Chile al Día

Denuncia organización: La Armada afirma en publicación que la homosexualidad es “una tiranía depravada y una inmoralidad que destruye a la familia” 

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Además defiende las terapias reparativa de la homosexualidad. Así lo denunció el Movilh, organismo que exigió a la Armada retirar al instante esos contenidos de la Academia Naval de Guerra, sancionar a los responsables  y ofrecer disculpas públicas. Junto con pedir la intervención del Ministerio de Defensa, el Movilh solicitará a la Contraloría establecer responsabilidades de mando y analiza acciones legales

 

El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) denunció hoy a la Academia de Guerra Naval, dependiente de la Armada, por “impartir a sus estudiantes contenidos de odio que dañan la dignidad de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersex y queer (LGBTIQ+)”

El vocero del Movilh, Óscar Rementería, señaló que se trata “de discursos de odio sin precedentes, que promueven la ignorancia, los prejuicios y contenidos falsos, todo lo cual violenta de manera descarada y violenta los derechos humanos, nuestra legislación y los tratados internacionales ratificados por Chile”.

En concreto, la Armada enseña y difunde a través de su Revista Marina que  la homosexualidad es una “tiranía”, una “inmoralidad”, una “actitud sexual depravada” que “desmantela las normas sexuales”. Además señala que la despatologización de la homosexualidad por parte de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) obedeció a intereses políticos, no científicos y que solo entre el 1 y 3% de la población es LGBTIQ+

Así quedó establecido en la Revista Marina de la Academia de Guerra Naval, la cual recomienda a sus estudiantes leer el texto “La Revolución sexual global. La destrucción de la libertad en nombre de la libertad” de la socióloga Gabriele Kuby.

En un texto escrito por el almirante y ex comandante en Jefe de la Armada, Miguel Vergara Villalobos, la Academia de Guerra Naval  “lejos de solo resumir o de llamar a una lectura crítica de dicho libro, se cuadra con el mismo y con cada uno de sus contenidos”, señaló Rementería

En efecto, la Academia de Guerra Naval señala que el libro de Gabriele Kuby explica “como el afán de libertad ha redundado en el libertinaje y en la ideología de género, lo que a su vez ha subvertido la sexualidad humana”, tras lo cual procede a resumirlo y validar sus contenidos. Así es como la Academia de Guerra Naval termina su artículo de la siguiente manera: “Este libro, fuera de alertarnos, nos plantea una acuciante pregunta: ¿Debemos estar avergonzados y pedir disculpas quienes profesamos la fe católica y postulamos el matrimonio entre un hombre y una mujer, con vistas a la procreación?

Rementería explicó que “este nuevo discurso  de  odio implica además la intervención de las FFAA en asuntos legislativos y civiles. Y es una intervención reciente de la Armada. Aparece publicada en la edición número 974 de la Revista Marina del 2020 y que hasta hoy difunde en su web. Es decir, tras Ley Zamudio, tras el estallido social y tras todos los cambios que ha experimentado el país a favor de la Igualdad la Armada, con Juan Andrés De La Maza  a la cabeza, promueve de manera horrorosa la homofobia, tanto en la versión impresa, como digital de su revista. Aquí, De La Maza debe ofrecer disculpas públicas, mientras el Ministro de Defensa Nacional, Baldo Prokurica, debe asumir la responsabilidad que le compete”.

El vocero del Movilh apuntó que “con la misma virulencia la Armada se lanza contra las mujeres y los derechos sexuales reproductivos, añadiendo a su homofobia, el machismo y la misoginia. Esperamos sanciones ejemplares contra los responsables de este abuso, mientras en paralelo exigiremos a la Armada el retiro inmediato de estos contenidos, el ofrecimiento de disculpas públicas y una aclaración sobre lo ocurrido a todas y cada una de las personas a las cuales ha mal educado y enseñado en contenidos falsos y odiosos que incitan a la violencia. También solicitaremos la intervención y las explicaciones al Ministerio de Defensa, mientras  pediremos a la Contraloría establecer responsabilidades de mando y analizamos acciones legales”, finalizó Rementería.

 

 

El texto

A continuación el Movilh reproduce de manera íntegra algunos de los párrafos difundidos por la Academia de Guerra Naval:

“El objetivo del programa cultural revolucionario -manejado por las élites del poder mundial, con la connivencia de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE)- es la libertad absoluta, sin restricciones naturales ni morales. Se busca liberarse de la tiranía de la naturalezaPara ello se intenta deconstruir la sexualidad masculina y femenina promoviendo, entre otras cosas, la equivalencia legal de la relación homosexual con el matrimonio»

“….Un año después se celebró la Conferencia de Pekín, controlada por feministas radicales . El documento final no respeta la dignidad humana, trata de destruir la familia, minimiza la maternidad, pretende imponer actitudes sexuales depravadas, promueve la homosexualidad, el lesbianismo, la promiscuidad sexual, etc.. Posteriormente, en la Conferencia de Glen Cover, en New York, los activistas radicales lograron imponer su estrategia, transformando los acuerdos de Pekín en tratados internacionales vinculantes; es decir, crearon una nueva realidad social.”

-La clave es presentar cualquier oposición como un acto de discriminación arbitraria. Se intenta lograr “que todos los países del mundo cambien sus constituciones, leyes, instituciones sociales, sistemas educativos y las actitudes básicas de sus ciudadanos, para imponer y obligar legalmente a aceptar y privilegiar la homosexualidad y otras identidades y comportamientos no-heterosexuales”

“Nos encontramos en “una situación en que una pequeña minoría de la población (LGBTI), cuyas diferencias sexuales difieren de la inmensa mayoría, ha logrado imponer una verdadera revolución”. El punto de inflexión ocurrió en 1973, cuando la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) “decidió eliminar la homosexualidad de la lista de enfermedades que podían ser tratadas mediante procedimientos terapéuticos”, lo que bloqueó todo debate científico de la larga investigación sobre las causas de la homosexualidad. Esta “decisión de la APA no fue producto de un debate científico, sino de la presión política sobre determinadas personas que no pudieron soportarla”

– «Si se consideran los millones de dólares que se orientan a promover la agenda LGTBI y el compromiso de los más altos niveles de la política, se podría pensar que la homosexualidad es un fenómeno masivo. Sin embargo, las encuestas representativas en las sociedades occidentales indican que solo entre el 1 y 3% de la población se identifica como homosexuales. Empero, incluso en altas esferas de gobierno, se “usan cifras variadas y muy exageradas que no provienen de fuentes serias”

 -«Hoy no se puede analizar científicamente la posibilidad de cambiar la condición homosexual de una persona. Quienes se atrevan a infringir esta prohibición son sometidos a una estridente persecución por parte de los grupos de interés LGBTI, que “hacen todo lo posible por sacar de la conciencia ciudadana el mensaje de que la orientación homosexual puede cambiar a una heterosexual”

– «Es una contradicción evidente que un movimiento que lucha por la abolición de la heterosexualidad obligatoria haga lo posible por negar que las tendencias homosexuales puedan ser cambiadas. (…). El movimiento homosexual marcha bajo la bandera de la libertad, la tolerancia y la no-discriminación, pero limita la libertad de opinión, la libertad de ciencia y la libertad terapéutica en particular”

 

 

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