Poder y Política

Una foto de Contreras sigue colgada en los cuarteles

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Consecuencia de aquel pacto entre las FF.AA y la concertación fue que se alcanzó el colocarles terno y corbata a los militares, pero en su esencia hasta el día de hoy son los mismos golpistas del 73. Los mismos que en determinados momentos en la historia de Chile han salido a la calle para matar a hombres y mujeres por exigir condiciones de vida digna.

 

Que los militares se resistan a sacar imágenes de Manuel Contreras que deben estar colgando en las paredes de los cuarteles militares, constituye un insulto a la memoria de todos los familiares de las víctimas de aquellos deleznables crímenes cometidos por la DINA. En este sentido no hay doble estándar, todo era conocido por Pinochet y el alto mando, aplaudidos por el resto de oficiales que los vieron como los salvadores de la patria. También lo conocen los que hoy lucen estrellas y charreteras.

 

Desde 1990 todos los gobiernos han sido obsecuentes y serviles con los militares. Diferentes ministros de la defensa han pasado como un sencillo decorado entre comandantes mentirosos que no le otorgan absoluto valor histórico a los Informes Rettig y Valech, y es así sencillamente porque aquel mensaje de hacer justicia en la medida de lo posible, le entregaba la impunidad que necesitan y con la que han sido amparado en la mayoría de los casos investigados por la justicia.

 

“No aceptaré que ninguno de mis hombres sea llevado a la justicia para que sea procesado” A. Pinochet al conocer el Informe Rettig.




 

Es una historia de asesinos.

 

Todo lo sucedido desde aquel día once no se parece en nada a lo que en tiempos algo más alejados los militares esperaban pacientes que algún acontecimiento les cambiara la vida. En alguna esquina del céfalo posiblemente tenían la idea que desde aquel lado estaba el enemigo y ellos lo vencerían; habían jurado entregar la vida si fuera necesario. Cada cierto tiempo lo practicaban como por ejemplo la Escuela Santa María de Iquique en diciembre de 1907, o Ranquil, o La Coruña. Pero esa la historia dura y triste de la patria.

 

En aquellos primeros días con posterioridad al golpe, los agentes de la DINA salieron a las calles como una manada en estado salvaje a la captura de militantes de organizaciones de izquierda que habían sido declaradas al margen de la ley por un bando militar firmado por los cuatro que rompieron la institucionalidad del país.

 

La DINA desde aquellos días hasta 1978 es la responsable de los miles de crímenes cometidos bajo la forma de una política de exterminio. Fusilamientos sin juicio, prisioneros sacados desde las cáceles para ser fusilados en el desierto cuando ya cumplían sus condenas. Villa Grimaldi, Londres 38 y otros tantos centros de detención son la constancia de la mano militar que actuó con premeditación y alevosía. Todos los casos de muertes y desapariciones tienen el carácter de graves gravísimas, son de Lesa Humanidad

 

Una historia de Comandantes en Jefe mentirosos.

 

Pocos militares luego de mandar a cometer crímenes o reprimir reconocen sus acciones, eso les cuelga el cartel de mentirosos y cobardes. En todos ellos siempre está presente y los inunda una profunda cobardía. Manuel Contreras general condenado a más de quinientos años de cárcel y que murió en prisión, insistió que todas las órdenes eran firmadas por su superior… Pinochet.

 

Fueron todos los asesinatos de la Caravana de la Muerte un “mandarse solos” de Arellano Stark; en absoluto, él actuó cumpliendo órdenes también de su cobarde superior. Posiblemente sea el gobierno de Ricardo Lagos quien mayor amparo les prestara a las Fuerzas Armadas, les ofreció una “mesa de diálogo” para que aportaran antecedentes de los crímenes cometidos por los militares y volvieron a mentir. Frei les entregó una cárcel especial que se conoce como Puntapeuco, algo parecido a la que se construyó un  jefe de cartel de la droga en Colombia.

 

Cuando Emilio Cheyre ex comandante en jefe del ejército recitó aquello que “nunca más”, lo decía un militar que había estado presente en la Caravana de la Muerte y es por aquello que se encuentra procesado. Hasta el día de hoy lo niega insistentemente. 

 

No debe llamar la atención entonces que en los tiempos actuales los militares se resistan a una condena judicial y es así porque ellos se sienten sus propios jueces, han sido ellos los que dictaron condenas y rechazan lo que la ley los obliga. Entonces no todos son iguales frente a la ley.

 

Que el general Martínez compare al “Mamo” Contreras con José Miguel Carrera y que por aquello esté convencido que quien fuera el jefe de la DINA deba estar presente en los muros del ejército, hace responsable a las actuales autoridades políticas Piñera/Espina, dado que si uno no se equivoca los militares están bajo el mando de la autoridad civil.

 

Insistir que los militares han actuado siempre sobre seguro no queda duda.

 

Hace algunos años cuando  José Antonio Gómez era subsecretario de la defensa nacional, personalmente autorizó que Manuel Contreras se reuniera con el general encargado de la represión en la ciudad de Buenos Aires. Fue una reunión discreta, posiblemente recordaron sus tiempos de represores y de aquel encuentro no hay constancia en ningún registro. La esposa del argentino fue paseada por el barrio alto donde aprovechó de hacer sus compras. El periodista Francisco Martorell le solicitó por escrito información acerca de aquel extraño encuentro, José Antonio Gómez nunca respondió.

 

Y si ese segmento que se hace llamar clase política no resuelve, entonces hay que dejar que la calle hable una vez más con toda la razón que tiene para llenar de luz las noches de Santiago.   

 

Por Pablo Varas



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  1. Gladys Allende says:

    Eso sólo pasa donde los fascistas colaboradores de la barbarie están de acuerdo con la falta de respeto al pueblo…En Argentina, cuando Nestor Kirchner puso un pie en la la casa presidencial y vió los cuadros de los golpistas, sediciosos y la miliquería, mandó sacarlos inmediatamente y sin derecho a oposición…Pero claro no cabe la comparación entre un decente y otro que está lejos de compartir ese derecho…

  2. Gino Vallega says:

    Es claro que la milicada asesina y ladrona no le hace caso a sus compinches civiles y se «sientan» en el gobierno neo liberal de turno.

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