Los temores del colapso del gigante chino Evergrande mantienen en vilo a los mercados mundiales
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Los mercados miran en vilo este lunes hacia China. A pesar de haber permanecido cerradas las bolsas del país por festivo, la delicada situación de su gigante inmobiliario Evergrande ha arrastrado al índice Hang Seng de Hong Kong -el único abierto- a una caída por encima del 3,4% y ha contagiado los temores a las bolsas internacionales.
Evergrande está al borde del colapso y esta madrugada ha llegado a cotizar a su nivel más bajo en 11 años. La compañía acumula una deuda cercana a los 300.000 millones de dólares y ha reconocido que no podrá afrontar sus obligaciones de pago más inmediatas, previstas para esta semana.
Desde sus máximos históricos alcanzados en octubre de 2017, la valoración bursátil de la empresa se ha desplomado un 92,77%. Sólo en los últimos 12 meses, el desplome ha sido de más del 88%.
El último comunicado oficial emitido desde la empresa es del 14 de septiembre, hace casi una semana. En él, la firma alertaba a los inversores de que espera una caída «continua» y «significativa» de sus ventas en el mes de septiembre. Evergrande aseguraba que el noveno mes del año suele ser el mejor para las empresas inmobiliarias de China, pero que las recientes informaciones publicadas en la prensa «han reducido la confianza de potenciales compradores inmobiliarios en el grupo».
Las dudas crecen por momentos en torno a la compañía y todas las miradas apuntan hacia las autoridades chinas y su posible actuación en el caso. La clave es si dejarán caer al gigante o si intervendrán de alguna manera para que los problemas financieros no acaben arrastrando al resto del sector inmobiliario del país y, por extensión, al sistema bancario nacional ante su elevada exposición a su deuda.
Por si este factor fuera poco, los mercados han arrancado la semana también pendientes de la reunión de la Fed, tras la que podría lanzar algún mensaje sobre la reducción de su programa de compra de activos o tapering sin comprometerse demasiado para conservar flexibilidad de actuación futura.
Fuente: El Mundo