Brasil en la ONU: después del rechazo al Marco Temporal, otros desafíos quedan por los Guaraníes Kayowa
Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 42 segundos
Un fallo reciente de la Corte Suprema de Brasil presentados por pueblos indígenas para rechazar las restricciones de tiempo para reclamar derechos sobre sus tierras ancestrales ha sido adoptado. Desde ahora, se rechaza el Marco Temporal.
La histórica decisión, adoptada por nueve de los onze magistrados del Supremo Tribunal Federal (STF), fue contra lo que se conoce como el argumento del “Marco Temporal”. Según esa teoría legal, a los pueblos indígenas que no vivían en sus tierras ancestrales en 1988, cuando se adoptó la actual constitución de Brasil, se les habría impedido solicitar la demarcación de sus tierras.
Limitar la demarcación de esa manera habría tenido consecuencias extremadamente graves, incluso impedir que estas comunidades regresaran a las tierras de las que habían sido expulsadas y disfrutar de los derechos humanos asociados. También habría perpetuado y agravado las injusticias históricas sufridas por los pueblos indígenas de Brasil.
A partir de este momento, la Corte Suprema debe deliberar más a fondo sobre la cuestión de la compensación para quienes adquirieron tierras indígenas. «Instamos a una pronta resolución de este problema, pero también es importante que no se impida el acceso efectivo de los Pueblos Indígenas a sus tierras», declara Marta Hurtado, la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas. «Seguimos preocupados porque actualmente se está discutiendo en el Congreso un proyecto de ley que busca establecer mediante legislación la misma restricción temporal que ahora ha sido rechazada por la Corte Suprema. El proyecto de ley también incluye obstáculos adicionales a los procesos de demarcación».
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU destaca que, si bien la demarcación de tierras ancestrales es esencial, no es por sí sola suficiente para proteger integralmente los derechos de los pueblos indígenas.
Es necesario, en particular, una política activa y sistémica para proteger a los Pueblos Indígenas de la violencia, incluida la violencia llevada a cabo por quienes invaden ilegalmente sus tierras. La clara necesidad de una política de este tipo se ve subrayada por ejemplos recientes de violencia infligida por mineros ilegales a los pueblos indígenas yanomami en el estado de Roraima, en un territorio que fue demarcado como tierra indígena hace más de tres décadas.
«Los pilares de financiación para las inversiones verdes deben tomar en cuenta la perspectiva indígena, para no ser excluyentes. En este contexto, estamos reflejando sobre como las comunidades Guarani Kaiowá podemos tener actividades que son sostenibles. Hay una discriminación y perjuicio sobre nuestros productos indígenas. Muy poco de esta economía es convertida para nuestras comunidades», declara Inaye Lopes, indígena del Mato Grosso do Sul, historiadora parlamentaria y representante de las mujeres Guarani Kaiowá, acerca del tema, en la plenaria de la 54° sesión del Consejo de Derechos Humanos, en la sede de las Naciones Unidas de Ginebra, Suiza. «Por eso luchamos por nuestro territorio tradicional, el espacio bien vivir Teko-Jojá. El camino de los pueblos Guarani Kaiowá como resistencia frente al racismo y genocidio cotidiano».