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Plebiscito diciembre: Votar en contra no es votar por Pinochet y Lagos

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Las cosas en derecho se deshacen como se hacen, esto es un principio muy conocido y aceptado universalmente.
Con todo, hay quienes faltando a la verdad con evidente mala fe promueven que en caso de ganar el rechazo al proyecto constitucional que se nos presentará en diciembre se debe mantener la constitución de Pinochet/ Lagos.
 Esto es absolutamente falso. En efecto, en una democracia la soberanía reside en el pueblo ciudadano.
 Esta facultad de adoptar decisiones que afectan a todos los que habitan el territorio nacional se expresa de tres maneras.
La primera, es a través de las leyes que dicta el parlamento cuyos integrantes ejercen  la soberanía por delegación efectuada en elecciones periódica; la segunda son los actos del gobierno cuyo ejecutivo lo ejerce el presidente de la república y por último la soberanía se expresa del modo más directo y puro a través de los plebiscitos.
En el plebiscito de entrada al proceso Constituyente un 78% votó por derogar la constitución y esta se mantiene solo porque el país no puede estar sin una constitución. Pero se mantiene solo hasta que se dicte la nueva. A esto jurídicamente lo llamamos un plazo indeterminado, es decir que va a acontecer pero no tenemos la fecha precisa
Resulta entonces que el rechazo no implica que se esté votando por mantener la Constitución Pinochet Lagos sino simplemente que esa constitución no será reemplazada por el proyecto que se nos ofrece
No hay ninguna razón para que lo dispuesto en un plebiscito que expresó el más alto consenso político de la historia de Chile  sea dejado sin hacer.
Si este segundo intento de aprobar un proyecto constitucional resulta un  nuevo fracaso por el retraso ciudadano, hay que intentar un nuevo proyecto que realmente exprese el sentir de los ciudadanos.
Para dar por cerrado el proceso constitucional se requiere un nuevo plebiscito.
Un nuevo rechazo simplemente reflejará que la casta política está integrada  por chambones que no son capaces de expresar lo que el pueblo quiere y para lo cual fueron elegidos.
Por Roberto Avila Toledo

Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín

 



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  1. Serafín Rodríguez says:

    La próxima elección presidencial y parlamentaria van a depender crucialmente del resultado del plebiscito del 17 de diciembre y la postura que adopten al respecto los eventuales candidatos a todo nivel. También el destino de Republicanos. Hasta ahora, nadie le ha dado realmente la importancia que tiene ese plebiscito pero va a ser definitivamente un punto de inflexión en la política del país.

  2. Felipe Portales says:

    Además, que sería peor que se aprobara la «nueva» Constitución hecha por la «Comisión experta»; la cual por cierto no podrá mejorarse con la mayoría abrumadora que tiene la derecha en el «Consejo Constitucional». Sería peor porque estipula un quórum antidemocrático para su reforma mayor que en la actual (3/5 en lugar de 4/7) y porque de modo absolutamente antidemocrático faculta al Congreso para delegar sus facultades legislativas en el Presidente a través de decretos-leyes, algo que ni siquiera la Constitución original del 80 contemplaba. Y, además, porque si se aprobara en un plebiscito este nuevo engendro adquirirá mucho mayor legitimidad que la actual de Pinochet-Lagos…

  3. Margarita Labarca Goddard says:

    PARA ROBERTO AVILA TOLEDO
    Tienes toda la razón, Roberto. Porque esta Constitución la están haciendo los partidos políticos que el pueblo ha repudiado hace tiempo. Los partidos políticos que están en el Congreso ya no representan a nadie, porque ahora toda la gente respetable es independiente, de izquierda pero independiente. Las constituciones deben hacerlas los pueblos, que son los únicos constituyentes originarios y nadie más. El Congreso puede hacer las leyes complementarias, pero no la Constitución. Si este engendro que están haciendo entre cuatro gatos se aprueba, va a ser absolutamente nulo. Como lo era la Constitución de Pinochet y también la que firmó Lagos porque el pueblo nunca fue consultado. Ya estaría bueno que este gobierno se enterara de que existe un pueblo, que es mayoritario y que debe dar su opinión. Y que Boric comprenda que sólo fue elegido por temor a Kast y que tiene que ganarse la confianza y el apoyo de ese pueblo para que, en caso necesario, la gente lo defienda, porque si no, le puede ir muy mal y a Chile también.

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