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Los ojos de Gustavo Gatica Villarroel

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“Qué tanto vio Gustavo Gatica para que el Estado (asesino, opresor, torturador) lo cegara” así describía un lienzo la absoluta sinrazón que debe rondar en los corazones de al menos 200 familias chilenas que viven la tragedia de que a uno de sus miembros las fuerzas policiales les arrebataron la posibilidad de visión de un ojo ya sea total o parcialmente, y en el caso de GUSTAVO ambos ojos. Chile despertó y miró su historia reciente y el asombro que le produjo hace que sigan las manifestaciones multitudinarias en las calles de las ciudades de nuestro país, hasta en los más apartados y pequeños lugares por más de 25 días. Todos, cual más o menos, nos hemos identificado con alguna de las múltiples demandas que los ciudadanos enarbolan en sus lienzos y pancartas, gran parte de los chilenos han visto y participado de alguna manifestación pública de apoyo a las demandas en la seguridad de que en democracia es posible manifestar el descontento.

 

La amplitud de demandas y la masividad de las protestas han desbordado nuestra comprensión, pero también han desbordado los pensamientos y sentimientos con los que tratamos de explicar lo que sucede, esto nos ha traído discusiones interminables y muchas veces determinantes que tienen como producto quiebres fundamentales con las redes de amistad que hemos construido. Lo cierto es que este desborde de energía y vitalidad de la protesta social, en gran medida paraliza al sistema político, haciendo emerger la espontaneidad de la demanda que contagia cada vez más dejando en claro que esto “sí prendió”.

 

Estamos en un momento de inflexión que requiere de lucidez, que hemos visto escasea en las inmediaciones del Palacio presidencial, pero también afecta al resto de los sectores políticos que han dado escasas muestra de respuesta. En medio de esto fijar prioridades pareciera ser un gran problema, pero la calle exige avanzar en todo al mismo tiempo y a la vez.

 

Hemos avanzado en algunos consensos, y aunque esto hoy parezca obvio, hasta el 17 de octubre no había espacio político para la discusión de una Nueva Constitución lo que hoy es defendido hasta por alcaldes candidatos en campaña, también se han dictado una serie de medidas, con carácter de urgencia, sobre temas en los que el sistema político estuvo durmiendo por años, a pesar de las protestas de los últimos 15 años. Quienes denostaron a los estudiantes, a los trabajadores de la salud, al movimiento No +AFP, al movimiento feminista, a las disidencias sexuales, a los profesores, entre otros… deben hoy al menos hacer un mea culpa respecto del tipo de acción política construida. La alta desconfianza sobre las instituciones, informada por diversas encuestas, deja muy por debajo a “los políticos”, y es precisamente en ellos que las propuestas de solución, como el Congreso Constituyente no van a “prender” ya que han vivido en un enclaustramiento que ya no es posible de ser sostenido.




 

GUSTAVO, joven de 21 años estudiante de la Escuela de Psicología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, tuvo la osadía de ver, al igual que la mayoría de los chilenos, los atropellos sistemáticos a la Dignidad de los chilenos. Sus ojos iluminarán esta larga lucha esperando reencontrarnos y volver a mirarnos en un país más justo.

 

 

Javier Romero Ocampo

 

Doctor en Estudios Americanos, especialidad pensamiento y cultura.

Sociólogo, Psicólogo, Profesor de Historia y Geografía



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  1. Un «gran» «doctor» este encarnizado «profesor»
    Debe ser premiado con una medalla de cáscara rabiosa
    Debe ser condecorado con palmas volantes con hojas
    torcidas para evitar su pasión terrenal .. El es «genial y genial»»

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