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Expertos en anti-reforma tributaria

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Un grupo de connotados economistas nacionales asumieron recientemente, a petición del Ministerio de Hacienda, el rol de expertos consultores en materia de reforma tributaria y llegaron a conclusiones muy interesantes.

La primera gran conclusión a la que llegó este grupo es que el crecimiento económico genera mayores ingresos tributarios. Si los impuestos no son montos fijos establecidos de una vez y para siempre, sino que son proporcionales al ingreso que cada uno recibe- y que el conjunto del país genera – entonces es obvio que si aumentan los ingresos y se mantiene las tasas tributarias tiene necesariamente que aumentar la recaudación tributaria. Si los ingresos aumentan en un 5 %, y las tasas de impuestos se mantienen igual, entonces la recaudación tributaria debería aumentar también en un 5 %. Se trataría de un mismo porcentaje, pero de un monto mayor. No se necesita mucho nivel de experticia para llegar a una conclusión de esa naturaleza.

Este razonamiento lleva a una conclusión general de política económica, que es tan vieja como la economía capitalista misma: que si hay crecimiento y a los ricos les va bien, le va bien también el Estado y al país. Hay que preocuparse del crecimiento, y no de andar subiéndole las tasas impositivas a las empresas, pues al crecer las tasas impositivas les va mal a los empresarios, el crecimiento se detiene y eso es malo para todos.

Y, a partir de estos argumentos los expertos llegan derechito a la conclusión de fondo. Hay que bajar las tasas impositivas de primera categoría, es decir, las que imperan sobre las ganancias de las empresas – pues eso ayuda al crecimiento y por esa vía a la mayor recaudación fiscal. En otras palabras, debemos dejar que las utilidades de las empresas sean más altas, sus impuestos menores, y contentarnos solo con que el mayor crecimiento que esa situación traería consigo, conduzca a mayores ingresos fiscales, y por esa vía, a la mayor atención de las necesidades sociales. Se trata de la anti reforma tributaria en su mejor y más desvergonzada expresión.




Pero no hay nada en la teoría ni en la práctica económica que postule que los mayores ingresos de los más ricos llevan a mayor crecimiento. Ese es un postulado absolutamente ideológico. No hay evidencia de que los ricos destinen sus mayores ingresos a mayor inversión, mayor innovación, mayor producción, mayor empleo y mayores salarios, y todo eso dentro del país. La experiencia contemporánea no es que los países crezcan por la vía de reducir sus impuestos y aumentar los ingresos de los más ricos. Sí hay evidencia, en cambio, de que la desigualdad social y económica es un impedimento o una traba para el crecimiento y el desarrollo.  En el caso de Chile la inversión descansa en el ahorro de los trabajadores – por la vía de los gigantescos fondos acumulados en las AFP – y por la vía de ahorro y la inversión del Estado. Tampoco es cierto que los mayores ingresos fiscales sean neutros o incluso negativos en materia de crecimiento. Todo depende del destino que se les dé a los mayores ingresos fiscales. Si se destinan a mayor inversión social, a mayor infraestructura, o a aumentar la educación y la salud de los ciudadanos, es altamente probable que eso derive, en un plazo no muy grande, en crecimiento de la productividad, y a la presencia no de cualquier crecimiento, sino de un crecimiento con más igualdad y dignidad para todos. Mientras tanto, que Dios nos libre de ciertos expertos.

 

Por Sergio Arancibia

 



Economista

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