De los arrepentidos será el reino de los cielos
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Pero los falsos arrepentidos como José Antonio, se irán derechito al infierno por mentirosos y sacrílegos.
Es que el señor fue a hablar con los yanquis, y éstos, que son brutos pero prácticos, le dijeron: “Te estás echando en contra a todas las mujeres ¿No sabes que son la mitad de la población?” Y que si no arreglaba este entuerto, se acababa la ayuda económica, de prensa y de un cuantuhay, porque a los gringos no les gustan los perdedores.
En el avión de vuelta a Chile se venía preguntando el candidato si les iba a hacer caso o no les iba a hacer caso.
Ningún familiar lo fue a esperar al aeropuerto, sólo su secretario. Y al llegar a su casa, en lugar de abrazos y besos se encontró con malas caras. Señora, hijas, hasta empleadas lo miraron feo y le dijeron:
-Si no arreglas esto, vamos a tener que votar por Boric. Porque nuestras amigas ya ni nos saludan.
El candidato, que es de decisiones rápidas, pensó de inmediato: Les voy a hacer caso a los gringos.
Llamó a sus asesores y les dijo:
-Este lío de las mujeres me lo arreglan o me lo arreglan.
– ¿Cómo, señor?
-Ustedes sabrán, para eso les pago.
Y así fue como en los primeros días de diciembre, apareció el programa del candidato, muy cambiado:
Convocó a las mujeres, les pidió perdón por sus propuestas y cambió de planes.
Entre otras cosas, les dijo que se equivocó con la eliminación del Ministerio de la Mujer.
«Quiero confesar que nos equivocamos en cómo lo planteamos.
Cuando uno comete un error tiene que disculparse y yo le pido perdón a cada una de las mujeres a las cuales les pudo haber afectado nuestro programa de gobierno”, expresó. «Disculpas de corazón. Pero lo único que buscábamos era tener más recursos, mayores posibilidades para poder colaborar y ayudar a cada mujer.»
También explicó que propondría reforma para facilitar el trabajo y mejorar las remuneraciones de la mujer, duplicar el presupuesto estatal para incorporar las últimas tecnologías en detección y tratamiento del cáncer de mamas. Asimismo, que propondría la introducción de reformas sustanciales a la legislación sobre pensiones alimenticias y una reforma transversal para que el acceso a todos los beneficios y subsidios estatales no dependa de la situación conyugal, entre otros.
Dijo que el aborto por el momento lo estaban estudiando sus asesores.
Las reacciones de las mujeres asistentes fueron muy frías, pero ninguna le dijo que tantos cambios resultaban inverosímiles y no daban mucha confianza.
Ya de noche llamó a Mike, el subsecretario yanqui que siempre lo atendía. Esta fue la conversación:
José Antonio: – Ya cambié todo y voy bien, porque de los arrepentidos es el reino de los cielos.
Mike: -Los católicos no leen la Biblia y no entienden la verdad. Pero como sé que no vas a cumplir nada de eso, te diré: «No has mentido a los hombres, sino a Dios. Hechos 5:3-4″ En fin, por nuestra parte todo seguirá igual. Buena suerte, adiós.
Por Margarita Labarca Goddard
Felipe+Portales says:
Ja,ja,ja; ¡Buena Margarita!