Palin, un encuentro de culturas.
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Con motivo del día del patrimonio, la Universidad Metropolitana de las Ciencias de la Educación, UMCE, forma la rama deportiva de Palín, deporte ancestral mapuche, denominada Nütxamkan Palin Mew a cargo del Profesor Lautaro Cayupán Cayupange.
El docente explica que la universidad desde hace 4 años que ya tenía al mapudungún como un ramo y, como explica el docente, la práctica de este deporte funciona como un complemento de este para poder aplicar y hablar el idioma.
“Se van aplicando nuevas metodologías para enseñar y aprender el mapudungún y no sólo el idioma, sino que también su cultura, y eso es lo importante, porque con estos gestos nosotros compuche aportamos al cambio de las nuevas generaciones y al cambio cultural que debe haber en nuestro país.” Agregó el docente.
Por la ocasión, el profesor de educación física y presidente del colegio de profesores y profesoras del regional metropolitano, Mario Aguilar, fue invitado a participar de un encuentro de Palin junto a docentes y estudiantes.
El líder gremial comentó sobre la experiencia que “A través del juego se da una integración de culturas, además tiene una exigencia física, destreza, táctica, compañerismo y respeto. Acá no importa tanto el resultado, es decir quién gana, sino lo importante es compartir no competir”.
El Palin
El palín recibe su nombre del balón duro con el que se juega este deporte, llamado Pali (balón), el cual tiene que ser golpeado con bastones conocidos como wiño (no chueca) por los jugadores.
Cada equipo tiene de 6 a 7 personas, quienes tienen la misión de meter el Pali al extremo contrario para marcar una anotación. Se puede marcar de cualquier distancia y por cualquier jugador.
El juego destaca principalmente por su compañerismo y enfoque en compartir en lugar de buscar ganar. Si un jugador cae, el rival tiene que ayudarlo a levantarse; si otro jugador se lesiona, el rival tiene que salir también hasta que este se reintegre.
El deporte fue reconocido como “deporte nacional” por el Estado de Chile, en el 2004, hecho que permitió a sus cultores crear clubes, postular a fondos públicos y organizar campeonatos alrededor de Santiago.