El triunfo de Milei en Argentina: ¿de qué nos extrañamos?
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 29 segundos
La corrupción del sistema político ha dado paso a sujetos que hacen piso en la ignorancia que el mismo modelo inocula desde la cuna.
La política basura se ha tomado la agenda. Los políticos corruptos se han tomado los Estados, aquí y casi en toda la quebrada del Ají. La última desgracia se apellida Milei.
¿Sería cosa de extrañarnos?
Casi sin despeinarse, lo más repulsivo de la ultraderecha, es decir toda, se tomó el coto dejado por la libre por quienes debieron decir algo más que Cómo voy en esta.
Relegadas las ideas de la izquierda al patio trasero de las ideas, afanadas en resolver sus culpas y tratando de encajar sus teorías allí donde no calzan, mea, sacude y guarda.
Para mucho más no da.
En de tal magnitud el envión ultraderechista que para cierta izquierda más vale esconder la cabeza a la espera de mejores condiciones, como si estas emergieran mágicamente luego de la lluvia. O salieran de la concha de una almeja.
Para decirlo con todas sus letras una vez más: gran responsable de la ofensiva ultraderechista, brutal, criminal, egoísta y sin ningún sentido de lo popular o patriótico, a pesar de las gárgaras y discursos, es la izquierda. La ultraderecha y sus puntuales chupamedias solo hacen lo suyo.
Quienes no hacen lo que les corresponde por historia, prédica e ideas, son los zurdos.
Esos que alguna vez se definieron como contrarios al capitalismo y pretendían un horizonte de sociedad justa y buena con los habitantes del país y que solo cosechó muertos, desaparecidos y desilusionados en ese intento. Y olvido.
Alguno, no hace mucho, avisaba que en este campo de flores bordado moriría el neoliberalismo.
Otros, han optado al efecto pragmático y estéril de salir en la foto mientras esperan que las cosas se arreglen por algún arte de birlibirloque.
¿Alguien pretende que esto va a cambiar por la sola intercesión de la fuerza de gravedad? ¿Se cree que sin ninguna idea que se cruce a la violencia que impone un estado de casi absoluto salvajismo, sería posible un cauce hacia su superación?
La izquierda, en todas sus variantes cromáticas, ha quedado muchos pasos atrás del transcurrir de la historia. De la vanguardia del proletariado, a la retaguardia del casi nada.
Da la impresión de que, para ciclos como estos, en circunstancias de un capitalismo extraño, no hay teoría que entregue la receta contemporánea.
El caso concreto y duro, es que la izquierda se ha quedado sin ideas.
¿Cuál será entonces el rol de avanzada de la izquierda en este contexto pesimista, oscuro y sin salida en donde los genocidas se toman todos los poderes?
¿Será que lo primero que hay que tener en cuenta es el enemigo que hay enfrente? ¿Será partiendo por entender el mundo en que vivimos y los rasgos del capitalismo que tiene a la vida humana sobre la tierra a un tris de irse a las pailas?
El hecho de que el imperio más homicida de la historia esté viviendo momento particularmente difíciles y con su vasallos europeos al borde de la histeria, ¿nos dirá algo?
Producto de su propia naturaleza inhumana y depredadora, la fórmula neoliberal está llegando a un punto tal, que se avizora en el mediano plazo un cambio en las relaciones económicas, por lo tanto, políticas: emergen poderes económicos y militares no previstos que ponen en jaque a la hegemonía USA/OTAN/UE.
En este plano, la guerra en Ucrania no es sino la muestra más evidente y candente de este cambio de orden en que el mundo se avizora ya no con la óptica unilateral impuesta por el Pentágono, sino que disgregado en una multilateralidad plural impuesta por la economía China y su influencia y en el poderío militar ruso que ya supera en aspectos estratégicos al de USA.
De esto poco, mal y nada se habla en Chile y sin embargo tiene que ver y mucho y no solo porque el presidente Boric tuvo a bien regalar del erario nacional 300 mil dólares para que la señora de Zelensky se fuera con compras a Champs Elyssé.
Algo pasa en el mundo y por aquí no nos enteramos. Algo pasa a centímetros de nuestros ojos y no nos damos cuenta.
Algo pasó en octubre de 2019 y la izquierda aún no tiene una explicación convincente, pero que sobe donde duele, de aquello que relumbró con el fogonazo de lo inexplicable.
¿De qué nos extrañamos?
Por Ricardo Candia Cares
Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín
alfred cerpa says:
Un punteo valiente del mundo y la situación en la izquierda toda. Un espejo en el cual da miedo mirarse por lo que podamos ver y no nos guste. El mundo cambio. Debido a los avances tecnológicos la formas de relacionarse militante partido cambio al igual que relación masa partido. Creo que llego la hora de buscar nuevos caminos y formas de relacionarse con la sociedad. La idea de que existe una izquierda verdadera, que cuando se decida a actuar lo cambiara todo. Eso no son más que reflejos de nuestros deseos sin base en la realidad. Para todo propósito de cambio y transformación la Social Democracia murió. El capitalismo también está cambiando, está pasando de la tierra a la nube con amazon, google etc. la nube no paga impuestos. Hay tantas partes movibles, todas moviéndose a la vez que hace difíciles los análisis porque no calzan dentro de nuestras teorías. Ojalá este articulo sirva de punto de partida a discutir cosas que no queremos.
Renato Alvarado Vidal says:
En otra columna publicada hoy en este mismo medio, don Luis Hernández Navarro expresa: «La historia, se sabe, no avanza en línea recta ni por atajos. Menos cuando no se jala el freno de emergencia. El triunfo de Milei anuncia que en AL nos adentramos a tiempos de turbulencia política impredecibles. Amárrense los cinturones. Es hora de la autocrítica.»
Pienso que tal vez no se trata de jalar el freno de emergencia sino de cambiar de medio de locomoción. Tal vez no debemos seguir en un tren.
Cuando en los libros de historia leía que en determinado período se había «agotado un modelo», muchas veces me pregunté ¿como se percata uno que eso es lo que ocurre? en el momento, no a posteriori; y tengo la sospecha de que eso es lo que está ocurriendo, ya que todos los proyectos «progresistas» siguen siendo pensados dentro de una concepción de pacto social que no se diferencia mucho de la estructura de poder que nos legara Diego Portales.
Tal vez no es la hora de nuevos pactos electorales pensando que la democracia es ir a votar para luego irse para la casa, eso lo dejo para quienes se empeñan en creer que la dictadura cayó haciendo una marca en un papelito y se asustan ante la amenaza de un pueblo que elevó su conciencia política en la lucha concreta y cotidiana contra la opresión de clase.
Tal vez lo adecuado es volver a trabajar con humildad y paciencia en las bases sociales mismas, para que el pueblo mismo construya su conciencia y proponga vías alternativas al actual modelo político, económico y social.
Creo que no debemos seguir en este tren que no puede apartarse de sus vías de hierro, tal vez lo que necesitamos es un todoterreno, muchos todoterrenos…y también atrevernos a avanzar a pie.
Margarita Labarca Goddard says:
Ricardo, ya sé que eres un sobreviviente y que hiciste muchas cosas heroicas contra la dictadura.
Pero sobre este artículo te quiero decir que cometes el mismo error que muchos, criticar sin hacer propuestas. Y por ejemplo decir “Las ideas de la izquierda se fueron al patio trasero” O algo así, Y entonces yo te preguntaría ¿Cuáles son las ideas que habría que traer al patio delantero y cómo hacerlo?
Tampoco estoy de acuerdo en que se hable de “La izquierda” porque hay varias izquierdas, sobre todo las que están fuera de los partidos políticos, ya sea porque son personas que nunca militaron o bien militaron y dejaron de hacerlo. Yo estoy entre las últimas y entiendo que tú también.
Y decir que “los Zurdos”, una expresión un poco despectiva, trataron de construir una sociedad “que sólo cosechó muertos, desaparecidos y desilusionados en ese intento. Y olvido.” Quizás sea cierto, pero es triste e injustificado decirlo así, porque esa sociedad sembró ideas, sembró principios, sembró heroísmo, sembró patriotismo y sembró dignidad, lo que se reveló en octubre de 2019.
En suma, pienso que no se justifica hacer críticas sin propuestas, porque eso no sólo es inútil sino también pernicioso, y tampoco se vale hablar de “la izquierda” como si fuera una sola porque es injusto.
Saludos fraternos, Margarita
Felipe Portales says:
… junto con el de Argentina obviamente.
Felipe Portales says:
Y hay que agregar que la «izquierda» o «centro-izquierda» latinoamericana ha establecido dictaduras, virtuales dictaduras o gobiernos completamente corruptos y subordinados a los grandes grupos económicos. Este último ha sido el caso de nuestro país.
Serafín Rodríguez says:
— ¿De qué nos extrañamos?
— ¡De nada! Y para allá es donde vamos… Es el resultado de la falta de credibilidad de la seudo-izquierda latnoamericana por su falta de integridad política y su corrupción o tolerancia de ésta, ya sea real o aparente, además de su absoluta desconexión con la clase trabajadora. A esto se suma, de manera muy importante y determinante, una ciudadanía siempre a la espera de iluminados que le resuelvan sus problemas, incapaz de generar sus propios representantes que respondan polítcamente ante ella a fin de tomar en mano propia la construcción de su destino.