Xi Jinping, el “MaoTseTung” del siglo XXI
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Tanto el Partido Comunista chino como el gobierno de Vladimir Putin han partido de un análisis autocrítico de las razones explicativas sobre la derrota de la Unión Soviética (URSS): el líder actual chino, vendría a ser el anti-Gorbachov (Mijaíl), es decir, la edición de las reformas que llevaron al derrumbe de la primera revolución socialista.
El conflicto actual sobre Taiwán se ha reanimado a causa de la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi: es así como el viejo problema de la pertenencia de Taiwán a la República Popular china está llegando al clímax. El conflicto entre China y Estados Unidos se ubica en una coyuntura fundamental para ambas potencias: una guerra en el Estrecho de Formosa sólo produciría perdedores, conduciendo, de paso, al mundo a una catástrofe económica de proporciones.
Dos acontecimientos decisivos en China y Estados Unidos enmarcan el conflicto, agudizado por el viaje a Taiwán de Nancy Pelosi: en China, el Congreso del Partido Comunista será decisivo en la consagración de Xi Jinping como el “Mao” actual; por otro lado, en Estados Unidos, en el próximo mes de noviembre se realizarán las elecciones del legislativo, (hasta ahora, las encuestas dan como triunfador al Partido Republicano, liderado por Donald Trump), que pueden marcar un hito, incluso, en la crisis Chino-taiwanesa.
En el caso chino, Xi Jinping enfrenta una baja en el crecimiento de la economía y, además, una crisis de la tesis de un país y dos sistemas, (capitalismo y socialismo): a la “Revolución de los Paraguas”, de Hong Kong, se agrega el triunfo del Partido Democrático, liderado por Tsai Ing-Wen quien en dos sucesivas elecciones ha ganado el poder en Taiwán, en 2017 y 2020.
A diferencia de la “banda de los cuatro entre ellos la mujer de Mao de la llamada Revolución Cultural, Xi Jinping pretende ubicar la historia de China a partir de la superación de la humillación sufrida en el siglo XIX, de manos de los colonialistas en las dos guerras del opio 1838 y 1866 y en la guerra chino-japonesa 1894 y 1937 . El jerarca chino plantea, con claridad, el convertir a China en la primera potencia mundial, sobre la base de los proyectos de la Ruta de la Seda.
China, a partir de los cambios llevados a cabo por Deng Xiaoping, presidente del Comité Central, basado en la famosa frase “no importa que el gato sea blanco o negro, siempre y cuando cace ratones…”, y el reconocimiento de Mao, en su momento, que aceptó con un 70% la idea de mantener el poder ilimitado del Partido Comunista, pero erró en un 30% en la aplicación de una economía igualitaria. En pocos años China pasó de ser un país pobre campesino y humillado, a convertirse en la segunda potencia mundial después de Estados Unidos.
En 1912 el último emperador chino Pu Yi fue derrocado por un movimiento nacionalista; el año anterior se fundó el Partido Comunista. El Partido Nacionalista, liderado por Chang Kai-shek, se enfrentó al Partido Comunista, mediante una guerra civil que luego se suspendió en 1937, a raíz de la invasión japonesa a China: nacionalistas y comunistas formaron un frente único para resistir la invasión japonesa, la cual terminó con el fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1945 y, luego del fin de la Guerra Mundial, Mao Tse Tung y Chang Kai-Shek recomenzaron la guerra civil, ganada por los comunistas, en 1949, fecha en la cual fue fundada la República Popular China.
Los nacionalistas derrotados se refugiaron en la pequeña Isla de Formosa – Taiwán – declarándose como la única república china que, desde la Isla, intentaría reconquistar el Continente. Taiwán fue reconocida como República china sólo hasta 1971, fecha en la cual la China Popular ocupó el asiento perteneciente a la República China, en el Consejo de Seguridad de la ONU, y con poder de veto.
A parir de la muerte de Stalin, (1953), Mao condenó la política de coexistencia pacífica, llevada a cabo por Nikita Jrushcov, quien durante el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética denunció los crímenes de Stalin. Para la China de Mao, los soviéticos pasaron a ser divisionistas y, por tanto, enemigos de China.
Richard Nixon, anticomunista rabioso, aprovechó el quiebre entre la Unión Soviética y China para abrir relaciones diplomáticas con China, inaugurando la diplomacia del ping-pong, (nombre recibido a raíz de la visita a China de un equipo de ping-pong norteamericano).
En los años 50 Mao instaura el llamado “gran salto adelante”, mediante el cual se destruyó la economía agrícola china obligando a los campesinos a la construcción de hornos en sus tierras, a fin de lograr la conversión de China en una potencia del acero, (el fin de este Salto Adelante ocasionó una hambruna que provocó la muerte de millones de campesinos).
Mao Tse Tung, alejado del poder, utilizó su ascendiente entre la juventud del Partido para iniciar el proceso de la “Revolución Cultural”, que destruyera a la intelectualidad, y los estudiantes pusieran en cuestión, no sólo a sus profesores, sino también a gran parte de la dirección del Partido Comunista.
En 1979 EE.UU. acordó el acta de Taiwán, una estrategia ambigua que reconoce a la república popular como la única China sin embargo apoya militarmente a Taiwan.
China popular no admite tener relaciones diplomáticas con aquellos países que reconozcan a Taiwán; hoy son solo 14 países muy pequeños.
En cuanto a Taiwán, la dictadura militar nacionalista de Chang Kai-Shek fue perdiendo poder respecto al Partido Democrático, que no pretendía ahora ser la única República china, sino el independizar a Taiwán de la República Popular China, idea de la decisión que se impuso en las nuevas generaciones taiwanesas, en consecuencia, un rechazo al lema de un país y dos sistemas.
Taiwán, muy lejos de ser una pequeña e insignificante Isla, se ha convertido en la 22 potencia mundial, que cuenta con el 70% de los micro-procesadores, además de un rico intercambio comercial con la China Popular. El Estrecho de Formosa tiene un alto porcentaje del tráfico marítimo, por consiguiente, un bloqueo conduciría a una crisis económica de proporciones en la cual China sería una de las víctimas principales.
Xi Jinping está decidido a mantener a Taiwán como una provincia china por la razón o la fuerza, (incluso, tiene la fecha de 2025 para completar la adhesión de la Isla de Formosa a China).
El Asia pacifico se convierte en el centro geo político del siglo XXI
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
06/08/2022