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El deslenguado abogado Luis Hermosilla y el libro «Todo legal» 

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Causó un tremendo impacto en la opinión pública la noticia de Ciper en donde se reproducían las expresiones coprolálicas de este influyente abogado, en su búsqueda de arreglar con métodos non sanctos una situación tributaria de la empresa Factop de uno de sus clientes, hermanitos Sauer, la que ya estaba querellada por emitir  facturas falsas y por ello, para saber que esto no es nuevo, es necesario conocer cómo la élite hacía sus negocios a partir del golpe militar de 1973, lo que se relata con lujo de detalles en el libro «Todo legal» escrito por Carlos Tromben e Ignacio Schiappacasse. Es más, el abogado Isidro Solís, ex ministro de Justicia en el gobierno de Bachelet, ha reconocido públicamente que estas pillerías siempre han estado presente en nuestro país.

Los lectores que han conocido mis innumerables columnas de opinión publicadas en este medio y en otros que cultivan la libertad de expresión saben que en Chile la corrupción está institucionalizada y debe quedar claro que si la novel abogada, Leonarda Villalobos, no hubiera grabado subrepticiamente la extensa conversación y por lo tanto, su contenido no hubiera llegado a las manos del periodista que la transmitió, hoy en día nada se sabría y por lo tanto, posiblemente el venal plan urdido para salvar a la empresa de préstamos informales hubiera prosperado. Ahora la tarea investigativa ha quedado en manos, como corresponde, del Ministerio Público, del Servicio de Impuestos Internos (SII) y de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).

Hablando de prácticas indecorosas de actores privados en los mercados, recordamos que el Estudio Jurídico de Andrés Chadwick y Luis Hermosilla, con ocasión de una destacada y completísima nota periodística, con llamativas fotografías, publicada hace años en La Nación Domingo, medio que ya no existe, esa sociedad de abogados actuó como defensor de mi persona y del gerente general de ese diario, Francisco Feres, con motivo de una querella interpuesta en contra de nosotros dos por el entonces alcalde de Providencia Cristián Labbé, porque allí se divulgaron diversas ilegalidades cometidas por el arquitecto Sergio Ventura, en su condición de Director de Obras Municipales (DOM) de Providencia, con motivo de la construcción sin permiso válido del megaproyecto inmobiliario Costanera Center, localizado en esa comuna.

La ausencia del permiso de edificación se unía a la carencia del obligatorio Estudio de Impacto sobre el Transporte Urbano (EISTU), el que fue obtenido mucho tiempo después, mientras las obras ya se estaban ejecutando clandestinamente y un sinfín de otras irregularidades. No solo como era obvio, la causa fue perdida por el ex alcalde Labbé y su abogado Christian Espejo, pues se demostró, con documentación a la vista, que todo lo publicado en ese medio era absolutamente cierto, lo que fue ratificado tiempo después por la Contraloría General de la República, instancia fiscalizadora que sancionó a ese funcionario municipal, hermano de Julio, famoso y cuestionado DOM de Viña del Mar, y a otros 2 de sus colegas interesados en favorecer al actor privado Horst Paulmann. En ese antiguo episodio judicial la sociedad Chadwick-Hermosilla actuó  100% apegada a la ley, lo que mereció nuestro reconocimiento.

Pero ahora, con lo que se conoce, está claro que el lenguaraz Hermosilla tendrá que asumir su propia responsabilidad en este caso de inmoralidad acreditada y en tal sentido sería indispensable que todos los abogados, inscritos y no inscritos en la orden profesional respectiva, como todas las asociaciones gremiales empresariales suscriban un código de ética y transparencia, para que los distintos mercados funcionen con estrictos apegos a las leyes que el Estado de Chile se ha dado.




Es razonable que en las actividades comerciales se busque ganar más dinero, pero ello se logra con eficiencia y con mejores procedimientos, razón por la cual todos ya sabemos que, con la nueva ley N° 21.595, que sistematiza los delitos económicos y ambientales, ahora será más difícil sacar ventajas indebidas en los diversos sectores. Si buscamos crecimiento sano, nunca más se debe tolerar la competencia desleal y la descomposición estatal, pues así estaremos en condiciones de posicionarnos como un país serio y creíble por la ciudadanía y por los inversionistas del primer mundo.

 

Por Patricio Herman 



Urbanista. Director de la fundación Defendamos la Ciudad

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