El PS y el gobierno
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El Partido Socialista es la organización política más fuerte que respalda al gobierno. Sin embargo su influencia en la conducción política parece ser poco significativa.
Aporta importantes funcionarios al gobierno que lo hacen bien y se constituyen en un capital político ante la opinión pública. La única excepción parece ser el ministro de la Vivienda, que si bien nadie ha cuestionado en su probidad ha quedado claro también que algunos pícaros bailaron cueca sobre su escritorio.
Pero esto no es culpa mediata del ministro. Creo que tal como ocurrió con la primera ministra del Interior está fuera de puesto si usamos un lenguaje futbolero. Lo suyo es la política pura.
El Partido Socialista tiene su historia y quizás esta le pesa y es posible que la vehemente participación del socialismo en el gobierno del doctor Salvador Allende les imponga una suerte de inhibición en el diseño de las políticas globales del actual gobierno.
El gobierno carece de claridad de propósitos estratégicos y esto lo hace cometer errores tácticos significativos.
Por ejemplo pone como sus ejes de acción: un nuevo pacto fiscal y la reforma previsional, a pesar que ya fueron rechazadas en el parlamento donde la derecha es mayoría y que todo indica que ese atrincheramiento de la oposición no será abandonado. El gobierno debería buscar otros objetivos estratégicos posibles o situar el debate en la opinión pública que es donde a pesar de todas sus dificultades la situación le es menos adversa. Mejorar el escenario táctico.
El socialismo chileno podría aportarle al gobierno con un diseño de seguridad pública que lograra estabilizar la situación en ese ámbito qué es tan sensible a los chilenos.
En nuestro país, si hablamos comparativamente con América Latina, la delincuencia no ha puesto en cuestión la Seguridad Ciudadana pero como Chile era un país con un alto estándar de seguridad pública la sensación de la ciudadanía es que esto está desbordado.
Esta es una explicación sociológica y desde la criminología pero que llevada a la política se hace insostenible ante la opinión pública. Se hace necesario entonces un diseño de intervención más enérgico, más perceptible, y que tenga coherencia entre los distintos ámbitos de acción. En el socialismo chileno hay quienes tienen experiencia en orden público sin violar Derechos Humanos.
El Partido Socialista está actuando con la lógica de que donde pongan a sus militantes deben cumplir bien sus responsabilidades. Pero esto, que es correcto, tiene la limitación de que el resultado global de la gestión del gobierno no dejará de arrastrarlos. La opinión pública no deja de apreciarlo como una fuerza política que da sustento al gobierno y el balance positivo o negativo se expresará en las próximas elecciones municipales.
El Partido Socialista tiene la experiencia que hoy se expresa como ponderación y mesura para hacer un aporte significativo al gobierno, que hoy lo necesita tanto.
El gobierno estaba en severas dificultades, vino en su ayuda el caso Hermosilla y las elecciones argentinas que le permitió salir del tema fundaciones por algún tiempo.
Pero esto es solo una pausa, el gobierno debe retomar la iniciativa política y para ello debe fijarse objetivos estratégicos nuevos, hacer el diseño táctico y formar los equipos de trabajo en esa dirección.
En este momento la oposición quedó frenada por el caso Hermosilla pero con su control absoluto de los medios de comunicación puede retomar la iniciativa y así lo hará, pues en la política como en la física todo espacio que queda vacío alguien lo llena.
Quien crea que estando en el gobierno un eventual diluvio no lo mojará está equivocado.
Por Roberto Avila Toledo
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