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Las reformas en el gobierno del Presidente Gustavo Petro

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Los cien días de la asunción al mando del Mandatario en Colombia están marcados por la voluntad de cambiar, en forma radical, algunos aspectos centrales del sistema económico, social y político de ese país. La derecha colombiana ha sido una de las más reaccionarias de América Latina, (sus gobernantes eran peones de la dominación de Estados Unidos en el Continente, y ´el uribismo´, por ejemplo, se imponía a través de una forma delictual de terrorismo de Estado).

El triunfo de Gustavo Petro y la alianza Pacto Histórico fue anunciado previamente por un estallido social, el cual mostraba el desagrado de gran parte de la ciudadanía, especialmente la enorme brecha entre ricos y pobres y el dominio del Partido Centro Democrático, sumado al paramilitarismo.

El triunfo del Presidente actual nos recuerda el período de agitación social que reinaba en los años  48, del siglo pasado, en Colombia, cuando ocurrió el famoso “bogotazo” luego del asesinato del líder liberal, Jorge Eliécer Gaitán. Gustavo Petro ha demostrado, en un período muy corto, su voluntad de cambio social y político y, sobre todo, una capacidad de liderazgo indiscutido para movilizar la ciudadanía.

Las reformas, propuestas por el primer Mandatario son fundamentales para profundizar la democracia  y para disminuir las brechas sociales: 1) la reforma tributaria que favorece los sectores populares,  cobrando impuestos a los más ricos del país; muy hábilmente, Petro logró la aprobación de varios capítulos de la Reforma por parte del Congreso, que le permitirá allegar recursos para llevar a cabo los cambios necesarios, entre ellos, el de la reforma laboral, que protege a los trabajadores,  explotados por los patrones; 2) la Reforma de las Pensiones, que propende a la protección social de los ancianos, especialmente,  en materia de igualdad entre ricos y pobres; 3) la Reforma de la Salud, que termina con la desprotección en que se encontraban los departamentos y municipios más abandonados y marcados por la pobreza, a través de un plan de prevención sanitaria para todos los ciudadanos; 4) garantizar una paz total y permanente, que ya comenzó con las tratativas con la dirección del Frente de Liberación Nacional, (ELN).




En política exterior, el gobierno del Presidente Petro ha delineado una política de alianzas con los gobiernos progresistas del Continente: Petro condenó, por ejemplo, el gobierno golpista ultraderechista, de Dina Boluarte, en Perú, lo cual le ha costado el que sea declarado “persona non grata”, por la dictadura cívico-militar en el país de los virreyes.

La derecha colombiana es una de las más reaccionarias de América Latina, y está decidida a salir a las calles para detener las Reformas propuestas y enviadas al Congreso por el Presidente.

Ante el desafío de la ultraderecha fascistoide colombiana, liderada por el Partido Centro Democrático, con Álvaro Uribe como jefe, Petro respondió con un llamado a la ciudadanía a manifestarse en las principales ciudades de los Departamentos, (las más exitosas han sido las de Medellín y Cali). En Bogotá, el Presidente convocó a una manifestación en la Plaza Nariño, encabezando el acto acompañado de su mujer y de su hija menor. El discurso, desde el balcón del Palacio Nariño, (sede presidencial), con la duración de más de una hora, delineó los principales hitos del cambio social, propuesto al país.

El Presidente Petro ha demostrado su capacidad oratoria y de  pedagogía política, que recuerda los viejos tiempos en los cuales el pueblo colombiano tenía el valor de desafiar a la oligarquía y al gobierno de los gamonales, que se repartían el poder entre ellos y sus “delfines”.

Sería muy extenso de describir en detalle cada uno de los proyectos de ley, por los cuales el Presidente Petro anhela el cambio en la sociedad colombiana, sin embargo, se puede destacar la Reforma en el Sistema de Salud, uno de sus proyectos de ley más emblemáticos y controvertidos. La Salud está en manos de empresas privadas, que mezclan dinero público con el de los particulares, llamadas, las EPS, (Entidades Promotoras de la Salud), Sistema de Seguridad General Social, encargadas de brindar servicios médicos a la población afiliada, (una especie de Isapres chilenas). El dinero atesorado por las EPS, guardado por los Organismos ADRES, es distribuido entre los prestadores de salud, (Centros Médicos, Clínicas, Consultorios, y otros).

El Sistema de Salud actual favorece a los Departamentos más ricos y a las personas más adineradas, y no es lo mismo la salud en Bogotá, (Cund.), y Antioquia, con su capital,  Medellín, en el Valle del Cauca (su capital, Cali), que en las ciudades de Chocó y la Guajira Vaupés, Vichada…  (Muchas de EPS se han arruinado, por consiguiente, no pagan las prestaciones a los hospitales y Consultorios). Petro propone un cambio radical  en Salud, privilegiando la prevención ante los eventuales tratamientos de las enfermedades, que han arruinado las arcas fiscales, dinero destinado a los Hospitales y Centros de Salud.

El Proyecto del Gobierno se centra en la creación de más de dos mil Centros de Salud Primaria, administrados por médicos, paramédicos y enfermeras, en cada uno de los Municipios del País, que pretende, incluso, llegar a las veredas más pobres y alejadas del territorio nacional. Según el Presidente, se trata de distribuir mejor el dinero fiscal, protegiendo la igualdad en salud y en derecho a la calidad de vida de todos los ciudadanos.

El Presidente, Gustavo Petro ha demostrado tener capacidades de liderazgo, (muy escasas en otros Mandatarios de nuestro Continente), y a pesar del fascismo-uribismo, que quiere mantener la hegemonía de gamonales, empresarios, delfines y plutócratas, el Presidente se mantiene firme en sus Reformas, y no duda en llamar al pueblo a defenderlas.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

17/02/2023

 

Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín

 



Historiador y cronista

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  1. Margarita Labarca Goddard says:

    Excelente articulo y muy informativo, don Rafael Luis. Usted se dice «el viejo», pero no creo que lo sea tanto.
    Saludos cordiales, Margarita Labarca Goddard. Yo sí que soy vieja, pero no viejita.

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