Bolivia: la derecha sólo es democrática cuando gana
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A dos días de las elecciones presidenciales y parlamentarias en ese país todas las encuestas coinciden en que el actual Presidente, Evo Morales, triunfaría en la primera vuelta de los comicios, a realizarse el 20 de octubre próximo. Con una cifra cercana al 40% de los votos y una distancia del 10 puntos con respecto al segundo candidato, el historiador Carlos Mesa, Evo ganaría, pues según la Constitución boliviana para triunfar en la primera vuelta el postulante al Palacio Quemado deberá obtener el 50 +1 de los sufragios, o bien, el 40% y 10 puntos de diferencia con el segundo.
El avance del candidato de ascendencia coreana, (su progenitor fundo varias iglesias presbiterianas en Bolivia), Chi Hyun Chung, fanático evangélico, (muchas personas lo llaman el “Bolsonaro boliviano) y de ideología sexista, además, xenófobo y religioso autoritario, se siente predestinado a propagar el reino de Dios en Bolivia, (plantea, por ejemplo que, de triunfar en las elecciones, atacaría la ideología de género sometiendo a las mujeres, además condena a los homosexuales entendiéndolos como enfermos que deben ser tratados gratuitamente por el Estado). Con respecto a la delincuencia, propone que los reos cumplan su pena de cárcel sólo los fines de semana, y los días hábiles los dediquen al trabajo para la comunidad; por otra parte, dice que los maestros y policías deben tener los mejores sueldos entre todas las profesiones; Chung también promete que, si ganara en las elecciones, el PIB aumentaría en un 20%, (no sólo 5% como el actual).
El Partido Democratacristiano, liderado por Paz Zamora, sólo contaba con el 0,5% de preferencias en las encuestas de opinión; hoy, con Chung, ocupa el cuarto lugar con un 6,8%, y está a punto de desplazar a Óscar Ortiz, del Partido Bolivia Vota NO, ahora ubicado en un tercer lugar, (en La Paz, por ejemplo, el coreano obtendría el tercer lugar desplazando a Ortiz).
La anti política y la corrupción tienen como correlato el surgimiento de candidatos fanáticos religiosos y oportunistas que terminarán por hundir la democracia, debido al veneno inoculado en las masas que, tarde o temprano, se levantarán contra las oligarquías que los engañan y oprimen con el opio de las promesas, que luego son incumplidas.(Nada más torpe que confundir la religión con la política)
Evo Morales, en sus 14 años continuos de gobierno, ha roto la regla de la usura del poder, pues aún mantiene el 68% de apoyo popular, (compárese con el Presidente de Chile, Sebastián Piñera, que en menos de un año ha bajado en aprobación del 50%, en casi un tercio).
En todos los países del mundo y debido a las crisis de representación predomina el voto-rechazo, es decir, no se vota en favor de un candidato determinado, sino en contra de los otros.
El Partido MAS, que lidera Evo Morales, tendría asegurada la mayoría en el senado, con 20 padres conscriptos, de un total de 34; 12 de Comunidad Ciudadana, de Carlos Mesa, y 2 del Partido Democrático, de Óscar Ortiz. En el caso de que Morales ganara en la primera vuelta, de no contar con los dos tercios del senado tendría que pactar con la oposición para los proyectos emblemáticos fundamentalmente.
En la Cámara, las encuestas darían para el MAS el 26,4%; Comunidad Ciudadana, el 18,7%; el Partido Democrático, 11,8%; el PDC, el 4,1%, lo cual significa que tampoco en Cámara de Diputados tendría mayoría absoluta si se considera los 137 miembros de la Cámara.
La oposición boliviana, por otra parte, ha demostrado incapacidad para ponerse de acuerdo en designar a un solo candidato, y sólo se ha limitado a atacar la ilegitimidad de la candidatura de Morales, cuya reelección indefinida fue rechazada por el 2% de los votos en favor del No, en el plebiscito realizado en el mes de febrero de 2016. Posteriormente, ante una apelación por parte de Morales, el Tribunal Constitucional de Bolivia validó su candidatura pretextando la superioridad de la Carta Democrática de la OEA sobre la Constitución boliviana.
Los precedentes de Carlos Saúl Menem, de Argentina, y de Daniel Ortega, en Nicaragua, y de Óscar Arias, en Costa Rica, además del reconocimiento de este derecho por parte de Secretario General de la OEA, Luis Almagro, avalarían la legitimidad de la candidatura del líder del MAS, Evo Morales.
La derecha, que se sabe perdedora, busca la forma de rechazar el probable triunfo de Morales como obtenido sobre la base del fraude, y han movido las fichas en los Departamentos de un enfrentamiento y, según denuncia Morales, de un posible golpe de Estado cívico-militar. En Potosí, por ejemplo, el candidato del MAS se le impidió el ingreso a la ciudad; en Santa Cruz, los grupos organizados de ultraderecha llevan a cabo graves atentados contra la propiedad pública y privada.
Desde el punto de vista de la geografía electoral seis de los nueve Departamentos votarían por Evo Morales, y sólo tres por Carlos Mesa: el primero ganaría en La Paz, Cochabamba y Oruro, y Mesa, en Santa Cruz, Tarija y Chuquisaca.
Es muy posible que el 20 de octubre, (Bolivia), y el 27 del mismo mes, (Argentina y Uruguay), se consagren como grandes victorias de los movimientos progresistas latinoamericanos.
El sostenido nivel de éxitos económicos de Evo Morales y de su ministro de Economía, Luis Ortiz, prueban que la izquierda es capaz de gobernar y de tener frutos importantes en la economía, por el contrario, los rotundos fracasos de Mauricio Macri, Jair Bolsonaro, Iván Duque, Lenin Moreno y Sebastián Piñera, vienen demostrando que la ortodoxia neoliberal conduce a sus pueblos al fracaso.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
18/10/2019