Convención Constitucional: La tercera vía, una propuesta indecente
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Borrar con el codo lo que se escribió con la mano ya es feo, proponer una tercera vía al camino institucional que se propuso al pueblo de Chile, que nos hizo acudir al plebiscito dónde se decidió aprobar la nueva Constitución, y que dejó el mandato de redactarla a la Convención Constitucional que se eligiera, y rechazó y en el mismo acto que una “comisión mixta” de parlamentarios nominada a dedo por el poder legislativo fuera integrada a los convencionales constitucionales elegidos , es, ciertamente, impresentable, es una falta grave al sano ejercicio democrático, y es una falta de respeto a los ciudadanos que cumplen con su deber, cada vez que se les convoca a sufragar.
Que los parlamentarios desde el primer día de trabajo de la Convención elegida, se negaran rotundamente a la posibilidad de cambiar los quórums de aprobación de cada artículo del reglamento a redactar que fijaron ellos con antelación, justo ahora, en los últimos trámites de armonización y correcciones de redacción, antes de ser presentada para su aprobación en el plebiscito del 4 de septiembre próximo, perpetren esta jugada sucia, porque no les gustó lo que se escribió y quisieran corregirla ellos mismos, cambiando las reglas del juego que les permita “legalmente” intervenir la nueva Constitución para hacer con ella lo que se les dé la gana es realmente insostenible desde todo sano punto de vista.
Así las cosas, ya no se trata solamente de una inmoralidad, trata de un despropósito mayúsculo, que no creo tenga parangón en toda la historia política de la República.
Javier Macaya, presidente de la UDI declara a la prensa que en conversaciones en los pasillos del Senado se ha dicho, se ha conversado, se ha sondeado, la posibilidad de un acuerdo para cambiar los quórums de la actual constitución que aún rige, la del 80, y, sorpresa, la de la nueva también.
Lo curioso o insólito, es que sabiendo todo el mundo y por cierto ellos mismos, que votar apruebo en el plebiscito reemplaza necesariamente la vieja Constitución, y que votar rechazo automáticamente aprueba la constitución vieja, la de Pinochet, alguien de buena fe vaya a creer, que ellos con ese hipotético triunfo del rechazo en sus manos, vayan a cumplir sus oscuros compromisos
Lo único claro y concreto es que posicionar en los medios la “existencia” de la tercera vía, sólo perjudica la opción apruebo y beneficia la opción rechazo.
A nosotros sólo nos sirve el apruebo, y a ellos de la misma manera la otra opción
Por René Dintrans Alarcón
que says:
Opino y es obvio, que al pueblo no le conviene ni una ni otra Constitución porque, con una el país ha sido saqueado hasta el hartazgo y con la otra, la nueva ¡seguirá siendo saqueado! y mucho peor aún, aprobado por el mismísimo pueblo saqueado, por la mismísima víctima!!!!!
A la nueva le llaman Constitución de Derechos pero no se ve por donde esos derechos se podrán concretar porque para ello en primer lugar debió fijarse la fuente de financiamiento y eso no está. Derechos tendremos cuando queda expresamente establecido que el Estado garantiza y protege cada derecho, establezca su fuente de financiamiento y el mecanismo para exigir que se cumpla esa obligación del Estado. Hasta ahora no veo por ninguna parte que en esa «nueva» Constitución se establezca todo aquello.