La inseguridad alimentaria aguda se dispara en el mundo
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La inseguridad alimentaria aguda se dispara impulsada por los conflictos, los fenómenos meteorológicos extremos y el aumento de los precios de los alimentos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está solicitando USD 1900 millones en 2023 para salvar las vidas y los medios de subsistencia de algunas de las personas con inseguridad alimentaria aguda más grave, ya que la inseguridad alimentaria aguda sigue aumentando en todo el mundo.
El anuncio se hizo como parte de un llamamiento humanitario más amplio de las Naciones Unidas lanzado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) en un evento especial en Ginebra hoy.
Con menos del 4 % de los 51 500 millones de dólares necesarios en todos los llamamientos para 2023, la FAO puede proporcionar asistencia para medios de subsistencia críticos para garantizar que 48 millones de personas tengan un suministro constante de alimentos nutritivos.
A través de paquetes de efectivo, cultivos y semillas de hortalizas, alimentos para el ganado, campañas de salud animal, mejoras en infraestructura vital como sistemas de riego y mercados, la FAO puede garantizar que las familias y comunidades en las áreas más remotas y afectadas por conflictos puedan alimentarse y sentar las bases para la resiliencia ante futuros choques.
En 2022, el apoyo de emergencia de la FAO a las comunidades afectadas por la sequía en el Cuerno de África ha protegido activos ganaderos vitales, garantizando que 4,4 millones de niños puedan acceder a la leche todos los días, y ha dado lugar a la producción de más de 100 000 toneladas de cereales y proporcionado más de 1,5 millones de personas con dinero en efectivo para comprar alimentos, atención médica y otros artículos esenciales.
Las intervenciones de la FAO están orientadas sobre todo a satisfacer las necesidades y prioridades de las comunidades afectadas, que son en su gran mayoría agricultores, pescadores, pastores y silvicultores, permitiéndoles permanecer en sus hogares donde sea seguro hacerlo, satisfacer sus propias necesidades y liderar sus propias recuperación futura.
Principales impulsores de la inseguridad alimentaria aguda
Los fenómenos meteorológicos extremos, como las sequías y las inundaciones, el estallido de la guerra en Ucrania y la proliferación de otros conflictos, seguidos de la creciente incertidumbre en torno a los mercados mundiales de alimentos y agricultura, llevan la inseguridad alimentaria aguda a nuevos máximos.
A medida que se acerca el final de 2022, casi un millón de personas se enfrentan a la amenaza inmediata de la hambruna, casi el doble de las cifras de 2021. En todo el mundo, 222 millones de personas experimentan una inseguridad alimentaria aguda alta, casi una de cada cinco de las cuales lucha por acceder a suficientes alimentos para sobrevivir el día.
Solo en el Cuerno de África, que lucha contra una sequía sin precedentes, un evento que no se ha visto en 40 años, se prevé que entre 23 y 26 millones de personas necesiten asistencia humanitaria urgente, y se espera que la inseguridad alimentaria aguda continúe intensificándose para febrero de 2023 debido a una sexta temporada consecutiva de sequía anticipada y sin precedentes.
El costo de los alimentos ha estado aumentando constantemente desde el inicio de la COVID-19, y los precios internacionales de los productos básicos alimentarios ya estaban en su punto más alto en diez años antes de que la guerra en Ucrania enviara más ondas de choque a través del sistema. Si bien los precios de los alimentos básicos internacionales han disminuido recientemente, los precios al consumidor siguen siendo altos, lo que tiene implicaciones significativas para el poder adquisitivo y el acceso a los alimentos entre los más pobres.
Los conflictos y la inestabilidad política continúan devastando vidas y medios de subsistencia en todo el mundo, obligando a las personas a huir de sus hogares y abandonar sus granjas, embarcaciones, ganado, empujándolos a la indigencia y la dependencia total de la asistencia externa.
Impulsar la respuesta a las crisis y emergencias
La FAO ha intensificado sus esfuerzos para llegar a los más necesitados a lo largo de 2022, ayudando a 30 millones de personas con apoyo urgente, centrándose en las poblaciones rurales y aquellos para quienes la agricultura representa su propia supervivencia.
Solo en Afganistán, se espera llegar a 9 millones de personas para fin de año, aproximadamente la mitad de la población rural que experimenta una inseguridad alimentaria aguda alta. Unos 3,6 millones de personas se beneficiarán de la distribución de trigo de invierno en curso, que se completará en diciembre.
En Somalia, se han proporcionado más de 24 millones de dólares en efectivo, además de asistencia para los medios de subsistencia, a las comunidades rurales que están más expuestas a la hambruna, mientras que más de 11 millones de cabezas de ganado han recibido alimentos, agua y tratamiento básico de salud.
En Ucrania, además de proporcionar apoyo agrícola de emergencia a los agricultores, como patatas de siembra, semillas de hortalizas y asistencia en efectivo, la FAO está intensificando los esfuerzos para salvaguardar las cosechas y las reservas de alimentos existentes y futuras, entre otra cosa, proporcionando una enorme capacidad para almacenar hasta 6 millones de toneladas de cereales (alrededor del 30 % de la necesidad nacional). Esta asistencia es crucial para garantizar que el grano se guarde adecuadamente y que los agricultores puedan vender y exportar el grano cuando corresponda.
La agricultura masivamente subfinanciada
La agricultura es una respuesta humanitaria de primera línea y debe ser considerada como tal en todos los llamamientos humanitarios. Intervenciones agrícolas urgentes, especialmente cuando se combinan con dinero en efectivo y alimentos asistencia, tienen enormes impactos en la disponibilidad de alimentos, la nutrición y el desplazamiento, reduciendo significativamente otros costos humanitarios.
Por ejemplo, a un costo de solo $220, los paquetes de trigo de invierno que se distribuyen en Afganistán permitirán que una familia produzca suficientes alimentos para satisfacer sus necesidades anuales de cereales y dejar un excedente para vender.
Sin embargo, en 2022, la FAO recibió solo el 43 % de los fondos solicitados en el marco de los planes de respuesta humanitaria, pero esto oculta un enorme desequilibrio de fondos, con los llamamientos para Afganistán totalmente financiados, mientras que los de Nigeria y la República Árabe Siria apenas han superado el 10 % de los requisitos.
Elena Rusca
Ginebra