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Presos políticos de la revuelta: sencillamente la libertad ahora

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Nada más injusto que estar en prisión sin tener un debido proceso. Ese legítimo derecho a la defensa hace que justamente cambie la condición de como pasar los días y los días que están por llegar.

El encierro siempre ha sido parte del acontecer político. Recuerden a Clotario entrando tantas veces a la cárcel por haber convocado a huelgas obreras.

Se tiene que necesariamente volver hasta hace algunos calendarios cuando el mundo conoció la represión bajo formas de detenidos desaparecidos, llegando a las ejecuciones extrajudiciales que constituyen un largo lista de ejecutados políticos. Ninguno de ellos tuvo un debido proceso, se trataba sencillamente del asesinato a mansalva a manos de los agentes del Estado.

Caso degollados por ejemplo. Caso Fuenteovejuna. Caso Janequeo. Caso Pedro Donoso.




Prisión o relegación se conoce desde hace muchos años, un asunto oscuro como despejar el camino de enemigos, los Tres Antonios en Juan Fernández, o Francisco Bilbao en Perú. Medidas represivas siempre se han conocido siempre y en todas las esquinas del planeta. Los miles de soviéticos que fueron condenados a vivir por años en los Gulag por no estar de acuerdo con el modelo imperante, incluso la mano larga que llegó hasta México hasta matar al viejo Trotsky.

El encierro forma parte de la política que en algún momento aparece para sostener lo que se derrumba, lo que ya está debilitado por viejo o podrido, o sencillamente porque no se sostiene por sí solo. Asoma como una tabla de salvarse ante la natural expresión del justo descontento, de la suma de derechos postergados, de la miseria ya insoportable, de la agresividad de la desigualdad.

Lo sucedido el 18-0 quedó escrito en la historia de este país como la más pura rebelión de un modelo que fue impuesto bajo dictadura. Nadie puede negar que este modelo tan radicalmente neoliberal hubiera sido imposible imponerlo bajo un marco democrático. Fue posible sencillamente porque los grupos económicos amparados por las fuerzas armadas se repartieron Chile a su regalado gusto.

Se debe dejar establecido que desde 1990 los que gobernaron compartieron el binominal y se tranzaron a la administración del modelo en una fiesta de pactos, donde los que perdían eran siempre los trabajadores.

Cómo es posible que unos cuantos grupos económicos hayan logrado alcanzar tan altos niveles de riqueza y control económico.

Cómo la familia Piñera Morel, hijos de un diplomático mediocre en un país pequeño en Europa, sean en la actualidad el número 806 entre los más millonarios del mundo. Es que algo no anda bien, algo no funciona.

Pero volviendo al asunto de la injusta prisión de la que son víctimas.

Los justos rebeldes que se lanzaron a las calles en aquellos días de octubre cansados de esa agresión de la que fueron cómplices también incluso los que forman parte del partido de Salvador Allende. Cómo olvidar cuando un ex ministro de la concertación de apellido Insulza manifestó que a los revoltosos había que reprimirlos. Cómo guardar en el olvido a un PDC Walker condenando voz al cuello que era insoportable soportar la violencia de los que sostenían que no era un asunto de treinta pesos, era una cuestión de treinta años. Harboe del PPD considerando de inaceptable las expresiones de la calle. Fuad Chahin PDC condenando la violencia, olvidando el pasado golpista de su partido. El fiscal nacional Jorge Abbott llamando delincuentes a estudiantes, profesionales y familias que estaban en las calles.

Los cambios fundamentales en las sociedades que son injustas son justas expresiones de los movimientos populares. Son los pobres del campo y la ciudad que hacen saltar los candados que mantienen en la pobreza a millones, o a los que se les engaña una y otra vez con que hay que esperar tiempos mejores, o se les invita a ganar un parlamento para que nada cambie y que todo se mantenga igual.

En esta historia corta desde 1990 no se salva nadie.

Cómo negar el justo enojo de aquello de en la medida de lo posible. Cómo haber soportado la entrega de las riquezas básicas a precio más bajo que el perejil, las carreteras concesionadas, los hospitales, la entrega de la educación a manos privadas. Es que todo fue agresivo y violento y por lo tanto fue justa la violencia para intentar que los asuntos vuelvan a estar en sus cauces normales.

Y Piñera es responsable, un culpable con justa razón para ser sentado en un tribunal para que rinda cuentas de sus delitos.

Constituyen delitos graves gravísimos dejar a ciudadanos ciegos, cientos con un solo ojo, otros tantos en condición de vegetales por los apaleos de agentes del Estado. Con la violencia y la impunidad con la que actuaron los carabineros bajo las órdenes del primo del presidente. Frente a estos hechos no es posible guardar  silencio ni complicidad, son estas las razones por las cuales miles salieron a las calles para defender la vida.

Salvador Allende entre sus primeras medidas al llegar al gobierno fue dejar libres a los presos políticos que se enfrentaron al gobierno PDC de Eduardo Frei. La derecha de aquellos años vociferó de la misma forma que lo hace hoy la UD/RN y otros. Pero esto es un asunto justo. No es posible intentar alterar la injusticia dejando en las prisiones a los hombres y mujeres que con tanto sacrificio impulsaron que estemos discutiendo una nueva constitución, que hayamos votado por una generación que nace justamente de la calle para hacer avanzar las ruedas de la historia. Así se espera.

No hay que tenerle miedo a la derecha.

La libertad de los presos políticos es una urgencia, un asunto de ahora. No es lo mismo tampoco los que reventaron candados para robar a los que estaban en la primera línea.

 

Por Pablo Varas

 

 

 



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  1. Gino Vallega says:

    La mayoría de los ladrones de cuello y corbata ( ó todos?) y los narcos, andan sueltos en las calles de Chile, mientras aquellos que defendieron a la población de los criminales Piñera-Pacos, están presos POR VENGANZA E INEFICIENCIA JUDICIAL.

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