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Votando Apruebo: sería lindo e higiénico

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El Aprobar la nueva constitución se relaciona también con rechazar decenios de oprobio, corrupción, ausencia de derechos y represión, contexto histórico en el cual se asentó con firmeza una cultura que floreció cuando copularon la ultraderecha más abyecta y la Concertación más ambiciosa.

El mapa del Apruebo/Rechazo, no miente. Vea quien está en uno y otro lado.

Comienza a tomar forma una campaña del terror a la que solo le faltan los tanques rusos entrando a La Moneda y los niños siendo llevados a Cuba.

A esa campaña terrorífica de la ultraderecha basada en mentiras, cuyo siútico apodo de fake news no le ponen ni le quitan su carga vergonzosa, se agregan como haciéndose los cuchos, relevantes personeros de la ExConcertación.




De la ultraderecha, sin vergüenza ni principios morales, traicionando día a día sus preceptos celestiales y sus siete sacramentos, cuya ánima genocida y criminal sigue al aguaite a la espera de mejores condiciones, es esperable que reaccione ante la sola posibilidad de dejar de aumentar sus fortunas morbosas.

Y también es esperable que aquellos que se hicieron ricos vendiendo la Transición, concepto del que ya nadie habla, se pongan a la fila de los agoreros que pintan el futuro del país como una majamama en la que mandarán los delincuentes que llevarán la copia feliz del edén a ser otra Venezuela, Cuba o Nicaragua.

A esos agoreros encabezados por el expresidente Ricardo Lagos les hizo muy bien este lapso vergonzoso de la historia en el que, por razones misteriosas, quienes pudieron hacer más y que se la jugarían en contra de la dictadura, arriaron sus banderas, desmovilizaron a los más aguerridos y se rindieron por tres pera y un ministerio.

Así, el terreno fue el óptimo para quienes antes desfilaban con el puño en alto, cantaban La Marsellesa Socialista y acusaban de reformistas a los que no se les parecían y que en breve se cambiaron de lado.

Quizás no sea esta la Constitución que el pueblo quiere y merece. De hecho, con todo y sus aciertos, adolece de una falta de apoyo que debió verse en las calles en todo este tiempo. Y, por sobre todo, debió ser aupada por un movimiento del tal envergadura, que garantizara en el horizonte mediano su ejecución mediante leyes hechas en un parlamento que dé el ancho.

Esa es la pata que falta y que la hace cojear.

En rigor, el Rechazo solo puede interpretar a los poderosos, millonarios, milicos y pacos de alta graduación, genocidas, traidores, marranos y corruptos.

Que un minusválido pobre y desarrapado que vende sus chucherías en Ahumada diga que el Apruebo es cosa de comunistas culiaos, da miedo. O cuando un taxista abúlico afirma de todo corazón que le van a quitar el auto y su casa, es cosa de asustarse.

Estas expresiones escuchadas en el centro de la ciudad avisan y deben preocupar.

La ultraderecha y sus aventajados émulos de la ExConcertación se están afirmando en un descubrimiento de imprevisibles consecuencias: la gente prefiere creer una mentira que esforzarse dos minutos por saber cuál es la verdad.

A la gente le gusta que le mientan, afirman y es casi cierto.

Vaya a la calle y pregunte si es verdad que la nueva constitución le va a quitar la casa y sus fondos previsionales, si permitirá que delincuentes puedan ser presidente, si se va a acabar el himno patrio y la bandera y que no habrá más policías.

La gente cree todo eso y muchísimo más a diez metros en donde se está vendiendo el borrador del texto constitucional.

Votar apruebo es un acto de mínima decencia ciudadana. Es una manera de resistencia al poder terrible de la mentira. Es un castigo para aquellos que se burlan de la gente humilde por la vía de jugar con sus carencias.

Y, por sobre todo, es un aviso para la gente que aún cree que otro país no solo es posible, sino que urgentemente necesario. Es otro anuncio de que, si bien es tarde, no todo está perdido.

Se fragua un orden mundial diferente que comienza a detonar en otras latitudes: en América Latina la ultraderecha retrocede, el planeta unipolar dominado sin contrapeso por el imperialismo norteamericano se fisura dando paso a un futuro multipolar con otra configuración del poder, se anuncia una crisis del neoliberalismo, el naipe del poder mundial se re baraja.

En esta pasada nuestro aporte modesto podría ser colaborar en un ordenamiento político en el que no haya nunca más Lagos, Frei, Lavín, Rincón, Burgos, Parada, Velasco, Harboe, Auth, Warnken, Ossandón, Kast, Piñera, Cruz Koke, Insulza, Walker, Alessandri, Chaguán, Edwards, Macaya, Coloma, Urresti, Longton, en entre otros muchos de la misma ralea. La lista es larga.

 

Sería, lindo, ¿no?

 

Por Ricardo Candia Cares

Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín

 



Escritor y periodista

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  1. Renato+Alvarado+Vidal says:

    Estimado Felipe, concuerdo contigo en que lo dispuesto por los convencionales en las medidas transitorias es aberrante, y así lo he expresado en otros comentarios. El punto es esclarecer al enemigo principal y esto establece inmediatamente las prioridades; en este caso ese blanco principal es la constitución del 80, ese es el enemigo a derribar y eso significa votar APRUEBO sin darle más vueltas.
    El problema en que ya concordamos se expresará en dar nuevas luchas, y esto será siempre así, pero en condiciones innecesaria y absurdamente adversas, en un campo minado y alambrado por nuestros propios constitucionales. Aquí es donde Condorito diría ¡PLOP!

  2. Gino Vallega says:

    Si se produce el APRUEBO popular y la actual elite senatorial intenta cambiar el destino aprobado por el puablo , esperemos que haya movimientos anti elite y que el gobierno de Boric no los reprima. Si gana el rechazo, el próximo presidente de Chile debe ser Boris Johnson, el anémico mental inglés ó Ricardiño, nuestro anémico mental.

  3. Felipe+Portales says:

    El problema, Renato, es que incluso ganando el «Apruebo» la derecha (con su mayoría en el Senado) «hará lo que quiera» con el nuevo texto al tener que dar su visto bueno a toda ley que la concretice, ya que la mayoría de los convencionales, en caso que gane el «Apruebo» -en una decisión aberrante e inédita internacionalmente- le regalaron ¡al actual Congreso, de la Constitución que ya estaría fenecida, tales facultades hasta 2026!…

  4. Renato+Alvarado+Vidal says:

    Creo que vamos a tener que plantear la opción muy en blanco y negro: A elegir entre la constitución de Pinochet y los ricachones, o la de la gente, la única legítima.

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