La persistente crisis de la desigualdad salarial en Chile: la mitad de los trabajadores gana menos de 500 mil pesos
Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 19 segundos
La Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN 2022) revela una realidad desalentadora para muchos trabajadores chilenos: el salario promedio mensual alcanza los $729.301 líquidos. Sin embargo, este número no cuenta toda la historia. Según el estudio «Salarios al Límite: Desposesión Salarial en Chile» de la Fundación Sol, la mediana de ingresos, que representa el umbral máximo alcanzado por la mitad de los trabajadores, es de apenas $500.000 líquidos al mes, con notables diferencias entre hombres y mujeres.
Lo que este análisis pone en evidencia es la persistente crisis de los bajos salarios que ha plagado a Chile durante más de una década. La situación es alarmante, ya que más del 55,7% de los trabajadores ganan menos de $500.000 líquidos mensuales, mientras que solo el 15,8% supera el millón de pesos en el mismo periodo. Gonzalo Durán, investigador de la Fundación SOL y coautor del estudio, enfatiza que estos números reflejan una realidad inquietante: «El ingreso promedio no es representativo en un país con altos niveles de desigualdad como Chile».
Este problema se agudiza cuando se examina la situación de las mujeres en el mercado laboral chileno. Aunque el promedio salarial para ellas es de $632.095, la mediana apenas alcanza los $450.000 líquidos al mes. Esta brecha salarial de género resalta la necesidad de abordar no solo la desigualdad salarial general, sino también sus ramificaciones específicas.
La distribución salarial en Chile refleja una concentración preocupante de ingresos en rangos inferiores. Más del 90% de los trabajadores se encuentra en niveles salariales con una baja dispersión, y solo un pequeño porcentaje, a partir del percentil 92, alcanza sueldos superiores a $1.500.000 líquidos. Es decir, solo el 8% de la población ocupada logra superar este umbral. Incluso una fracción aún más pequeña, el 1,8%, registra ingresos que sobrepasan los $3 millones, alcanzando un máximo de $40 millones.
La desigualdad salarial en Chile no solo refleja una distribución injusta de la riqueza, sino que también tiene consecuencias graves en términos de calidad de vida, movilidad social y cohesión comunitaria. Es hora de que esta realidad se aborde con acciones concretas que prioricen el bienestar de todos los trabajadores y trabajadoras del país, independientemente de su género, ocupación o ubicación socioeconómica. La justicia salarial no solo es un imperativo moral, sino también una condición indispensable para el desarrollo equitativo y sostenible de Chile en el siglo XXI.
Patricio Serendero says:
En el Capitalismo, cualquiera sea su versión, los trabajadores ganan apenas lo suficiente para asegurar su supervivencia y reproducción. Esta es y ha sido sido siempre su medida de salarios. Ya lo dijo hace siglo y medio don Carlos Marx.
Mientras los trabajadores no tomen conciencia de eso y se rebelen, continuarán a ser explotados.
Felipe Portales says:
No debiese extrañarnos para nada. Es otra de las múltiples consecuencias del modelo neoliberal extremo impuesto a sangre y fuego por la dictadura; y posteriormente legitimado, consolidado y «perfeccionado» por los gobiernos de la Concertación y de Piñera.