Nueva Constitución: ¡No aflojen ciudadanos!
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La nueva Constitución nos permitirá construir futuro. Esta es nuestra diferencia con quienes abogan por retenernos sometidos a la voluntad de la minoría plutocrática.
El conservadurismo intenta matar en su cuna el fruto de la Convención Constitucional. Sus zapadores de opinión pública, capitaneados por El Mercurio y su lancha misilera, La Segunda, atizan el egoísmo y codicia que impregnan la conciencia social. Está en curso otra campaña del terror. Su punto neurálgico es la propiedad privada que, en realidad, no corre riesgo alguno en la propuesta que se votará el 4 de septiembre. Sus enemigos han caricaturizado el borrador de Constitución a tal punto de hacer creer a muchos que la Convención es un nido bolchevique a punto de proclamar la revolución socialista.
El parto de la Convención Constitucional, sin embargo, no es un ratón. Es un texto moderado para las expectativas de quiénes esperábamos la ruptura definitiva con la herencia de la dictadura. La ha redactado una Convención paticoja en que metió su cola el cálculo electoral de partidos que temen ser acusados de “populistas” si sirven lealmente al pueblo. La Convención Constitucional no tuvo las facultades ni el espíritu de una Asamblea Constituyente. No obstante pasará a la historia como la primera en dos siglos en que 154 hombres y mujeres, en paridad de género y elegidos por el pueblo, proponen una Constitución que habitualmente era redactada y promulgada por un puñado de leguleyos designados por la clase dominante. Prisionera en una maraña de cortapisas y reglas que le restaron independencia y autoridad, la Convención ni siquiera pudo examinar los tratados de libre comercio que someten la soberanía nacional a tribunales extranjeros. Y no reivindicó la nacionalización del cobre, el “sueldo de Chile” como lo llamó el Presidente Salvador Allende, que seguirá casi todo en manos privadas para no provocar la ira de antiguos y nuevos imperialismos.
Con todas sus limitaciones la nueva Constitución es mil veces superior al engendro de 1980. Hay que interpretarla como un “paso adelante” que convoca a proseguir la lucha por objetivos democráticos superiores.
Sin embargo el plebiscito del 4 de septiembre no se vislumbra fácil para la justicia social y política.
El sector conservador de la sociedad, la base social de la dictadura, cuenta todavía con más del 40% del electorado. El candidato presidencial de extrema derecha, José Antonio Kast, ganó la primera vuelta de la elección presidencial de 2021, y alcanzó más del 44% en la segunda. Gabriel Boric llegó a la Presidencia porque empuñó las tijeras moderadoras de su programa. Eso permitió el apoyo de los partidos de la ex Concertación. Estos son mayoritarios en el actual gobierno que, en buenas cuentas, es una reedición de la segunda administración Bachelet.
Hacia ese sector -que tiene pavor de ser calificado de “populista”- apunta la contraofensiva conservadora. Su discurso se dirige a clases medias acomodadas que tienen dependencia y vínculos políticos, económicos y sociales con la derecha. Son parte del sistema, como una lapa a la roca. Tales vínculos han petrificado una cultura conservadora cuya matriz es la codicia. Esa “cultura” ha penetrado a capas medias empobrecidas que aspiran a subir de nivel. La presión conservadora sobre el gobierno está produciendo una lenta pero perceptible deriva de este hacia la derecha. Sobre todo se refleja en la tendencia a reprimir al pueblo mapuche en La Araucanía. Resulta dramático observar cómo el gobierno del Frente Amplio-PC-Concertación reivindica el rol de las FF.AA. y policiales para instaurar el “orden” de las tradición conservadora. La masividad de la droga -que carcome conciencias y principios-, y la violencia de la delincuencia -que aterroriza a la población-, son factores adicionales que ayudan a la derecha.
Esto hace imprevisible el plebiscito de septiembre. La oligarquía ha echado mano a todos los recursos para anular el desvío constitucional que ella misma creó en noviembre del 2019 para impedir el colapso del gobierno de Piñera. Un destacamento de guarenes amarillos salió de las acequias y letrinas mercuriales -que los alimentan y dan cobijo- para amenazar al Apruebo del 4 de septiembre.
Más peligroso todavía es el comportamiento de sectores del centro político que intentan abrir una “tercera vía”. La maniobra permitiría rechazar la nueva Constitución mediante la promesa de rehacer otra “mejor”. Se ha formado una especie de sindicato de senadores que, imitando a trabajadores amenazados de despido de una industria, pujan por un siniestro “Plan B” que les evite la cesantía. Los senadores demócratas cristianos Francisco Huenchumilla y Yasna Provoste han denunciado esta maniobra. Asimismo el Frente de Trabajadores Demócratas Cristianos, que preside Flavio Garrido Sepúlveda, emitió una declaración llamando a votar por el Apruebo. La firman centenares de sindicalistas de ese partido.
(¿Hasta cuándo la DC, que fue parte de la Concertación, permanecerá a la intemperie política para sumarse a quienes dan continuidad a aquel proyecto?).
Es tiempo de definiciones. Una tarea dura en las condiciones actuales. No obstante necesaria y aún más vital para el proceso democratizador que necesita el país. Reconstruir el movimiento político y social requiere asegurar el respeto a los derechos humanos, políticos y sociales -objetivo que intenta la nueva Constitución-. Solo así podremos reemprender el camino que el odio oligárquico y la intromisión extranjera interrumpieron en 1973.
La lucha social no termina con la nueva Constitución. Sus limitaciones son evidentes. El deber de los revolucionarios cuyo horizonte es el socialismo, es superar la actual dispersión y construir organización. Una rica experiencia -de triunfos, derrotas y errores- nos enseña cómo retomar la iniciativa en las condiciones del siglo XXI.
El plebiscito del 4 de septiembre nos convoca una vez más -por sobre nuestras diferencias- a cerrar el paso a la oligarquía.
Asumamos este desafío.
MANUEL CABIESES DONOSO
14 de junio 2022.
https://www.puntofinalblog.cl/post/nueva-constituci%C3%B3n-no-aflojen-ciudadanos
Felipe+Portales says:
Ya en la Constitución de 1925 se aprobaron instituciones y disposiciones que NUNCA se aprobaron legalmente, como ¡las Asambleas Provinciales! (Artículos 94-100) que asesorarían al Intendente. Estarían formadas por representantes de las Municipalidades y «tendrán las atribuciones administrativas y dispondrán de las rentas que determine la ley, la cual podrá autorizarlas para imponer contribuciones determinadas en beneficio local» (Art. 98). Además, en su Artículo 99, la Constitución señalaba: «Las Asambleas Provinciales deberán representar anualmente al Presidente de la República por intermedio del Intendente, las necesidades de la provincia, e indicarán las cantidades que necesiten para atenderlas». Tampoco se implementaron nunca los «Tribunales Administrativos, formados con miembros permanentes, para resolver las reclamaciones que se interpongan contra los actos o disposiciones arbitrarias de las autoridades políticas o administrativas y cuyo conocimiento no esté entregado a otros Tribunales por la Constitución o las leyes. Su organización y atribuciones son materia de ley» (Artículo 87). Ni tampoco nunca se aplicó el derecho estipulado en el Artículo 20: «Todo individuo en favor de quien se dictare sentencia absolutoria o se sobreseyere definitivamente, tendrá derecho a indemnización, en la forma que determine la ley, por los perjuicios efectivos o meramente morales que hubiere sufrido injustamente». ¡Qué no podrán hacer (¡no hacer!) los más de dos tercios de diputados y senadores de las dos derechas en los próximos cuatro años!…
Serafín Rodríguez says:
Es decir, lo que realmente manda son los factores reales y efectivos de poder en una sociedad, independientemente de lo que una constitución diga, como alguien dijo por ahí y aprendí en estas conversaciones. Tendremos derechos sociales en la medida de lo posible, don Gino!
Gino Vallega says:
Con la aprobación de la NC, se van a ganar aspectos sociales y la calidad democrática debería crecer bastante….si se acciona.
Al leer los buenos comentarios de especiaistas, la implementación de la NC se ve en apuros (además en cuatro años más!) y el lento caminar conservador seguirá marcando el día a día cansino y amodorrado de la copia feliz del edén. Algunos me taparon el sol y ahora me estoy enfriando.
Serafín Rodríguez says:
El problema con los derechos sociales es su implementación, estimado Gino! Considere Ud. el derecho a una vivienda digna que garantizaría la nueva Constitución. Cómo? Y así, hay tantos otros que se incluyen en la propuesta de la CC. Sin ir mas lejos, piense Ud. en la igualdad ante la ley garantizado en la Constitución actual y en la mayoría de las constituciones del mundo y vea cómo se aplica. En la mayoría de los países desarrollodos, sus constituciones no incluyen extensos listados de derechos sociales pero se respetan e implementan según sus políticas públicas, no sólo porque sus ciudadanos así lo quieren sino porque también tienen los recursos para ello
P.S. A propósito de la igualdad ante la ley, la primera Constitución de Francia extendió dicho principio a la aplicación de la pena de muerte de modo que el uso de la guillotina no estuviera reservado a los criminales de la aristocracia sino que también se aplicara a los del pueblo llano que antes morían con alguna forma de tortura o estrangulados en la horca. Por lo menos algo se ganó!
Felipe+Portales says:
Estimado Germán: Todo indica que las dos derechas no estarán dispuestas de ningún modo a legislar en favor de un sistema previsional de reparto. Es lo que han planteado hasta la fecha. A lo más, introducirán algún componente solidario, seguramente financiado por el Estado en la línea de acrecentar las pensiones mínimas; y no por quienes tienen más altos ingresos. Y tampoco se ven muy dispuestas (¡hasta la fecha no lo han estado en absoluto!) en establecer sistemas de salud solidarios al estilo europeo. Y lo que es absolutamente claro es que dependerá de ellas…
Germán F. Westphal says:
Cierto, Felipe! Pero la solución en el Congreso es fácil. No necesitan hacer nada. Es decir, legislarán no legislando! Además, de aquí al 2026, dejarán esos temas en manos de Boric, quien necesita a la derecha contorsionista para gobernar y se ajustará a lo que ella dicte, tal como se está ajustando a través de su Ministro de Hacienda y demás asesores en el área económica. Y después, cuando vengan las elecciones, si se les critica, le echarán la culpa a Boric, Y si vuelven a La Moneda, dirán que no hay plata, que no tienen los votos, etc. Harán lo que han hecho durante sus cinco gobierno anteriores. Que la Constitución disponga algo sólo obliga en la medida de lo posible. No problem!
Germán F. Westphal says:
Lo mas probable es que según los datos disponibles, el resultado del plebiscito de salida de todo este quilombo o culebrón sea bastante estrecho. En todo caso, el Apruebo tiene una ventaja de la cual el Rechazo carece y esto es que resulta altamente atractivo por los derechos sociales que consagraría a nivel constitucional. Otra cosa es su implementación, por supuesto, pero generan esperanzas. En cambio, el Rechazo no ofrece nada, excepto la promesa de un eventual cambio del orden constitucional, algo que sus principales promotores, aunque no los únicos, nunca quisieron hacer durante los últimos 30 años y, por tanto, no resulta exactamente creíble. Con todo, bien sabemos que Piñera resultó electo por partida doble y que según el último balotaje, la extrema derecha tiene un 44% de los votos ciudadanos y basta que se le sume un 7% de entre la otra derecha o derecha más tibia para inclinar el fiel de la balanza a favor del Rechazo. Sin embargo, ahora que la CC le ha pavimentado el camino al «aprobar para reformar», buena parte del electorado de derecha y el centro político que gravita entre la derecha y la tal llamada centro izquierda se va a inclinar hacia el Apruebo, algo que de ser efectivo, se verá reflejado en las próximas encuestas.
Dicho todo lo anterior, si gana el Apruebo está claro que el actual Congreso —al cual la CC le ha entregado la implementación de la nueva Constitución y las herramientas para reformarla hasta marzo del 2026— hará uso de dichas herramientas en todo lo que a sus mayorías les interese, excepto los derechos sociales. Para mantener vivas las esperanzas ciudadanas…
En cuanto a las posibilidades de un estallido 2.0, muy improbables si las reformas se implementan con consultas ciudadanas.
René Dintrans says:
Tiendo a coincidir con Manuel Cabieses en el título de su nota, «CC: ¡No aflojen ciudadanos! «, no creo que esta CPE sea infinitamente mejor para el pueblo de Chile, pero es mucho mejor. Es evidente que muchos votantes decepcionados no van a tener las ganas ni el estómago para trabajar en la campaña en pro del apruebo después del poco coraje demostrado por la CC de asegurar la vigencia inmediata de la NC que estaba habilitada por la propia ley que le dio origen, sin embargo creo que sumando y restando, el apruebo sigue adelante y debe seguir, en cambio el rechazo y la tramposa tercera vía se debilitó, puesto que si somos consecuentes y lógicos con nuestra percepción, si nosotros estamos decepcionados, ellos naturalmente estarán de fiesta, ayer se deben haber abierto muchas botellas en los altos círculos de la Derecha.
Por otro lado, el plebiscito complementario a los 4/7 pienso que abre una pequeña esperanza en el futuro, y digo futuro porque esta CPE entrará en vigencia en unos largísimos 4 años más, si es que la derecha no logra descuartizar la futura Constitución completamente, cuestión que no es seguro, tendrían que borrar con el codo lo que escribieron con la mano, que por cierto es costumbre entre ellos, pero los haría hacerlo a pleno día y en forma abierta. Dicha nueva reforma no puede reformar la propuesta de la CC , lo que puede hacer es hacer imposible su vigencia y meter otra cuña entremedio, pero todas esas maniobras indecentes y cínicas serán motivos desencadenantes de movilización popular, será un ambiente propicio creo, sobre todo porque al parecer no cuentan con esa variable, un estallido 2.0, puesto que no han tenido tiempo para recordarlo o no lo quieren recordar.
Felipe+Portales says:
¡Y por si lo anterior fuese poco, la CC le entregó a la derecha más extrema que tiene el 50% (25) del Senado las llaves para impedir TODA ley que concretice la «pobre» nueva Constitución que no cuente con su aquiescencia! ¡Además, le entregó a las dos derechas la posibilidad de desnaturalizar a su regalado gusto y tiempo TODO lo que no les guste de la nueva carta, al utilizar su mayoría para aprobar las leyes que la concreticen! ¡Y como guinda de la torta, le privó -por no querer utilizar el Artículo 138 de la Ley 21.200 que la facultaba para llamar de inmediato a nuevas elecciones legislativas en la medida que las cámaras experimentasen «sustanciales modificaciones» en el nuevo texto (cosa que efectivamente ocurrió)- al gobierno de Boric la posibilidad cierta de obtener mayoría parlamentaria a través de ellas! ¡¡¡!!!
Serafín Rodríguez says:
Cuestiones tan importantes como estas, nunca son gratis, especialmente cuando contradicen los principos que se proclaman. Una vez que la CC termine su mandato y sus miembras y miembros dejen de percibir el sueldito de 2 millones 500 mil más sus asignaciones de 4 millones 500 mil por un total de 7 millones de miserables pesitos mensuales, va a ser muy interesante ver qué hacen las 💃🏻 y los 🕺🏼 de los tal llamados «colectivos de izquierda» que entusiastamene tomaron la iniciativa de extender y aprobar con su voto la vigencia del actual Congreso hasta marzo del 2026. Cuestión de esperar un poco nomás!
Serafín Rodríguez says:
Divertido! La CC acaba de pasarse a la ciudadanía por el aro entregándole al actual Congreso hasta marzo del año 2026 la potestad de implementar y reformar su propuesta de nueva Constitución en el caso de que gane el Apruebo. Demás está decir que las 2 derechas que denunció Sergio Aguiló hace 20 años tienen en ambas cámaras el quorum de 2/3 necesario para reformar la eventual nueva Constitución en todo lo que acuerden. Y si por algún motivo se les desbandan algunos votos, siempre tienen el quorum de 4/7 para hacer lo mismo y convocar a plebiscito para ratificarlo, un plebiscito que ganan por paliza con la maquinaria electoral y el apoyo de los medios de counicación que tienen a su favor. Y que nadie diga que «El conservadurismo intenta matar en su cuna el fruto de la Convención Constitucional» pues su propia madre, la mismísima Convención Constitucional ya lo hizo con el acuerdo de los colectivos llamados «de izquierda» doce semanas antes del parto! Si es que resulta viable!