El Parvenus: Un síndrome de la izquierda chilena
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El fin del ciclo político post dictatorial chileno, protagonizado por la novel generación estudiantil que rompe con el sistema binominal, nos permite observar el surgimiento de un síndrome en la izquierda chilena, el del “parvenus”, el que nos permite explicar su giro hacia la socialdemocracia y el progresismo en la izquierda en el Chile reciente.
El parvenus, nos dice Hanna Arendt, es un escalador social y para ello niega lo dado, es decir se niega a sí mismo: su cultura y visión política para incluirse en la vida social de las clases acomodadas, utiliza preferentemente las estructuras del Estado, tanto en el ámbito de la gestión, sanitarias y de reproducción cultural. Exige al sujeto nuevas formas relacionales, un lenguaje con las categorías de significación del mundo liberal, busca nuevos espacios geográficos donde habitar, niega por tanto su propia condición humana.
Su rol como escalador social, no solo se limita a asumir el consumo y las formas de vida, el habitus de Bourdieu, sino que juega una función mucho más compleja, proyecta una imagen del sujeto de “bien” socialmente aceptado, con patrones de socialización y formas de entender la política defensoras hacia los intereses de las clases hegemónicas. La nueva forma de vida adquirida está vinculada con redes de cooperación interclasista, su dependencia del Estado, y por tanto de esas relaciones, construye un pequeño espacio mundo, recubierto de un supuesto intelectualismo crítico acerca de la realidad vivida, por ello funcional al sistema económico, político y cultural dominante. Sus relaciones con el poder lo obligan a abandonar el lugar de la crítica y “habitar” sus cargos funcionales al poder y por ello va negando la necesidad de transformarlo. Impulsa nuevas banderas de lucha, alejadas de los trabajadores, excluye a los obreros y campesinos de su rol central como fuerza motriz revolucionaria, dando paso a nuevos actores (identitarios) y sus nuevas demandas (particulares), defendiendo el orden y sosteniendo las bases estructurales del sistema.
El parvenus de izquierda, construye mecanismos de mimetismo vinculados con las imágenes simbólicas clásicas de la izquierda, como Salvador Allende, El Che, traficando con grandes líderes de la clase dominante. Así, la música de protesta, la literatura de crítica social o la poesía, el mundo de la cultura en general, no importando el género, permite proyectar una imagen de continuidad, histórica y cultural, que ha permitido parir una “izquierda” socialdemócrata, una “izquierda progresista”, una izquierda que requiere apellido.
Durante el primer año de gobierno del Frente Amplio quedó de manifiesto la convicción de la “izquierda” progresista y socialdemócrata chilena. Cuestiones como la visita de la ex Ministra del Interior a una comunidad mapuche en conflicto sin las coordinaciones necesarias, el discurso de “superioridad moral” transmitido por personeros de gobierno, la actitud violenta hacia una diputada del Ministro de Educación, son todas manifestaciones al interior de la élite. Su expresión respecto a la mayoría popular del país ha quedado de manifiesto con posterioridad al Plebiscito Constitucional del 4 de septiembre de 2022, cuando el Presidente de la República realizó un “ROTEO” generalizado del mundo popular, no tan sólo de quienes rechazaron el proyecto constitucional, menoscabando su condición humana, representándoles como ignorantes, carentes de ideología, sin capacidad transformadora del mundo, situación que habla de expectativas creadas en función de integrase a la administración y gestión del estado, de la mano del modelo neoliberal, las relaciones entre aristócratas liberales progresistas y los parvenus de “izquierda”.
El impulso de la agenda de seguridad pública, y la ley conocida como “gatillo fácil”, nos permite observar que la élite “frenteamplista” en el gobierno asumió las banderas de lucha históricas de la derecha: orden, represión, violencia. Asimiló sus categorías de análisis y representaciones sociales, levantando una nueva dimensión del “roteo” ya mencionado con anterioridad. Defender el Estado burgués y las relaciones sociales de la alta sociedad, es un gesto de sumisión al orden estatal post dictatorial, también de disciplinamiento hacia el mundo popular, para posibilitar su propio asenso personal, gestos que podríamos caracterizar como una mutaciones del inquilinaje colonial chileno, relaciones ya no edificadas bajo la hacienda o el latifundio, sino que ahora en las estructuras estatales.
Miguel Ávila Carrera
Renca, Región Metropolitana, abril de 2023
Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín
Serafín Rodríguez says:
Qué brutalidad más grande. «Parvenus» es una palabra latina de la primera declinación masculina, caso nominativo singular. El plural nominativo es “parveni” relacionado con porvenir. Pura falta de ignorancia nomás.
Bromas aparte, la custión del ”parvenus” como préstamo del francés es más complicá por su adaptación a la pronunciación del idioma español que no tiene palabras con acento tónico en la penúltima sílaba que termine en “u” y, por tanto, se le metió espontáneamente un “s” final, a menos de que por psiutiquería alguien de esos que no faltan, prefiera decir “parvenu” en francés cuando habla español.
Según recuerdo de la noturna, esas palabras con acento tónico en la penúltima sílaba se llaman graves. Hay otras que son agudas y otras, estrújulas.
Margarita Labarca Goddard says:
Gracias Jaime Norambuena. Yo soy chilena pero vivo en México. No he querido ofender al autor de este artículo, pero me parece que es bueno señalar los errores para que no se repitan. Entiendo que Clarín es un periódico bien pobre y tiene muy poco personal y menos correctores de estilo. Ojalá el gobierno les pague a los herederos de Víctor Pey, porque ya salió la sentencia definitiva. También supongo que se podría llegar a un arreglo en cuanto a cantidades y plazos. Tener un diario de izquierda impreso es fundamental para toda la izquierda chilena. Dicen que los diarios impresos se leen menos, pero yo creo que se justifican peanamente, porque no todo el mundo tiene acceso a internet y si lo tiene, no ve diarios ni noticias allí.
jaime norambuena says:
Vaya,,, EXtranJero con G…????
jaime norambuena says:
Margarita. Ud sabe lo que dice y lo expresa con claridad
La felicito. Y un abrazo desde ???? el extrngero???
Gino Vallega says:
ARRIBISTA…….la versión indígena sudaca, que la filósofa Arendt no alcanzó a conocer.
Conste que para la foto, el funesto capitán tormenta LAGOS, se sacó la corbata para parecer PROGRE.
Para ambos va : el camaleón ,mamá, el camaleón, cambia de colores según la ocasión!
Margarita Labarca Goddard says:
Este artículo es chocante desde el título. No trate de hablar en francés si no sabe. «parvenus» es plural. El singular es «´parvenu». ¿Para qué poner palabras en un idioma que no conoce? «Parvenu» o «Parvenus» será muy elegante, pero habría que decir «Los parvenus» o «El parvenu» y quizás ponerlo en cursiva porque no coincide el artículo en castellano con el sustantivo en francés. Mejor dígalo en castellano si es que usted maneja nuestro idioma: «arribista» o «advenedizo» podría ser.
Serafín Rodríguez says:
Parvenus et sangsue!
Renato Alvarado Vidal says:
Duro, breve y certero. Podemos utilizar diversos enfoques y categorías de análisis, pero el resultado es el mismo: Este Gobierno es otro más de la burguesía, o de la Concertación o de las dos derechas o como lo llamemos.
Tal vez la traducción de «parvenu» – del francés al chileno – en este caso particular, sea «piojo resucitado».