algunos», ya que nuestros impuestos son usados de manera impropia por personas que denigran el trabajo municipal, avalado por alcaldes UDI que se han creído verdaderos patrones de fundo, haciendo lo que han querido, sin ningún tipo de sanción.
A su vez, llega a ser bastante vergonzoso que el Partido Republicano, que también cuestionó las irregularidades de la alcaldesa Daniela Peñaloza, a través de sus concejales, incluido el recientemente fallecido Sergio Melnick, ahora pacte con la derecha tradicional, mostrando el mismo oportunismo, inconsistencia y ansias de poder por el poder, como pasó el año pasado con el fallido Consejo Constitucional.
La necesidad por tanto de nuevos sectores políticos que irrumpan, interpelen, fiscalicen y propongan una municipalidad distinta a la que conocemos, que fortalezca la democracia, la igualdad de trato y de verdad trabaje para las y los vecinos de Las Condes, se vuelve un desafío que no será fácil, considerando un fuerte voto duro de derecha, como ha pasado en los últimos 30 años.
Por último, necesitamos funcionarios honestos que sirvan a lo público y no que se sirvan de lo público, ya que somos la primera cara del Estado, por lo que debemos tener un actuar ejemplar, ya que solo así le devolveremos la confianza hacia las instituciones, de parte de una ciudadanía que nos ve con sospecha, por autoridades irresponsables, que miran para otro lado y no hacen nada para cambiar las cosas.
Por Andrés Kogan Valderrama