Francia Márquez y el derecho de vivir en paz en Colombia
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A menos de un mes de que se realice en Colombia la consulta presidencial, son distintos precandidatos que estarán presentes el próximo 13 de marzo, los cuales irán a través de distintas alianzas políticas, como lo son el Pacto Histórico, la Coalición Centro Esperanza y el Equipo por Colombia.
En el caso del Pacto Histórico, si bien Gustavo Petro sigue liderando las encuestas para ser el candidato elegido de aquel sector, la presencia de Francia Márquez está creciendo con cada vez más fuerza, lo que en el caso de salir victoriosa, podría generar una ruptura con la política tradicional en Colombia, como nunca se haya visto antes.
Planteo esto, ya que la historia de lucha de Francia Márquez contra el racismo, el patriarcado y el extractivismo en Colombia, la convierten en un símbolo para los millones de colombianos y colombianas que han sufrido el despojo, la violencia y las políticas de muerte en aquel país, el cual se levantó fuertemente durante la revuelta popular del 2021.
Nacida en el norte del Departamento del Cauca, madre cabeza de familia, lideresa afrodescendiente y abogada, Francia Márquez ha dado literalmente su vida como activista por los derechos humanos y de la naturaleza, dentro de un país que lleva un conflicto armado de 60 años, el cual ha dejado más de 200.000 muertos y 8 millones de desplazados.
De ahí que su lucha contra la minería ilegal y su defensa de los ríos y montañas del Cauca, la han hecho ser una referente socioambiental no sólo en Colombia, sino en toda la región y en el mundo, lo que la llevó en el año 2018 a recibir el Premio Medioambiental Goldman.
Del mismo modo, destaca también por su enorme lucha por los derechos de las mujeres y de las comunidades indígenas y afrodescendientes, en donde la justicia racial, de género, ambiental y económica ha sido siempre su horizonte a construir de manera colectiva y entrelazadamente.
No debe sorprender entonces que Francia Márquez apueste por una mirada descolonizadora de la vida, desde el pluriverso, como nos ha enseñado el maestro colombiano Arturo Escobar, a través de filosofías otras, como lo es el Ubuntu por ejemplo, reivindicada por ella a través de la frase “Soy porque somos” (1)
En consecuencia, en el caso de ser elegida como candidata por el Pacto Histórico, se tendrá una persona proveniente de las mismas comunidades, territorios y movimientos sociales, y no de las elites colombianas, que por acción u omisión han obstaculizado un acuerdo por la paz histórico e inédito en Colombia, el cual se encuentra en serio peligro de fracasar.
Lamentablemente la guerra no ha parado en Colombia, todo lo contrario, lo que se evidencia con los datos entregados por el INDEPAZ (Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz) el cual muestra como solo en el 2022, han habido 19 masacres y 82 víctimas (2).
En la misma línea, Colombia sigue siendo el país con más asesinatos de defensores del medioambiente en el mundo, por sobre países como México y Filipinas, como bien plantean año a año los informes de Global Witness (3).
Por lo mismo, la candidatura de Francia Márquez es una voz de esperanza entre tanto miedo y muerte, en un país y una democracia secuestrada por la guerrilla, el paramilitarismo, el narcotráfico, el ejército y una ultra derecha fanática, liderada por Álvaro Uribe, la cual solo ha traído más muertes en Colombia.
Ante esto, sus planteamientos con respecto al necesario fin de la guerra contra las drogas y el terrorismo, instalada brutalmente por Estados Unidos a través del Plan Colombia en 1999, la cual solo ha aumentado la sangre en los territorios, siendo las mujeres, los indígenas, los afrodescendientes y los campesinos quienes han sido más desplazados y asesinados.
Asimismo, para acabar con el hambre de manera sostenible con los territorios, se hace fundamental su propuesta sobre fortalecer la agroecología e impulsar la soberanía alimentaria, la cual debe ir acompañada de la erradicación de estructuras racistas y patriarcales, que han negado, en palabras de Francia Márquez, la posibilidad de “permitirle a Colombia vivir sabroso, vivir en paz, tranquilos, con alegría, con amor”(4).
Por último, señalar que Colombia es un país demasiado importante para el futuro de la Tierra, en el contexto de la crisis climática actual, al ser uno de los lugares más biodiversos del planeta, por lo que más que una opción, se vuelve una necesidad de apoyar a una imprescindible por la vida como Francia Márquez en la próxima consulta presidencial.
Por Andrés Kogan Valderrama