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Poder y Política

¿Reconocerá el Gobierno Boric a la República Árabe Saharaui Democrática?

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 12 segundos

En estos últimos meses tanto Bolivia, Perú y ahora Honduras, han decidido restablecer y fortalecer sus relaciones con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). ¿Cuál camino seguirá Boric en este sentido?

En América Latina, las secuelas de la Guerra Fría continúan dictando la política exterior de algunos estados, tal es el caso en torno a la cuestión del Sáhara Occidental, en el que las posiciones se forman y se deshacen según la ideología de los presidentes.

De hecho, el regreso de la izquierda en Perú y Bolivia resultó inmediatamente en el restablecimiento de relaciones diplomáticas con la RASD. La victoria de Xiomara Castro, primera presidenta en la historia de Honduras, parece seguir en la línea de estos dos países latinoamericanos por lo que conciernen sus relaciones con los saharauis.

Chile es uno de los pocos países de América del Sur que nunca ha reconocido a la República Árabe Saharaui Democrática, aunque estuvo a punto de hacerlo en 2010, si no fuera por el rechazo de la entonces presidenta Michelle Bachelet, actual Alta Comisionada por los derechos humanos antes las Naciones Unidas.




El Estado chileno y su Constitución son el resultado de intereses y acuerdos que tienen sus raíces en la dictadura militar, nacida bajo los planes de Estados Unidos y luego liderada por Augusto Pinochet.

Cuando a finales de la década de 1980 su gobierno dictatorial comenzó a perturbar éticamente los negocios y el libre comercio, la “transición a la democracia” pudo resolver este “malestar”. Lamentablemente, esta transición nunca ha podido incluir a los movimientos sociales que lucharon en contra de la dictadura. La influencia de Estados Unidos y la OTAN sigue, además, bien presente, y eso pareciera perdurar con el nuevo gobierno Boric.

 

Chile frente al pueblo saharaui

Chile siempre se ha posicionado a favor de la independencia del territorio del Sáhara Occidental así como al retiro de las fuerzas de ocupación marroquíes.

Varios analistas anticiparon que Chile probablemente seguirá los pasos de Lima y La Paz, sobre todo porque los chilenos nunca han ocultado su voluntad de dar ese paso, aunque esta competencia cae exclusivamente bajo las prerrogativas del presidente Gabriel Boric, que tomará posesión el próximo 11 de Marzo, y lo cual, hasta el momento, no ha todavía tomado decisiones “revolucionarias”.

En la web del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, el Sáhara Occidental aparece como un estado separado y distinto de Marruecos.

Por su parte, la sociedad chilena había logrado convencer en septiembre de 2010 a una mayoría en la Cámara Baja del Parlamento chileno para que adoptara una resolución en la que se pedía el establecimiento de relaciones con la República Saharaui.

Sin embargo, Michelle Bachelet, entonces Presidenta de Chile, se opuso a la petición. De nuevo, en mayo de 2016, la misma propuesta fue votada en el Congreso, y acabó siendo rechazada con solo tres votos de diferencia: 43 diputados estaban a favor y 46 en contra.

 

Juegos políticos y economicos

Marruecos tiene varios aliados entre los senadores chilenos. En 2018, la Cámara Alta aprobó una resolución que acogía con beneplácito el plan marroquí de pseudo-autonomía para el territorio que ocupa a pesar de que había votado en la ONU lo contrario.

Además, buscando mantener su lugar en la política extranjera latinoamericana, pudo comprar voluntades o lograr apoyos con dinero de por medio.

Es el caso de Paraguay, donde ha financiado una serie de proyectos sociales en distintas zonas del país, agasajando a empresarios en la capital Asunción ofreciéndoles el acceso de los productos paraguayos al mercado de Norte de África, y reuniéndose con actores sociales y económicos.

Reflejo de ellos es que el pasado 12 de Octubre, el embajador de Mohamed VI en Paraguay, Badreddine Abdelmoumni, mantuvo encuentros con representantes de trabajadores y de empresas paraguayas que antaño ejercían cargos políticos y con quienes mantiene una estrecha relación.

Cabe destacar que Paraguay canceló el reconocimiento a la República Saharaui en 2014 violando sus obligaciones internacionales tras catorce años de relaciones diplomáticas.

Resultado de ello, el céntrico país de América del Sur recibió »regalos» por parte del Reino de Marruecos que acabaron por inclinar la posición paraguaya respecto al proceso de descolonización de la última colonia africana.

Algunos de estos obsequios son: un millón de dólares por las inundaciones en 2016, 700.000 $ para el Ministerio de Salud paraguayo en 2018 y el más insólito, en diciembre de 2020 con la guerra del Sáhara Occidental de fondo y la peor crisis económica del reinado de Mohamed VI, el país magrebí otorgó 1,7 millones de $ al Ministerio de la Mujer de Paraguay.

Como resultado de lo anterior, la Cámara de Diputados de Paraguay había adoptado una resolución en apoyo a la autonomía marroquí en el Sáhara Occidental.

El estancamiento de la situación afecta a la población saharaui que sigue obligada a vivir en los campamentos de refugiados que se encuentran en Tindouf, al sur de Argelia, y también a los civiles saharauis quienes se encuentran en los territorios actualmente ocupados por Marruecos.

Los territorios gobernados por el gobierno marroquí no se parecen mucho a los territorios conservados por el Frente Polisario, ni tampoco al pedazo de desierto árido dejado por Argelia a quienes huyeron de la guerra en los años 1970 y 1980. Son territorios, los ocupados por Marruecos, que tienen fosfatos, petróleo, oro, y una de las pescas más importante a nivel mundial.

Empresas de 39 países diferentes explotan esos recursos, aunque la resolución 1803 (XVII) de Naciones Unidas afirma que “la violación de los derechos soberanos de los pueblos y naciones sobre su riqueza y recursos naturales es contraria al espíritu y los principios de las Naciones Unidas y obstaculiza el desarrollo de la cooperación internacional para la preservación de la paz”.

 

Elena Rusca, Ginebra, 28.02.2022

 



Corresponsal en el Sáhara

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