Elección presidencial: miedo y suspenso
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 55 segundos
Los ciudadanos que están decididos a votar en las próximas elecciones presidenciales del 21 de noviembre, en su mayoría, lo hacen bajo el miedo ante unos comicios que hoy más que nunca se están caracterizando por el factor sorpresa. A sólo 15 días de las elecciones, el candidato a la cabeza de la encuestas y que muy seguramente pasará a la segunda vuelta, Gabriel Boric, fue atrapado por el virus Covid-19, forzándolo a guardar cuarentena, así como a los otros cinco candidatos, salvo Franco Parisi, quien se encuentra en Estados Unidos.
Además, la obligatoriedad de guardar cuarentena al círculo cercano al candidato Boric podría tener efectos políticos en dos votaciones claves: la primera, la acusación constitucional contra el Presidente Sebastián Piñera, que podría ser rechazada, pues un buen número de diputados pertenecen al círculo cercano al candidato Boric y estarían en cuarentena; la segunda, el día martes 8 de noviembre se votará, en el Senado, el cuarto retiro del 10% de los fondos de las AFP. El Presidente Piñera prueba que tiene mucha suerte, pues podría escapar del voto adverso en la Cámara de Diputados ante la ausencia forzosa de algunos de sus miembros.
El congelamiento inesperado de la campaña presidencial favorece a los dos candidatos que van a la cabeza de las encuestas, (Gabriel Boric y José Antonio Kast), pues los candidatos que postulan a alcanzarlos no podrían formularles algunas preguntas embarazosas, y habría que agregar la prohibición de dar a conocer el resultado de las encuestas, (vedado 15 días antes de las elecciones).
Sebastián Piñera, cuyos nombramientos de personajes en los cargos públicos se caracterizaron por los desaciertos, en estos últimos días ha ocurrido algo inusual al mantener en el cargo al presidente del Banco Central, Mario Marcel, de militancia socialista. A su vez, nombró al general Javier Iturriaga, (este militar de alto rango y, además, nominado para encabezar la “zona de emergencia” en el llamado “estallido social” del 18-0, en 2019, le enmendó la plana al Presidente, que “le había declarado la guerra a todos los chilenos”, al expresar “yo soy un hombre feliz y no estoy en guerra con nadie…”), como Comandante en Jefe del Ejército, (bien podría haberse vengado el primer mandatario ante tal insubordinación).
El Jefe de Estado, que mal que mal, tiene mucha experiencia en la pequeña política, entiende que no debe gastar pólvora en gallinazos, por consiguiente, decide abandonar a su antes protegido candidato, Sebastián Sichel, (de seguro, no pasará a la segunda vuelta), y anticipar parte del programa de gobierno de José Antonio Kast, en los escasos tres meses que le restan en la presidencia de la nación, en uno de los aspectos más importantes de sus propuestas, la militarización de la Araucanía, que ya ha pagado el costo de un muerto, dos heridos graves e innumerables atentados.
La violencia, sea de promovida por los militares o por los civiles, nunca ha servido para la solución de los distintos conflictos, y no constituye el motor de la historia. La continuidad del conflicto mapuche, por ejemplo, se debe más a la violencia ejercida por los gobiernos, que se han demostrado incapaces de generar y conducir un dialogo con un pueblo-nación, acostumbrado por cultura, a parlamentar.
El programa del candidato Kast, de aplicarse, sería fatal y catastrófico para Chile, pues se retrocedería anulando los significativos avances logrados en los últimos años, (el autoritarismo católico terminaría con avances tales como la despenalización del aborto, el matrimonio igualitario, y no sería extraño que se desatara una persecución a las personas que opten por determinada convivencia humana.
En cuando a la rebaja de impuestos, hundiría al Estado de Chile, y enriquecería a los más ricos en detrimento de los más pobres. Por otra parte, en lo referente a la reducción de los Ministerios, condenaría a la cesantía a muchos funcionarios públicos.
El tema de la inmigración, que promete “cavar una zanja“ de 1.200 kilómetros de frontera, es inviable y torpe, (pregúntenle a Donald Tump).
El Programa de Kast, en vez traer capitales al país, los ahuyentará, pues su gobierno será visto, a través del mundo, como hermano de los partidos europeos de ultraderecha, y en América Latina, como una “reencarnación” de Augusto Pinochet y Jair Bolsonaro. En general, las políticas neoliberales de shock lo único que provocan es una respuesta, no pocas veces manifestadas en revueltas violentas, es decir, que sin paz social ningún programa de gobierno es viable.
Además de la próxima elección presidencial hay que agregar la de la totalidad de la Cámara de Diputados y la renovación de la mitad del Senado, además de los Cores, (Consejeros Regionales). A los pocos meses de la asunción al poder del nuevo Presidente se llevará a cabo el plebiscito de salida, respecto a la Nueva Constitución, aprobada por los integrantes de la Convención Constitucionales. No sería raro que, en su articulado terminara con el presidencialismo del “todo o nada” y, a su vez, sería posible que se limitara el período presidencial a un año. Pocos ciudadanos son capaces de asimilar el miedo e incertidumbre ante las elecciones que se aproximan.
Por Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
06/11/2021
ANTONIO says:
En un acto solemne realizado en Madrid , donde el tema era exclusivamente sobre Chile , el orador que acompaño al señor Roitman aprovecho la tribuna arremetió contra Venezuela y el comandante Chávez
El orador que acompaño al señor Roitman se atrevió a decir que lo que pasaba en Venezuela no habría sido aceptado por el presidente Allende
Sin embargo el señor Roitman callo y no defendió el proceso que el pueblo venezolano de forma soberana se ha dado así mismo
Es difícil ser de izquierdas y actuar por principios éticos en todos los frentes , el laboral por ejemplo donde los pobres del campo y la ciudad conforman las grandes mayorías
Era una oportunidad de oro para que el señor Roitman le explicase estos valores que resalta el articulo a su acompañante
Era una formidable oportunidad aquella tribuna académica en la que participo el señor Roitman para defender principios éticos y explicar lo difícil que es ser de izquierdas