7 de Mayo: A no ser cómplices del pacto de dominación de la burguesía
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Estamos a escasos días de la realización de una nueva elección que es parte del largo proceso de relegitimación iniciado con el pacto por la paz y la nueva constitución del 15 de noviembre. El “ambiente” está frío y desinteresado. No hay grandes debates “sistémicos” y el orden impuesto con las bases institucionales, el comité de “expertos” y los árbitros les permite asegurar un tranquilo despliegue de su “nueva” constitución a la medida de los dueños del poder y la riqueza criollos y del imperialismo.
Ellos y ellas, la burguesía y el bloque en el poder, ya sea en el gobierno o en la oposición, se muestran con la arrogancia e insolencia acostumbrada de quienes viven en un mundo de privilegios e injusticia. Se ponen de acuerdo y pactan en las podridas y malolientes cocinas del poder y la injusticia. Llaman con cinismo a proteger y a reforzar a los pacos, mantienen por meses la militarización del wallmapu, fortalecen la prisión política y el estado contrainsurgente, tienen a los milicos en las fronteras del norte convirtiendo en enemigos a las y los pobres del continente que viajan a la tierra que ellos mismos les prometieron, profundizan el desempleo, la precarización y flexibilización laboral para explotarnos aún más.
Pareciera lejano el tiempo en que la burguesía y la derecha temblaba ante el avance de la organización y la lucha popular y estaban disponibles para ceder en algo sus privilegios y reconocían que había que hacer cambios porque la realidad no daba para más… para más explotación, para más abusos, para más opresión. Pero estos tiempos no son lejanos, hace apenas unos años el alzamiento popular de ese hermoso octubre nuestro con su insolencia masiva y radical se tomaba las calles, plazas, caminos y les ponía entre las cuerdas. Las demandas democráticas de vivir en dignidad, respeto y basta de abusos; la exigencia de viviendas, salud, educación y de fin a las deudas abusivas y a la especulación, parecían dar paso, a través de mayor organización desde la base de los territorios, lucha directa radical y con violencia de masas, toma de conciencia creciente de que el problema es el capitalismo realmente existente y toda la casta política, militar y burocrática que lo sostiene.
Este potente movimiento que irrumpe en octubre indicándonos el inicio del camino, aun sin las suficientes herramientas, la fuerza, organización (y en un proceso de forjar esas herramientas, fuerzas y organización) se vio enfrentando a un plan político que apuntaba fundamentalmente a desarmar y derrotar el impulso rebelde de la clase trabajadora y pueblo en lucha y relegitimar el orden de la explotación, los abusos y la opresión.
Para esto usaron la vieja receta de la represión y el aislamiento de las y los verdaderos comunistas y revolucionarios, buscaron la desmovilización y desorganización a través de la re-institucionalización, sacar a la clase trabajadora y al pueblo de las calles, en lucha directa y radical, para volver a ilusionar con los caminos del poder burgués, ese camino que elección tras elección solo conduce al pantano del reformismo y la reacción. Muchas y muchos fueron los cómplices activos de esta operación política, esos que se pasaron a la otra colina y que hoy nos convocan a comer las migajas que caen del mantel del bloque en el poder, reformistas, vacilantes, oportunistas y claudicadores y otros tantos traidores que hoy nos convocan a ser parte de esta farsa constituyente, lo fueron ayer levantando candidaturas y hoy lo hacen llamando a anular, los mismos que como tramoyas levantan la carpa para que otros hagan el show.
En resumen, es este el objetivo de sus procesos “constituyentes”, volver a dar legitimidad a su modelo de explotación y depredación. Lo han hecho paso a paso, elección a elección, convención a consejo, desmovilizando y retomando la iniciativa política con la paciencia que les da el detentar el poder. No podemos negar que han avanzado en sus objetivos, en conjunto con los partidos que hoy administran el gobierno y con la complicidad (consiente o no) de las organizaciones que se sumaron a la payasada constituyente, llevando agua al molino de la conciliación, aunque esta conciliación de clases se disfrazaba con cachetadas de payaso, muy ruidosas pero falsas e inofensivas para el poder.
Las y los comunistas tenemos la necesidad histórica de articularnos para hacerle frente a la ofensiva de la burguesía que busca a través de este gobierno títere aumentar su plusvalía a costa de la profundización de la explotación y la precarización de la vida de la clase y el pueblo, debemos transformarnos en alternativa política para las y los explotados y retomar la iniciativa política para combatir al capitalismo, al gobierno de turno y a todas y todos quienes defiendan los intereses de los que nos explotan.
En el actual periodo de la lucha de clases, las urnas no son el camino para las y los proletarios, para los anticapitalistas y antiimperialistas la acumulación de fuerza social revolucionaria no pasa por ser parte del circo electoral, por el contrario, debemos bregar por construir un nuevo poder, por fuera del marco institucional, que sea antagónico a la sociedad de clases y que cuestione ideológica y materialmente al poder de la burguesía y quienes lo sustentan.
Por Organización Comunista Revolucionaria – OCR
Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín
José says:
No entiendo: ¿ustedes despotrican contra la situación actual, pero no aceptan anular el voto? Yo anularé para rechazar toda esta mugre y no hacerme cómplice de esto. Además me gustaría que informaran breve y claramente quiénes son ustedes, porque el ciudadano corriente ya está cabreado de grupitos que aparecen y …