Camioneros
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 5 segundos
Resulta extremadamente grave y trágico que un chofer de camión haya sido asesinado por venezolanos que entran al país ilegalmente.
La crisis de los migrantes está remontando a situaciones de imprevisibles consecuencias humanas y el único responsable es Sebastián Piñera y su nefasto gobierno, aunque los camioneros parecen no darse cuenta.
La reacción de los colegas del hombre asesinado no se dejó esperar y procedieron a tomarse las carreteras e impedir el libre tránsito de personas agravando la crisis: almacenes sin mercaderías, bencineras sin combustibles, aerolíneas sin volar, enfermos sin acceso a hospitales, etc.
Los camioneros han hecho patente el poder que les confiere el tamaño de sus máquinas y la obsecuencia con que la derecha los asume por el rol que jugaron en un momento de la historia que necesitaba desorden, caos y desabastecimiento.
Recordemos que el paro de camioneros de octubre de 1972 fue puntual y diariamente pagado por la CIA en dólares contantes y sonantes. Y resultó clave para justificar el golpe de Estado.
Miserables mercenarios que en cualquier país decente habrían sido procesados por traición a la patria.
La criminal desaparición del sistema de ferrocarriles que unía prácticamente a todo el territorio fue dispuesta por la dictadura para pagar la deuda de la derecha con la gestión traidora, antidemocrática y mercenaria de los gremios de camioneros que crearon gran parte de las condiciones de desabastecimiento y desorden utilizados por la derecha y la Democracia Cristiana para justificar el genocidio que vino a continuación.
Esos mismos dineros de la CIA que financiaron a los camioneros sediciosos, ocho millones de dólares como comprobó el periodista Seymour Hersh del periódico New York Time, también compraron a altos dignatarios del Partido Demócrata Cristiano y al diario El Mercurio.
De esa memoria traidora y cobarde, los camioneros jamás han podido sacudirse y, contrario sensu, han reivindicado esa gesta criminal para agradecer el hecho de haberse quedado, desde esos tiempos hasta ahora, con el uso de las carreteras para aumentar sus propios negocios y fortunas.
Ni hablar de patria o desarrollo.
Es cosa de ver como el presidente de la gremial que agrupa a gran parte de los dueños de camiones es un ferviente ultraderechista, odioso racista y notorio xenófobo.
Muchos aún recuerdan aquellos trágicos primeros días de la asonada de los generales traidores, cuando miles de presos políticos eran transportados en camiones que empresarios golpistas pusieron a disposición de los militares traidores.
Los camioneros tienen el convencimiento de que son impunes, hagan lo que hagan.
Recordemos en el primer gobierno de Piñera cuando bloquearon lo que les dio la gana sin que las autoridades aplicaran las leyes que sí aplican cuando el que bloquea las carreteras es la gente abusada, reprimida, explotada y trampeada.
Los camioneros son formados en la cultura de la prepotencia y la impunidad por ser los regalones históricos de la ultraderecha.
Por cierto, es muy lamentable la muerte violenta de un camionero a manos de migrantes que se sienten plenamente invitados a venir al país luego de los desatinos megalomaníacos de Piñera en Cúcuta.
Sin embargo, desatendiendo la verdad y traicionando la gravedad de los hechos, ningún dirigente camionero ha dicho las cosas como son: el descalabro migratorio no sale de la nada ni va para ningún lugar: es responsabilidad de Sebastián Piñera: lo que sucede en el norte es una operación pensada para dejar al próximo gobierno de Gabriel Boric una mochila de difícil manejo utilizando para el efecto la tragedia de hombres, mujeres y niños que cruzan el desierto caminando.
Pero el gremio regalón de la ultraderecha prefiere mirar para el lado y parece no enterarse de que hay muchos más muertos de los cuales no han dicho ni pío.
Por Ricardo Candia Cares
Mónica Fernández says:
Muy bien dicho Ricardo Candia Cares, mi columnista favorito.
Bien puesto en el lugar de la historia reciente, que tiene este gremio infame, de la peor categoría. ¡Pobre Chile!
Gino Vallega says:
La triste historia de los camioneros desalmados que crean pánico y kaos donde se insolenten contra sus pueblos como en Chile ,Canadá y otros…. anti vacunas ,anti inmigrantes, anti democracia…con sus enormes máquinas que los ejércitos y las policías no son capaces de remover : los empresarios y sus choferes son corruptibles pero impunes ante una justicia clasista, oligárquica y xenófoba. Cuando se van a incorporar al pueblo que les paga sus servicios?
Landy Aurelio Grandon says:
Se supone que ya debe haberse iniciado la investigación judicial sobre la muerte del chofer.
Por sus repercusiones políticas y reacciones gremiales es crucial respuestas claras a muchas interrogantes.
¿Cómo fue atacado el chofer? Estaba solo, sin el otro chofer? ¿por qué tuvo que salir de la cabina? Etc., etc.
Mientras más claridad, tanto mejor para Chile y toda la gente.